Empatía, compasión y sintonía, son palabras que no constan en el diccionario afectivo de los abusadores emocionales. El contacto de mirada a mirada, yo te percibo, tú me percibes, difícilmente se produce, o no existe siquiera en esas relaciones.
No hay conexión emocional y las relaciones crecen en un clima condicional, con el telón de fondo de la crítica, donde la pareja o familiares, con frecuencia, sienten que nunca serán lo suficientemente buenos según el juicio de lo que sería ideal para contentar al otro.
Permanecen, por tanto, subyugados y, como rehenes, tienen sus vidas prácticamente paralizadas a la espera de algún gesto que ofrezca un mínimo de significado de aprobación, una migaja de afecto.
Si anhelas ser feliz y la tuya es una relación tóxica de ese orden, sal de esa frecuencia, cambia tu película interna y nunca esperes nada más allá de lo que ya sabes que una persona de ese tipo ofrece, ya que ella jamás va a cambiar este modo abusivo de comportamiento.
Busca ayuda para desvencijarte, rescata tu autoestima y autonomía personal, reinvéntate y haz terapia.
En mi libro Secuestradores de Almas, hay un pasaje interesante que se encaja aquí como posibilidad que se viene mostrando súper eficiente para el autoconocimiento y solución de estos temas, que es la terapia EMDR que suelo utilizar:
Con este tipo de ayuda terapéutica, la inteligencia de sobrevivencia va tejiendo una suerte de colcha de retales sobre todo lo ocurrido, extravasando, al mismo tiempo en que las reescribe, las emociones y pensamientos disfuncionales que quedaron en la situaciones traumáticas. Modifica la comprensión de las memorias dañosas, fortaleciendo y rescatando recursos personales hasta llegar a la sanación emocional.
Escenas que vinieron durante el reprocesado: Él sabía cómo desestabilizarme. Yo tenía una urgencia muy grande en resolver algo que él decía que no era bueno en aquel momento, lo cual activaba mi gran malestar. A partir de ahí, la conversación ya no fluía y yo hablaba siempre sola; yo lloraba mucho y él nunca decía nada. Si yo quisiese marcharme daba igual. No trataba siquiera de tranquilizarme. Cuanto más desestabilizada me dejaba, más satisfecho estaba. La única manera era permanecer a su lado.
Cuando yo quería marcharme, él venía tan bueno, tan cariñoso, y yo me sentía confundida considerando que quizá había sido demasiado severa.
Frecuentemente él hablaba y me acusaba de cosas que yo no había hecho. Al principio despertó en mí cosas tan buenas y después se volvió del revés.
Su presencia, su preocupación. marcaba mis consultas para que yo fuese al médico. Yo me sentía cuidada, cuando me daba medicamentos, incluso cuando él era tan ruin conmigo. Recuerdos de momentos difíciles con él, sensación de impotencia y de desesperación, malestar en el pecho, eran constantes.
Después de rememorar todo esto, la paciente pudo, seguidamente, iluminar aspectos saludables suyos que estaban olvidados, recordó cómo siempre había sido decidida y de cómo antes de esa relación, siempre había tomado decisiones independientes a favor de sí misma. Percibió el punto de su virada emocional, y además hizo los enlaces con situaciones suyas de la niñez que a veces la ponían en condiciones de carencia afectiva, logrando así reorganizar toda su holo-historia, saliendo de la relación tóxica totalmente rescatada en su estima anterior, pero con más madurez.
Somos libres para buscar alternativas y a veces tenemos necesidad de otros puntos de vista.
Que el placer de existir esté presente en todos nuestros vuelos. Y que jamás olvidemos que la renovación en nombre de la vida siempre puede y debe existir.
A fin de cuentas, todos nosotros estamos aquí para despertar.
El verdadero encuentro con nosotros mismos sólo ocurre cuando nos conquistamos a través del autoconocimiento y de acciones concretas que nos llevan al aumento de la Consciencia y a nuestro verdadero destino que es el Despertar. Para tanto, las conquistas implican centrarse, asumir responsabilidad sobre la vida que estamos llevando y el placer de existir en nuestro modo mejor.
Recordando que jamás resultará buena una vida que no camina a favor de sí.
Silvia Malamud é colaboradora do Site desde 2000. Psicóloga Clínica, Terapias Breves, Terapeuta Certificada em EMDR pelo EMDR Institute/EUA e Terapeuta em Brainspotting - David Grand PhD/EUA.
Terapia de Abordagem direta a memórias do inconsciente.
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Autora dos Livros: Sequestradores de almas - Guia de Sobrevivência e Projeto Secreto Universos