La verdadera libertad sólo puede ser interior, pues sin ella la capacidad de actuar con determinación y seguridad frente a los desafíos del mundo, se hace imposible.
Este es un concepto muy importante para comprender, pues está intrínsecamente relacionado con el desarrollo de eso que denominamos el poder interior.
En cuanto dominados por la mente y el ego, somos presas fáciles de la necesidad de elogios, reconocimientos y aprobación. Y, en la ruta opuesta, derrotados por las críticas y por la desaprobación ajena.
Sentirse aceptado, amado y comprendido es, sin duda, un sentimiento muy confortable. La cuestión es saber cuánto somos capaces de abrir mano de nuestra propia esencia, para garantizar este confort.
Ser libre interiormente exige, muchas veces, contrariar aquello que se espera de nosotros. Y el precio a pagar por esta actitud tiende a ser alto. Si esta libertad no estuviere profundamente enraizada en la conciencia, difícilmente lograremos reunir la fuerza necesaria para mantenernos fieles a lo que nuestro corazón determina.
Pese a los contratiempos que pueden sobrevenir, ejercer la libertad interior es extremadamente compensador. Tiene como resultado una auto-confianza sólida y un elevado grado de autoestima que ninguna opinión exterior es capaz de destruir.
Dentro de veinte años estarás más arrepentido por las cosas que no has hecho que por las que has hecho. Entonces suelta tus amarras. Aléjate del puerto seguro. Agarra el viento en tus velas. Explora. Sueña. Descubre.
Osho