La manipulación perversa es una de las más potentes armas de abuso emocional, de poder sobre el otro y de demostración de todo lo que no es amor. En sus actos, los abusadores perversos hábilmente proceden con abordajes coercitivos que tienen por objetivo la inserción de sentimientos de culpa, amenazas de represalias, exclusión, separatismo, corte afectivo y exilio de todo lo que puede formar parte del ambiente relacional de la persona-blanco. El objetivo, por tanto, no es únicamente lograr la total sumisión del otro, sino además su aniquilamiento.
¿Por qué proceden así?
Por su enfermedad psicológica, muchos de esos manipuladores funcionan como una especie de “saco sin fondo ambulante”, se configuran como eternos deseadores queriendo absolutamente todo para sí mismos, como si el mundo les estuviese debiendo algo que jamás puede ser colmado, haciéndolos cada vez más insaciables.
Como nunca se dan por satisfechos, se imaginan en el derecho de que todo lo pueden poseer. Sus actitudes son ejemplos exactos de todo lo que puede significar la palabra egoísmo. En su furia de voracidad, alucinadamente, y haciendo uso de mil y una estrategias de conducta, siguen conquistando aquello que van anhelando por el camino. La paradoja es que al final de cada posesión, todavía permanecen insatisfechos en la sensación de que lo adquirido es efímero. Navegan, por tanto, en un pseudo placer que tiene únicamente la duración de un imperceptible segundo.
Como nunca se realizan por completo, siempre están al acecho considerando que el otro tiene lo que les falta, lo que por derecho debía pertenecerles. En nombre de ese ciego presupuesto van al infinito atravesando todo y a todos, haciendo lo imposible por hacer efectivas sus tentativas de lograr lo que desean.
Pese a que son altamente sofisticados en el arte de disimular sus demandas emocionales, incluso ante sí mismos, un buen observador percibirá fácilmente cuán envidiosos son y cuánto anhelan todo lo que el otro tiene y conquista. Envidian y desean atributos ajenos, envidian y desean la luz ajena, envidian y desean identidades, gustos personales y todo lo que da colorido a otro que no sea él.
Por tanto, no te hagas ilusiones, no hay pacto posible de amistad o de amor mientras persista esta pauta enfermiza. Las relaciones, del orden que fuesen, siempre tenderán al fracaso.
Si acaso tú te das cuenta de que puedes estar pasando por situaciones de ese tipo con pareja afectiva, familiares, amigos o en relaciones de trabajo, sé perspicaz y protege tus límites de benevolencia ciega.
Si encuentras dificultades para salir de esta situación tú solo, no dejes de buscar ayuda terapéutica, tu vida vale mucho más que intentar sobrevivir a eso sin lograr una salida saludable. Las víctimas de tales abusadores suelen pasar por estados depresivos, de desvitalización y de dudas sobre sí mismas.
Recuerda, ¡no hay pacto posible cuando el hambre del otro es insaciable!
Silvia Malamud é colaboradora do Site desde 2000. Psicóloga Clínica, Terapias Breves, Terapeuta Certificada em EMDR pelo EMDR Institute/EUA e Terapeuta em Brainspotting - David Grand PhD/EUA.
Terapia de Abordagem direta a memórias do inconsciente.
Tel. (11) 99938.3142 - deixar recado.
Autora dos Livros: Sequestradores de almas - Guia de Sobrevivência e Projeto Secreto Universos
Publicado dia 6/24/2017 7:34:26 AM em STUM WORLD
