Siempre que la vida nos presenta desafíos y tenemos la necesidad de responder ante ellos, buscamos ansiosamente una luz que nos indique dónde encontrar las respuestas.
Al principio las buscamos en la mente, pues ese es el modo que nos enseñaron para lidiar con los problemas, a través de la razón, del análisis frío y objetivo de los hechos.
El concepto de conocimiento con el cual estamos familiarizados es el que proviene del intelecto - de las enseñanzas que recibimos, de los libros que leemos y de los diversos conceptos que asimilamos a partir de esas experiencias.
Sin embargo, en muchas circunstancias nos sorprendemos al descubrir que todo este aparato se revela inútil para ayudarnos. Por lo regular estas son ocasiones relativas a vivencias que detonan tempestades emocionales.
Y, en esos momentos, la mente nada puede hacer por nosotros. La sabiduría que nos orienta hacia el equilibrio y la paz interior proviene de fuente distinta.
Sólo un profundo conocimiento acerca de quiénes verdaderamente somos puede llevarnos a encontrar las respuestas adecuadas. Y esta inmersión interior exige despojarse totalmente de las limitaciones y censuras del ego.
La verdad que observamos puede, a menudo, contrariar lo que la ilusión egoica nos hacía creer. Pero no hay otro camino para desarrollar la sabiduría, virtud sin la cual continuaremos andando en círculos, como ciegos en un laberinto.
Por tanto, abandonar los esfuerzos inútiles y volvernos hacia dentro es la única forma de encontrar lo que buscamos. Y entonces podremos al fin relajarnos y cambiar la ansiedad y el miedo por la alegría.
"Conocimiento no es sabiduría
Intenta percibirlo... ¡Es tan barato hacerse culto! Escrituras, bibliotecas y universidades están ahí: ¡es tan fácil hacerse culto!
Y cuando te haces culto, permaneces en un espacio muy sensible, pues al ego le gustaría creer que aquel es su conocimiento - no sólo instrucción, sino su sabiduría.
Al ego le gustaría convertir conocimiento en sabiduría - y tú empezarás a creer que sabes.
Pero tú nada sabes, sólo conoces libros y lo que está escrito en ellos.
Quizá esos libros fueron escritos por otras personas iguales a ti.
La verdad es que si lees diez libros, tu mente estará tan repleta de basura que desearás vaciarla. ¿Qué más vas a hacer con eso? Necesitas descargar.
Simplemente quédate con la vida que está bailando en ti, respirando en ti, viva en ti. Tienes que acercarte más a ti mismo para conocerla. Quizá estés demasiado lejos de ti mismo. Tus preocupaciones te han llevado lejos. Es preciso que vuelvas a casa.
...Puedes fingir, pero ¿a quién estás engañando? No estás engañando a nadie excepto a ti mismo. Y engañarte ¿con qué propósito? ¿Qué vas a ganar?
...Conoces tu faz solamente en el espejo, a partir del exterior, pues no estás atento. Si empiezas a estar atento, sentirás tu faz a partir del interior - y esa es una rica experiencia, observarse a sí mismo a partir del interior...
Entonces, lentamente, cosas extrañas empiezan a suceder... Pensamientos, sentimientos, emociones desaparecen, y hay un silencio envolviéndote.
Y tú eres como una isla en medio de un océano de silencio"...
Osho