Para los escépticos, que sólo creen en lo que ven con los ojos de la materia, ciertamente la influencia de la energía planetaria en nuestra vida no es más que una ficción.
Pero aquellos que ya comprendieron que energía es todo lo que mueve el Universo y que, por tanto, somos todos parte de ese engranaje misterioso, perciben la gran influencia que tienen los planetas sobre nosotros.
Esta verdad puede ser comprobada no sólo en lo que se refiere a nuestro ADN astrológico (signo solar, ascendente y signo lunar), sino además en lo que atañe al movimiento de los planetas por nuestras casas natales.
Si todo en el Universo es permanente cambio, con los cuerpos planetarios no sucede de modo diferente. Ellos caminan por la rueda del zodíaco en un fluir incesante, que puede ser de corta o de larga duración.
Somos permanentemente afectados por este proceso; por eso, aquellos que optan por una vida consciente, procediendo en cada momento con la intención de mantenerse en sintonía con las fuerzas de la vida, saben que es de gran valía tener acceso a esta información.
Ella nos ayuda no sólo a lidiar con los desafíos que surgirán en el camino, sino además a aprovechar las oportunidades de crecimiento y evolución que nos son ofrecidas todo el tiempo.
Cada planeta posee cualidades que podemos utilizar de modo positivo, a nuestro favor, aunque al principio los acontecimientos que traen puedan parecernos negativos.
Si tenemos siempre en mente que cada momento puede ser utilizado como una ocasión para alcanzar un nivel más elevado en nuestro autoconocimiento, ciertamente nos enfrentaremos a los obstáculos con la certidumbre de que éstos serán ritos de transición a nuevas e importantes victorias.