Mantener un estado de tranquilidad y relajación frente a las dificultades y obstáculos que la vida coloca en nuestro camino, es más que desafío.
A fin de cuentas, el principal entrenamiento que nos impusieron en nuestra formación es la lucha para poder lograr la seguridad deseada. A la mayoría de nosotros no se nos avisó de que la vida es incontrolable.
Pese a nuestros esfuerzos y tentativas, hay circunstancias en que éstos se muestran absolutamente inútiles, y la realidad se impone por encima de nuestras metas, sin que tengamos condiciones para alterarla.
Si bien el poder de la voluntad se muestra útil para que plantemos las semillas, éstas sólo fructificarán si están reunidas todas las condiciones ideales. Y gran parte de estas condiciones pertenece al terreno de lo imponderable.
Nos corresponde a nosotros, entonces, el aprendizaje esencial de la espera confiada y relajada. Cuánto mayor sea nuestra capacidad de desarrollar la certeza de que, en algún momento, el cambio llegará, más tranquilidad podremos experimentar.
Pero ¿y cuando la vida nos presenta resultados y éstos son lo opuesto a nuestro deseo? Es en este momento cuando el poder de la relajación se revela como más fundamental.
La mejor salida es la no resistencia, o sea, dejar a un lado aquel objetivo sin tener garantía alguna sobre si llegará o no a alcanzarse en un futuro. Esto, no obstante, sólo es posible cuando se tiene la consciencia de que la vida es un constante aprendizaje. Independientemente de la experiencia que ella coloque en nuestro camino, lo más útil será siempre indagar cuál es la lección que necesitamos aprender. Si logramos alcanzar esta comprensión, y relajarnos en la seguridad de que todo es exactamente como debe ser, la jornada ciertamente se hará mucho más plena de significado.
Relajarse no es una cuestión sencilla; es uno de los más complejos fenómenos, porque todo cuanto nos han enseñado ha sido tensión, ansiedad, angustia. Tendrás que aprender - es una acción negativa. Es una de las cosas más significativas que hay para aprender. Sabemos hacer cosas; este es el modo positivo, agresivo, masculino.
Hay otro enfoque, más sutil, más gracioso, más femenino: permanecer en un estado de dejarse llevar, permanecer en un estado de rendición y permitir a la existencia fluir por ti.
Significa permitir que las cosas sucedan. No hagas nada, permite que suceda.
Y este es el camino del corazón.
Osho