Hola mis amigos!
Voy a contarles una experiencia interesante, que tuve hace algunos años y en la cual aprendí muchas cosas; cuando entré en un coma después de un accidente automovilístico, del cual no tengo ningún recuerdo.
Lo que me acuerdo, es de estar libre de mi cuerpo y salir volando por un largo túnel, cuyos laterales estaban repletos de escenas de esta vida y de otras que supongo seria mis vidas pasadas. En una fracción de segundos, yo havia recordado todo, hasta que paré en una bifurcación que seguía a la derecha por un túnel claro y a la izquierda por uno oscuro. Yo fui fluctuando por el túnel claro y sabía que si pasaba de cierto punto, no tendría regreso. Entonces comencé a fluctuar y a sentir cada átomo de mi ser. Una paz se apoderó de mí y súbitamente no havia mas nada. Pensé para mi: Entonces la muerte es así?
Oí una voz que me pareció familiar y me preguntó: Usted está bien?
Otra vez la voz me preguntó: Donde estamos?
Percibí extrañamente, que yo estaba escuchando mi propia voz, como si fuese un punto de mi conciencia intentando encontrar algún tipo de protección. Ser parte del todo no es fácil!
Vi una luz brillante y plateada que mostraba un mar fosforescente donde yo me reflejaba y pensé: Estoy viva... lo conseguí!
Entonces un ser alado se aproximó y habló: Hola Vera.
Él no movía los labios ni yo, pero conversamos normalmente.
Pregunte quien era él y me respondió: Un amigo.
Donde estoy?
Usted fue traída aquí.
Y donde es “aquí”?
Aquí es donde observamos y evaluamos las iniquidades del espíritu.
Aquello no me sonó muy bien, pues me sentí desnuda.
Aquí es donde las cosas que usted no realizó, serán repasadas.
Yo estoy muerta?
De cierto modo, si.
OH, Dios! Yo tenía tantas cosas para hacer y estaba muerta... Pero me sentía tan viva!
Que lugar es este exactamente?
Aquí es el no-espacio, el no-tiempo. Muchas almas son traídas aquí, algunas cuando mueren, otras vivas y en transición de su “Yo” viejo para el nuevo. Vienen aquí para recapitular. Algunos perciben donde están y otros no.
Mire a mi alrededor y el mar había desaparecido, todo era vacío, havia una luz blanca-brillante, que lo envolvía todo, sin piso, sin limites. Miré mejor y vi a otras personas pasando. Un señor pasó a mi lado y mi mente fue empujada para dentro de la de él y pude sentir los horrores que llevaba en el alma. Quedé asustada, y mi “amigo” me dijo que tuviese cuidado con mis pensamientos por allí, pues podría sentir las experiencias de los otros.
Aprendí en aquel instante que captamos las cosas más profundamente en aquel lugar. Todo está dentro de nosotros: El miedo, el amor, la ansiedad, el odio, la depresión, la gloria. Todas estas cosas que alojamos en nuestro cuerpo emocional, quedan al desnudos fuera de esta tercera dimensión en que vivimos y que donde, de cierto modo, nos escondemos.
Los pensamientos, palabras y sentimientos, son mucho más fuertes en este mundo.
Yo no precisaba verbalizar nada con mi amigo, pues usábamos la telepatía, más reparé que otras personas discutían verbalmente y vi los rayos negros que eran proyectados en cada palabra. Aquella energía quedaba pegada en la otra persona hasta rasgar su aura ceniza... Horrible!
Reflexioné que todo pensamiento que tenemos es algo tangible, sagrado y con forma. Tenemos que ser muy cuidadosos al pensar y hablar.
Miré a mi “amigo alado” y vi que él sostenía un libro, donde había jeroglíficos que saltaban a mis ojos. Yo sabía que era mi vida, los registros de mis existencias. Con alegría, entendí que no era una deudora y que podría convivir con mis errores y aciertos.
Todo estaba muy claro. Tenemos nuestros registros en algún lugar del éter y nada escapa de él. Somos lo que hacemos de nuestras vidas y la vida de nuestro prójimo.
Sentí mis miedos, mis errores, e me vi tan pequeña!
Mi amigo en ese momento intervino y dijo: Usted ansia tanto sentir su ligación con El Creador y cuando esto ocurre se siente abandonada. Confíe, mi amiga! El Creador nunca abandona su propia creación.
Comencé a sentir ondas crecientes de un amor indescriptible y me coloqué de rodillas. Él me habló: Su ego se siente desorientado por sus errores, mas el Creador siente compasión y orgullo por sus aciertos.
En ese momento se expandió un esplendor encandilante y perdí los sentidos. Conforme regresé, un pensamiento me consumía: La vida es un regalo!
Por eso, viva cada segundo como si fuese el único.
La vida es una oportunidad única de venir a la Tierra y servir al Creador, manifestando en lo físico el amor incondicional.
Mi “amigo alado” hablaba en mi mente: Existen muchas Tierras. La que usted conoce, no es la única expresión de la Tierra, es solamente un aspecto de ella. Muchas almas van para Tierras alternativas donde la conciencia y las elecciones son diferentes. Reencarnamos en condición de percibir lo que fuimos anteriormente: Cazadores reencarnando como presas.
Todas esas Tierras son escuelas destinadas a hacernos experimentar el resultado de nuestras acciones. En sesiones de recapitulación como esas, vemos el equilibrio entre lo que dimos y recibimos.
Conforme los conceptos venían yo los recibía como un film ya asimilado sin la necesidad de ver el film completo.
Y mi amigo continúo: La Ascensión no va a acontecer para usted. Usted es la que va hacer acontecer la Ascensión.
Es sólo un nombre que la humanidad usa para identificar un movimiento que está ocurriendo. En la medida que suba por ella, entenderá. Ascensión no es un producto impersonal, por el contrario, es una transición muy personal. Habrá cambios mágicos, mas la humanidad aún no alcanzará la plenitud total hasta un tiempo más adelante.
Veo el gran cuadro en el cual el planeta y la humanidad ascendentes toman su lugar en la gran comunidad galáctica. Cuanta alegría siento al ver eso - más con tristeza paralela - pues veo que, para gran parte de la humanidad, ya es demasiado tarde.
Sólo entonces percibí que estaba regresando, como en marcha atrás. Cuando desperté, volvía del coma, sin explicaciones plausibles y sin otros recuerdos o señales de esta vivencia.
Es verdad, mis amigos: La vida es un regalo y yo estoy aquí para dar testimonio de que esta verdad es concreta. Volví y estoy viva... Y muy feliz por esto!
Recibí una segunda chance, un segundo regalo.
Encontré mi propia divinidad y vi otro lado de nuestra realidad, que siempre estuvo dentro de mi, de nosotros.
Vivan! Sean felices y escriban su historia en el libro de la vida, con letras doradas y dignas, mientras hay tiempo.