Cuando el tema abundancia sale a relucir en las redes sociales, como por ejemplo en el Facebook o en Instagram, salen ciertos comunicados corrientes sobre la abundancia que advierten de que es preciso estar abiertos al flujo de la abundancia, o entonces que las creencias limitantes pueden hacer que tú no estés recibiendo lo que es tuyo por derecho.
Y quedan preguntas en el aire. si es cierto que existe un flujo de abundancia ¿por qué favorece a algunos y no a todos? O bien ¿es cierto que existen creencias limitantes?
Sobre las creencias limitantes, sí, es cierto que existen y por lo regular están asociadas a la baja autoestima, a considerar que todo es difícil, o bien entremezcladas por sentimientos de creerse víctima o de resentimiento.
Pero ¿qué hacer al respecto? ¿Será cierto que clamar por tu derecho, decir y hacer ejercicios mentales o catárticos, repetir decenas de veces yo soy merecedor/a, hará de ti una persona que viva en abundancia? Bien, he de decir que me temo que no.
Por otra parte, ¿será cierto que si tú te mentalizas todas las noches imaginando tener un millón de dólares en tu cuenta corriente por la mañana, eso sucederá? La respuesta a esa pregunta también será no, eso no sucederá.
Según el físico cuántico y autor de libros Amit Goswami, la parte que en nosotros genera y atrae la vida que tenemos no es la mente racional o la mente consciente, sino nuestra parte inconsciente, o sea, aquello que en nosotros sólo es accesible a través de la meditación, con el silencio de la mente racional. Para entender cuáles son las creencias que han venido dificultando tener una vida más abundante es preciso mirar profundamente hacia dentro, con lucidez y sin juzgamientos, en una actitud meditativa y de inmensa compasión.
Por tanto, sólo mentalizar la abundancia no la promoverá, sólo pensar y reflexionar sobre ella, tampoco.
Las creencias y actitudes sólo cambian con planteamientos que van más allá de la racionalidad. Se puede utilizar la meditación, aparte de la reflexión, para que con ambas juntas sea posible ampliar el autoconocimiento, pero después es preciso cultivar acciones prácticas para que los cambios de hábitos y de creencias sean reales.
O sea, si los sueños de abundancia son relativos a la profesión, a menudo será preciso invertir en estudio técnico, superior o de posgrado, o en aprender otro idioma, por ejemplo. O sea, hay que prepararse para buscar aquello que se quiere.
Y aquí nos metemos en otra cuestión, más allá de las creencias están las costumbres. Hay personas que tienen la creencia de que todo será mágico y rápido, y acostumbran a dejar para más tarde, alejándose de todo lo que dé trabajo o exija compromiso. Esa es una fórmula básica para no tener demasiado éxito ni buena reputación profesional.
¿Será también, que si toda esa riqueza estuviese en tus manos, estarías dispuesto a lidiar con los efectos colaterales de toda esa posesión?
Sí, todo tipo de experiencias conllevan ciertas cargas.
Tener dinero es estupendo, y mejor aún si es en grandes cantidades, pero es un hecho que cuidar y mantener el dinero o el patrimonio origina gran ansiedad y estrés.
Porque en general, todo lo material es perecedero y mutable, y crea estructuras que limitan la libertad humana. Todo esto acaba por originar cierta sensación de inestabilidad, ansiedades y preocupaciones constantes.
Puede ser que el que busca abundancia quiera enriquecerse deprisa, con poco esfuerzo, y sueñe con maneras fáciles, tales como mentalizar y pensar en un valor x que le gustaría tener en la cuenta, como he dicho antes, pero no reflexiona sobre cuánto tendrá que trabajar y durante cuánto tiempo, para tener y después para mantener la cuenta así de rellena, o bien cuán esclavo será para hacer o producir siempre más para mantener sus necesidades saciadas y sus deberes financieros saldados.
El éxito puede tener innumerables inconvenientes. El primero es que puede enviciar y tras un triunfo se quiere otro y otro infinitamente, no sintiéndose jamás satisfecho. Aparte, las responsabilidades que la figura pública asume para con las personas que le siguen, para bien y para mal, puesto que es un hecho que la figura del triunfador será copiada. Creando muchas veces karmas de difícil solución.
¿Y el amor? ¡Ah. el amor siempre es bueno! Pero quien pide sociedad amorosa, ¿está de veras pidiendo el amor? ¿O quiere tan sólo alguien para compañía, para satisfacer sus deseos, para que esté a su disposición? Si es así, pues bien, esto no es amor. Esto puede ser carencia, y tener una relación así es pedir dolores de cabeza que no se acaban.
Así, antes de pedir abundancia en algo, es bueno saber bien por qué y para qué.
Promover el autoconocimiento es esencial para una vida con más amplias posibilidades de realización, en cualquier campo de la vida que fuese.
Y para esto la Terapia Floral puede ser un óptimo recurso, pues las esencias florales pueden establecer las bases del autoconocimiento, y la revisión de las creencias, además de apoyarnos para emprender los cambios necesarios en nuestra vida, a fin de que ésta contenga mayor bienestar y sentido.
Existe incluso un Programa de la Abundancia, de 22 días, creado por Sabina Petit, productora de las Esencias Florales del Pacífico y profesora autorizada por Deepak Chopra, que tiene que ver con la revisión de las creencias y que por eso es promotor de autoconocimiento, y de auto desarrollo, repasando creencias y patrones, mientras se utiliza una fórmula de esencias florales del Pacífico acompañada de una composición de aceites esenciales para masaje corporal, el Abundance Oleo, que considero muy interesante.
Thais Accioly é especialista em Terapia Floral pela Escola de Enfermagem da USP.
Professora da Pós Graduação em Terapia Floral na Escola de Enfermagem da USP.
Professora da Flower Essence Society/CA EUA no Brasil.
Professora da Bush Flower Essences/AU no Brasil.
Consultora em Cultura de Paz.
11 3263 0504 Visite meu blog e Conheça o Interativo dos Florais. Email: [email protected] Visite o Site do Autor