3- CONCENTRARSE EN LO EXTERIOR E IGNORAR LA ESENCIA
Un ejemplo de esto es nuestra obsesión por la apariencia física. El culto a la celebridad, cómo se parecen nuestros cuerpos, qué tipo de ropas vestimos, etc. Toda esa auto-promoción inútil se ha vuelto mucho más importante que la esencia verdadera de quien nosotros somos y si estamos viviendo en armonía con nosotros mismos.
Vemos, muchas veces, a las celebridades con cuerpos increíbles, vestidas con marcas de moda, pero sus mentes están estragadas y sus actitudes son egoístas, se creen "mejores" que el resto de la humanidad, muchos entre ellos no logran lidiar con la fama y terminan con problemas psicológicos, con familias desestructuradas y siendo dependientes químicos.
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