Todos saben que las experiencias del pasado ejercen influencia significativa en el adulto, y la sensación de la propia valía es esencial para la salud mental. Todo niño necesita ser amado incondicionalmente, principalmente en los primeros años de vida. Sin los padres como espejo de una actitud de aceptación, el niño no tiene cómo saber quién es.
Cuando las necesidades emocionales de un niño son descuidadas, éste recibe el mensaje de que sus necesidades no son importantes y pierde la noción de su valor persona
Todos los niños nacen libres y naturalmente alegres. No conocen la culpa. Durante la infancia y la adolescencia, algunas actitudes, tanto de los padres como de otras personas que componen el ambiente familiar del niño, como son, comparaciones, críticas, humillaciones, secretos de familia, indiferencia, desprecio, rechazo, abandono, no permitir la expresión de sentimientos, abuso emocional, físico y sexual, van a despertar emociones que causan sufrimiento.
Observa el cuadro siguiente:
abuso emocional (inclusive súper protección), físico y sexual, rechazo, abandono, necesidades emocionales no atendidas, etc.
vergüenza necesidad de aprobación y/o reconocimiento
inseguridad baja autoestima – no se siente capaz
no se siente amado dolor físico y/o emocional
+ sufrimiento
¿Qué hacemos para soportar todo eso?
Creamos máscaras y así nos alejamos de nuestro “verdadero yo”, el Self. Y cuanto más huimos del dolor que sentimos, más fuerte se hace; pero la conciencia de esto sólo la vamos a tener cuando seamos adultos.
- Máscaras:
Son defensas que el inconsciente se crea como protección con el propósito de evitar el dolor y ser aceptado y amado. Cuando no somos aceptados incondicionalmente desde nuestra etapa de fetos durante la gestación, crecemos en la creencia de que no somos lo suficientemente buenos, ni merecedores de recibir amor por lo que somos. Así, procuramos desesperadamente crear una imagen de cómo deberíamos ser.
El razonamiento del inconsciente sería como sigue:
“Si no soy amado por lo que soy, se debe a que no hago nada bien y no merezco recibir amor; entonces, seré diferente para conseguir el amor que tanto necesito”. De este modo, se desarrolla otro “yo” falso Self.
Al sentir que no se le acepta tal como es, y procurando reducir el dolor de la no aceptación, el niño acaba por crear una 'persona' para poder sobrevivir, y ser lo que los demás quieren que sea.
Muchos asocian la máscara con ser falso, lo cual no es verdad. Una cosa es que una persona se haga pasar por quien no es de modo consciente; otra es comprender que las máscaras son procesos que ocurren de modo automático para protegernos de dolores sentidos cuando todavía somos muy pequeños y sin estructura para soportarlos.
Así, en torno a los 6, 7 años, desarrollamos máscaras para protegernos. Es un proceso inconsciente que nos aleja de nuestra esencia, donde las necesidades emocionales y los sentimientos reprimidos permanecen confinados como en una prisión. Y así continuamos representando un papel: aquel que se espera.
Ese patrón se repite cuando no es identificado ni elaborado; es auto-renovable a perpetuidad, o sea, no se actualiza sólo, y nos hace actuar inconscientemente.
“Las propias defensas que nos han permitido sobrevivir a una infancia traumática, se convierten en obstáculos para el crecimiento”.
A decir verdad, las máscaras se desarrollan para protegernos contra el dolor, porque no tenemos estructura emocional para soportarlo y para defendernos. Pero llegando a adultos, los dolores reprimidos se hacen presentes, por síntomas físicos y/o emocionales; cuando ya contamos con más recursos para entrar en contacto con todo lo que ha sido reprimido, y buscar el real motivo por el cual esas máscaras se han creado.
Es entonces cuando debemos buscar el autoconocimiento, que nos permite identificar el origen de las máscaras, pues necesitamos de ellas todos los días, forman parte de la sobrevivencia; la diferencia es la conciencia de su origen, que por lo regular son las necesidades emocionales no atendidas.
El libro Inteligencia Positiva, de Shirzad Chamine nos muestra la importancia del equilibrio emocional obtenido por la identificación de nuestras máscaras, que él denomina saboteadores. El autor desarrolló dos tests que nos revelan cómo los saboteadores internos (que podemos entender como máscaras) están siempre en actividad, sin que lo percibamos, aunque es posible identificarlos y así debilitarlos, mejorando significativamente la acción del cerebro a nuestro favor.
Para ayudar en la identificación de tus saboteadores, podrás hacer los dos tests gratuitamente y con resultado inmediato, que se enviarán a tu dirección electrónica en PDF. Uno de ellos identificará tu QP – cociente de inteligencia positiva, que mide el porcentual de tiempo que tu mente actúa en tu favor en vez de sabotearte, y el otro test, tus saboteadores.
El resultado de los saboteadores es extenso, pues contiene trechos del libro para ayudarte a explorar cada uno de ellos. Es muy interesante, y si quieres saber más sobre el tema podrás obtener más información en el libro del autor.
Para alcanzar tu verdadero yo, tu esencia, que está oculta bajo tus máscaras, y forma parte de todo proceso de sanación, es preciso identificar tus necesidades emocionales. Tema del próximo artículo.
Rosemeire Zago é psicóloga clínica CRP 06/36.933-0, com abordagem junguiana e especialização em Psicossomática. Estudiosa de Alice Miller e Jung, aprofundou-se no ensaio: `A Psicologia do Arquétipo da Criança Interior´ - 1940.
A base de seu trabalho no atendimento individual de adultos é o resgate da autoestima e amor-próprio, com experiência no processo de reencontrar e cuidar da criança que foi vítima de abuso físico, psicológico e/ou sexual, e ainda hoje contamina a vida do adulto com suas dores. Visite seu Site e minha Fan page no Facebook. Email: [email protected] Visite o Site do Autor