Todos deseamos un futuro promisor, en el cual nuestras necesidades, tanto materiales como emocionales, sean plenamente atendidas y podamos alcanzar la tan soñada felicidad. Cuando nos deparamos con momentos difíciles, es útil e importante cultivar la esperanza de superarlos en un tiempo que aún está por venir.
Sin embargo, muchos seres humanos hacen de la expectativa en relación al mañana su postura básica ante la vida. Los grandes maestros espirituales han puesto incansablemente énfasis en que el futuro no es más que una posibilidad, y que lo único cierto y concreto que poseemos es el momento presente.
Recordar esta verdad a cada instante es lo que marca toda la diferencia entre vivir de esperanza y actuar efectivamente para construir el futuro que deseamos. Está claro que habrá muchas variables actuando, y que, aunque nos dediquemos con ahínco a la construcción de lo que anhelamos, puede que no lo alcancemos, visto que la existencia tiene sus misterios y puede llevarnos en direcciones opuestas a las que hemos soñado alcanzar.
Ser conscientes de esta posibilidad y confiar en el hecho de que todo lo que la vida nos trae es siempre lo que necesitamos para alcanzar evolución y crecimiento interior, puede hacernos ver libres de la amargura y del inconformismo.
Si mantenemos el foco de nuestra acción en el momento presente y hacemos de él la base para el futuro que vendrá, las posibilidades de que lo esperado se materialice son muy grandes.
Lo importante es relajar en el ahora, con la tranquilidad de que estamos haciendo nuestra parte y confiando en que el Universo prestará su contribución para que nuestro futuro sea tan colorido y feliz como hemos planificado. El mañana nunca sucede, siempre es el hoy. Y la mente que piensa en términos de mañana, siempre pensará en términos de mañana. Y ésta nunca sucede, nunca existió, nunca existirá. Todo lo que tienes es este exacto momento, entonces, no sigas aplazando.
Osho – El Libro de los Secretos.
Publicado dia 2/1/2017 10:37:30 AM em STUM WORLD
