Tú preguntas a un compañero de trabajo si puede ayudarte con una duda y él simplemente contesta '¡NO!', te da la espalda y se va.
Al llegar a casa, entre una conversación y otra con la persona amada, le preguntas si puede ir al supermercado este fin de semana porque tú vas a tener que estar en el trabajo y no tendrás tiempo. Tu amor te mira a los ojos, dice 'NO PUEDO' y se marcha.
¿Cómo te sientes?
Algunas raras personas lograrían asimilar ese 'NO' de forma suave y tranquila y lidiar con la situación de forma madura y equilibrada.
¡La gran mayoría, por otra parte, caería en una mezcla de sensaciones y sentimientos que se verían fuertemente reforzados por una secuencia absurda de pensamientos!
Pensamientos tales como : ¡'qué grosería!', '¡qué poca amabilidad!', '¿por qué yo ayudo siempre a los demás y cuando necesito ayuda, los demás simplemente se niegan?', '¡nunca más pido nada!', '¡qué egoísta!', '¡qué idiota soy!'.
Y sentimientos como enfadarnos con nosotras mismas, por no saber hacer lo mismo si no apetece acceder cuando nos piden algo, resentimiento contra el otro, indignación por el modo en cómo el otro se posiciona, opresión en el pecho, nudo en la garganta, lágrimas, reacciones explosivas, represalias, silencio resentido y dolido, sensación de no ser amada, rechazo, entre otros.
Y tú ¿qué contestarías en tales situaciones? Si un compañero te pidiese ayuda en el trabajo, ¿dirías que sí o que no? Si la persona a quien amas te pidiese un favor por estar ocupada ¿le dirías sí o no?
¡Sé lo más sincera posible contigo misma al contestar! Es decir, las más de las veces, cuando alguien te pide algo, ¿dices sí o dices no?
Finalmente, tu contestación tiene qué ver con cómo te sientes ante aquella petición, o tiene que ver con cómo te parece que la persona va a sentirse en caso de que te niegues a lo que te pide?
¿A quién quieres agradar más? ¿A ti misma o al otro? ¿A quién se te hace más difícil dejar frustrado: a ti misma o al otro?
¡Es increíble el número de personas que viven en función de lo que suponen (y hasta saben) lo que el otro va a sentir, en vez de vivir en función de sus propios valores y sentimientos y de sus propios motivos para decir que sí o que no!
Y esto sucede por dos motivos: o porque la persona no sabe lidiar con el ¡NO! y ante el no del otro, no es capaz de preguntar simple y naturalmente ¿por qué no?, en un tono de quien sólo quiere saber el motivo ¡y realmente comprende que el otro tiene derecho a negarse a hacer cualquier cosa que no quiera o no pueda hacer!
Y en este caso, el problema es que la simple negación del otro dispara un sinfín de interpretaciones equivocadas, distorsionadas y parciales sobre cómo es el otro (egoísta, grosero, ingrato, etc.).
O lo contrario, porque la persona, de tan poco merecedora como se siente, ni siquiera se da espacio o derecho a cuestionar el no del otro.
Es decir, simplemente se traga aquel no, pero jamás se permite decir ese mismo no, de tan tensa y preocupada como queda con lo que podrían pensar de ella, o con el malestar que causaría al otro diciéndole que no.
Sin embargo, el caso es que el modo en cómo tú recibes el no del otro y, principalmente, cuánto te permites decir no al otro, revelan, sobre todo, lo que piensas de ti misma!
¡Porque, a fin de cuentas, tiene todo que ver con decirte sí a ti misma antes de atender las peticiones de otros! Tiene que ver con ser capaz de plantarte, respetar tus propios deseos y tomar una decisión coherente con lo que tú quieres, con tus valores y tu disponibilidad. ¡Tiene que ver con cuánto percibes que tienes ese derecho, o no!
Entonces, considerando que, si fueses capaz, te encantaría decir que no a alguien, reflexiona conmigo:
¿Por qué dirías no?
Has de saber que puedes decir no a lo que alguien te pida simplemente porque no quieres hacerlo. Por ejemplo, tu amiga te llama para ir a un bazar el sábado por la tarde y tú no quieres ir. Punto. Quizá quieras decir que no porque lo que te ha pedido va contra lo que tú crees y quieres para tu vida. O quizá también porque realmente no puedes, y si lo hicieses, te perjudicarías de alguna forma. ¿Cuál es tu motivo? No hace falta, necesariamente, contárselo al otro. Pero es preciso que en tu interior lo sepas. Tienes que aprender a cuestionarte.
¿Cuáles son las probables consecuencias que tu no va a originar?
Primero: quizá ni siquiera origine tan malas consecuencias como te imaginas. Por lo demás, ¿estás siendo egoísta porque esa persona es siempre colaboradora y te sientes en el deber de retribuírselo? O es sólo que ella se disgustará porque no sabe oír un no? ¿Eres capaz de lidiar con su disgusto? ¿Esa persona es realmente importante para ti o tú simplemente no soportas la idea de no ser querida por todos? Observa que tu respuesta tiene todo que ver contigo y no con el otro.
¡Tu decisión ha de tener sentido para ti!
Si no consigues descubrir por qué te encantaría decir que no a lo que alguien te ha pedido, y si no eres capaz de analizar, de modo realista, qué es lo que ese no tuyo puede originar y cuán preparada estás para asumir esas consecuencias, seguirás experimentando una verdadera tortura cada vez que alguien te pida algo y desees decir que no.
Por eso, querida mía, parte del presupuesto de que todo el mundo tiene derecho a decir no, incluso tú. Y que tú no puedes decidir por nadie, pero puedes y debes decidir por ti misma. Tú nunca serás querida por todos, aun diciendo siempre que sí.
Y sólo hay un modo de lograr ser una persona que dice no cuando quiere decir no y sabe asumir las consecuencias: entrenando, experimentando, cometiendo errores y corrigiéndolos, cuestionándose, reflexionando y, sobre todo, desarrollando madurez suficiente para saber oír y decir un no y sentirse tan justa y digna de ser querida como si hubieses oído y dicho un sí.
A fin de cuentas, has dicho que sí, sólo que a ti misma - ¡la persona más importante de tu vida! Sí a ti misma, porque te has otorgado el derecho de pedir, y has sabido lidiar con la disponibilidad del otro. Y sí a ti misma porque has elegido hacer lo que era mejor en aquel momento, en tu vida.
Ese es el principio de la integridad y de la transparencia. ¡Ese es el principio de la autoestima!
Rosana Braga é Especialista em Relacionamento e Autoestima, Autora de 9 livros sobre o tema. Psicóloga e Coach. Busca através de seus artigos, ajudar pessoas a se sentirem verdadeiramente mais seguras e atraentes, além de mostrar que é possível viver relacionamentos maduros, saudáveis e prazerosos.
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