Siempre que la vida te dé opción a elegir, opta por moverte hacia la conexión con tu verdad más profunda. Pero para hacer esto es necesario un alto grado de autoconocimiento.
Escuchar permanentemente a tu corazón es el paso esencial, pues éste es la brújula que en cada momento te indica la dirección correcta, o sea, aquella que te traerá realización interior, plenitud, serenidad, paz y alegría.
Solamente cuando seas capaz de distinguir lo que es verdaderamente un deseo tuyo de aquellos que te sean impuestos, será cuando finalmente empezarás a descubrir tu verdad.
A partir de ahí, cada realización que llegues a emprender, será también una entrega total a la vida. Percibe, en cada momento, qué señales te está enviando tu corazón, y no las ignores.
Así jamás habrás de llegar al final de la jornada con el sentimiento de no haber sido fiel a ti mismo. Aunque tu verdad pudiese ir en sentido opuesto a todo aquello que te han enseñado como más adecuado y aceptado socialmente, abrir mano de lo que es valioso para ti, sólo para ser aceptado o bien visto por los otros, puede ser un precio demasiado alto para pagar.
Elegir siempre lo que les hará verdaderamente felices es la única opción para aquellos que no ven otro sentido a la existencia, sino el de vivirla de modo totalmente verdadero.
“La mente es deseo y vosotros continuáis llenándoos de más y más deseos, más y más ambiciones, buscando poder, prestigio y riqueza. Y os habéis olvidado completamente de que existe un corazón pulsando dentro, que ya vive en Dios, que ya forma parte de la ley mayor… aquello que ya forma parte de la inagotable y eterna ley.
Vosotros estáis ligados a Dios a partir de vuestros corazones. Vuestros corazones son raíces en el terreno de Dios. Vuestros corazones aún son alimentados por Dios, por la verdad.
Pero vosotros no estáis allí. Habéis dejado el local vacío. Vivís en la cabeza. Pasáis todos los días en vuestras cabezas; nunca bajáis de allí.
...Buda dice que lo falso te parece verdadero porque tú te has vuelto falso para tu propia verdad, para tu propio corazón. Vuelve para tu corazón y entonces serás capaz de reconocer la verdad como verdad y lo falso como falso. Esto es iluminación, esto es volver para casa.”
OSHO.