¿Ya te ha pasado conocer a alguien que ya de entrada no te atrajo absolutamente nada, pero que por otra parte, ibas siendo tan enaltecida por esa persona, que empezaste a dudar sobre tu primera impresión? ¿Ya te ha pasado asimismo que en la secuencia, gradualmente, fuiste dejando de oír tus avisos internos de alerta, al mismo tiempo en que racionalmente te ibas convenciendo de que el juicio que habías formado sobre aquella persona podría estar totalmente equivocado, y que ella podría tener cualidades que no habías visto en un principio, quizá porque no tenías un buen día, o algo así?
Has de saber que es en esos postreros momentos de confusión mental y de cambio de percepción sobre lo que has visto o notado, cuando se instala el peligroso lugar de un doloroso proceso de negación de uno mismo que suele producirse en las relaciones abusivas en general. Como consecuencia de una relación de ese tipo, con el tiempo de convivencia y a medida que vas estando más y más cercana, abriendo espacio para que se llegue a un vínculo mayor, es cuando empezarás a sentirte acorralada y pasarás a vivir todos los espacios de tu vida en función de los deseos y humores de ese otro, quedando día tras día continuamente minada tu identidad…
Por cuenta de maniobras de encantamiento oscuras y casi imposibles de detectar, el abusador va poniendo cerco a sus víctimas, seduciéndolas de forma ostensiva al tiempo que velada. Como él tiene maestría en el conocimiento de cómo moverse en esa trama, sutilmente irá tejiendo su urdimbre y te enredará con sus promesas de ser y de hacer todo aquello que anhelas, complementándote además en lo que siempre te ha faltado. Es importante notar que son cosas que sólo sucederán en la fase en que él, como serpiente a punto de atacar, planifica el bote.
La fase de la conquista.
Como regla general, suelen convencer a sus futuros objetivos con sus astutos juramentos de amor, pero lo que las víctimas no sospechan es que el precio de esta supuesta bondad será más adelante cobrado de modo drástico en todo lo que pueda significar tener vida propia.
Ocurre, por tanto, que cuando llegues a darte cuenta ya estarás totalmente seducida, atrapada en la telaraña de ese que al principio nada significaba para ti.
Interesa saber, incluso como profilaxis, que por lo regular es así como se cae en las redes de los abusadores emocionales tan conocidos de nuestra actualidad. Desgraciadamente, este es el camino que suele recorrer la mayoría de las víctimas que nunca supieron nada sobre esas terribles posibilidades en lo que atañe a las relaciones. La convivencia con ese tipo de patologías forma parte del escenario de las aberraciones narcisistas de nuestro siglo, en que las personas suelen enfermar drásticamente. Conocer el modo de funcionar que tienen estos tipos patológicos es la mejor prevención para evitar caer en trampas como esa.
Los Narcisistas Perversos lidian muy mal con cualquier situación que les sugiera tener que pasar por cualquier frustración o límite, viven persiguiendo ideales de belleza, moda, intelectualidad, etc. A toda costa quieren mostrar al universo sus parejas y familias con perfección absoluta. Para ellos eses objetivos son tan importantes que hacen que los fines justifiquen los medios, hasta el punto de permitirse actuar sin empatía alguna para con los más próximos. Además, como derivativo característico de esa pauta de funcionamiento patológico, si acaso alguien se atreve a lucir más que ellos mismos, aun siendo una amenaza imaginaria, invariablemente harán lo imposible para destruirlo, quien quiera que fuese.
Los ataques de tales tipos suelen producirse como si fuesen una rápida brisa, al mismo tiempo en que gradual y rápidamente se convierten en un movimiento predador que tiene como único objetivo adueñarse de ti por completo. Como resultado inmediato, en poquísimos tiempo, advertirás que todo tu brillo, fuerzas y preferencias personales se verán minadas en favor de los deseos de ese otro con quien estás iniciando una relación. Si no andas lista, en muy poco tiempo y de modo devastador, dejarás de reconocerte como la que siempre has sido.
Como norma, ya al comienzo él se presentará a ti como tu mejor amigo, pese a que declaradamente empezará a demostrar que la forma de hacer explícito su amor, cuidados y protección será mediante la imposición de reglas personales, y te avisará paso a paso cómo deberás comportarte en esa relación, que él asegura será maravillosa, única, y con la promesa de ser eterna, siempre que te dejes cuidar…
Una vez empieces a dudar de ti misma, de tu primera percepción, y caigas en esa seducción perversa, ingenuamente creyendo en las promesas manipuladoras, el abusador no medirá esfuerzos para cercenar toda y cualquier actitud tuya que pueda representar autonomía sobre ti misma. Tal cosa él no la soportará en ninguna hipótesis, puesto que su intención es adueñarse de ti por completo, a fin de cuentas, en la patología de su mente, desde el momento en que has aceptado estar y envolverte con él, tú le perteneces.
En ese contrato unilateral de posesión deberás satisfacer todos sus deseos, so pena de ser castigada, descalificada y además amenazada con el abandono. En esa forma abusiva de relacionarse, por imposible que parezca, él tiene la astucia de hacerte una suerte de lavado cerebral hasta el punto de que alucines imaginando que él es la última gallega del envase. Vale recordar que ya desde el principio tu sistema de sobrevivencia te advirtió de que él no era para ti, pero que por inconsciencia y por ignorancia sobre el tema, no te tomaste en serio.
Una de las situaciones más tensas que suelen producirse en esas parejas abusivas es el ambiente sexual. Además de acorralarte para que hagas lo que posiblemente no te gusta, aún te descalificaría de la peor forma el día en que no te mostrases dispuesta para el sexo, o no deseases llevar a cabo el juego sexual que él determinase.
Obediente o no, él siempre encontrará la forma de hacerte sentir inferior. En otras ocasiones, se va retirando de las escenas sexuales hasta que tú estés ansiosa y a la expectativa de averiguar qué podrías hacer para que él ceda al amor que supones podría surgir a través de la práctica sexual; lo que ocurre es que nunca viene, y cuando viene, son migajas afectivas cuyo objetivo es mantenerte encarcelada.
Visto desde fuera, parece imposible que alguien se someta a tales comandos, pero desgraciadamente esa situación es más frecuente de lo que se imagina, siendo que la que es rehén de este terror ya ni siquiera se da cuenta de cómo se ha metido en esa encerrona, y aun vive en constante duda sobre sus reales capacidades para tener vida propia independiente del predador. Teme no ser capaz sin él, y aún le parece que está siendo cuidada. Gracias a esa percepción distorsionada de la realidad, aún se siente como si tuviese la culpa de todo.
Como consecuencia surgen inevitables síntomas, tales como fatiga crónica, apatía y/o tristeza sin motivo aparente.
Ahora que has adquirido consciencia al leer este artículo, podrás reflexionar sobre tu vida y sobre la de los que están a tu alrededor, y si fuese necesario, podrás elegir recorrer tus caminos de modo diferente a donde estás.
¡Cuanto más despiertos, mejor!
Silvia Malamud é colaboradora do Site desde 2000. Psicóloga Clínica, Terapias Breves, Terapeuta Certificada em EMDR pelo EMDR Institute/EUA e Terapeuta em Brainspotting - David Grand PhD/EUA.
Terapia de Abordagem direta a memórias do inconsciente.
Tel. (11) 99938.3142 - deixar recado.
Autora dos Livros: Sequestradores de almas - Guia de Sobrevivência e Projeto Secreto Universos