Cuando una persona está bien consigo misma, realizada y feliz, está en condiciones de transmitir cosas buenas a todos los que la rodean. Pero muchas veces, debido a situaciones de la vida o a su personalidad, no siempre consigue mantener la armonía con su interior o tener clareza para identificar o alcanzar sus metas, lo cual puede originar diversas dificultades emocionales y estorbar a su desarrollo personal, sus relaciones, su felicidad y su salud como un todo.
Reunidos en un conjunto de 38 esencias, los Florales de Bach son un recurso seguro y eficaz, que auxilia al individuo a administrar las presiones mentales y emocionales, internas y externas, del día a día, actuando principalmente sobre las emociones, el comportamiento y la personalidad, ayudando, de forma sutil y natural, en el desarrollo de las cualidades necesarias para el bienestar y equilibrio general.
Los Florales de Bach son esencias preparadas a partir de principios energéticos extraídos de flores maduras, arbustos o plantas, a los cuales se añade brandy, alcohol natural o glicerina como conservantes. El resultado es una solución diluida que no posee principios activos, y que por ello no presenta ningún efecto fisiológico, biológico u orgánico. Los preparados normalmente se administran vía oral y no presentan toxicidad a dosis habituales.
Las esencias florales son compuestos naturales y artesanales, que activan, a nivel energético, procesos de expansión y transformación de la consciencia, despertando talentos, virtudes y potenciales latentes, favoreciendo y posibilitando la restauración de la paz, de la armonía y del equilibrio del ser, a partir del autoconocimiento. Cada esencia está indicada para una emoción u comportamiento específico, pudiendo ser administrada sola o en conjunto con otras esencias del repertorio.
Por su naturaleza no física, las esencias florales son de acción benigna, no tienen impactos directos sobre la bioquímica del cuerpo, no provocan dependencia y pueden ser tomadas por personas de todas las edades con absoluta seguridad. Tampoco son medicamentos homeopáticos, fitoterápicos o alopáticos, y no sustituyen los cuidados médicos o psicológicos convencionales necesarios cuando estén indicados, pero pueden actuar en conjunto con esos tratamientos, sin interferir en la acción de los mismos.
La terapéutica floral está basada en el trabajo del Dr. Edward Bach, médico homeópata inglés quien, en torno a 1930, buscando la raíz del sufrimiento humano y las verdaderas causas de los desequilibrios físicos y psíquicos, observó que éstos no se producían por casualidad, sino que eran fruto de perturbaciones de orden emocional, mucho más que resultado de agentes patógenos, como bacterias o microorganismos. Así, su visión filosófica contempla el tratamiento de la personalidad, y no de la dolencia, cuidando la causa en vez del efecto, mirando la enfermedad como resultado del conflicto entre el alma (Yo Superior – la parte más perfecta del Ser) y la personalidad (Yo Inferior – lo que somos en el día a día). Según él, el sufrimiento es mensajero de una lección, el alma envía la dolencia para corregirnos y ponernos nuevamente en nuestro camino. El mal no es más que el bien fuera de lugar. Los florales tratan, por tanto, el estado de ánimo y el temperamento del individuo, en vez de tratar los males físicos.
Como preconizaba el Dr. Bach en su libro Cúrate a ti mismo, la terapia floral tiene carácter de auto-curación y se fundamenta en la búsqueda del autoconocimiento y de la autopercepción consciente de emociones, pensamientos y actitudes, favoreciendo el cultivo de las virtudes y cualidades que nutren la consciencia del individuo, conduciéndolo al equilibrio. En la Terapia Floral el individuo es contemplado como un todo, en sus varios aspectos: personalidad, situación actual, ideas, salud física, contexto social, educación, creencias, valores, modo de relacionarse consigo mismo, con los demás y con los acontecimientos de la vida, además de otros muchos detalles. De ese modo, la terapia floral tiene también carácter preventivo, pudiendo actuar antes de la manifestación emocional, mental o física de la desarmonía, con base en características de comportamiento y personalidad del individuo.
El Dr. Bach descubrió que hay siete grupos emocionales generales, en los cuales se basó para clasificar las 38 esencias individuales, cada una relacionada con un estado emocional específico. Reconocer exactamente como nos estamos sintiendo es la clave para la elección del Floral de Bach más apropiado. Pese a todo, puede ser muy difícil a veces para el individuo analizar y comprender sus propias emociones con sinceridad y clareza. Por ello la indicación y prescripción debe hacerse por terapeutas florales debidamente cualificados, los cuales también harán el seguimiento del individuo en el proceso de autoconocimiento, a fin de que comprenda las causas de sus dificultades emocionales y pueda desarrollar las cualidades necesarias para alcanzar sus objetivos internos. La Terapia Floral actúa, así, integrando la implicación del paciente con el seguimiento y apoyo terapéutico, y con la acción de las esencias florales.
El Dr. Bach concluyó sus pesquisas y pasó los últimos años de su vida en un pequeño chalet en Inglaterra llamado Mount Vernon, conocido hoy como The Bach Centre. Los actuales responsables continúan la producción de las tinturas-madre (resultado del primer proceso de elaboración de los Florales), utilizando, en muchos casos, los mismos lugares identificados por el Dr. Bach en los años 30.
Solamente la marca Bach garantiza la adquisición de los Florales de Bach originales, elaborados como siempre lo han sido desde los tiempos del Dr. Bach, con tinturas producidas exclusivamente en el The Bach Centre en Mount Vernon, Inglaterra. En el Brasil, The Bach Center está representado oficialmente sólo por el Instituto Dr. Edward Bach.
por WebMaster
Consulte grátis
Avaliação: 5 | Votos: 1
Sobre o autor WebMaster é o Apelido que identifica os artigos traduzidos dos Associados ao Clube STUM, bem como outros textos de conteúdo relevante. Email: [email protected] Visite o Site do Autor