Cuando alguien nace en un mundo tridimensional, su conciencia queda limitada por los cinco sentidos, dando inicio a la idea de la separación y del egoísmo. La percepción del universo como un proceso abierto en cuatro dimensiones, permite la expansión de la conciencia más allá de la tridimensionalidad. Corresponde al despertar de la conciencia en el plano astral, abasteciendo la comprensión de que todas las formas del universo constituyen una sola comunidad, mostrando las posibilidades ilimitadas de cooperación entre los hombres. Así, los pequeños “YO” individuales pasan a ver la vida en conjunto y se comprometen con ella. El hombre teme tanto perder este “YO”, QUE SE AFERRA A UNA NOCIÓN LIMITADA DE TIEMPO Y ESPACIO PARA PRODUCIR UNA FALSA IMPRESIÓN DE CONTINUIDAD PSICOLÓGICA.
Cuando el “yo” abandona su coraza psicológica, consigue entonces mirar hacia su potencial Divino, ingresando finalmente en la onda vibratoria de la Nueva Era, en que el ser humano encuentra paz y felicidad.
Vamos a usar un lenguaje más concreto para visualizar la posibilidad de la existencia de la 4ª dimensión:
Dibuje una línea recta y otra formando un ángulo de 90º.Usted creó una realidad plana, bidimensional, con largo y ancho. En la base del encuentro de las dos líneas, coloque su lápiz erguido con base en la unión de las dos líneas, y tendrá una realidad tridimensional, con largo, ancho y altura, como la que vivimos. Ahora, para crear una 4ª realidad o dimensión, tenemos que crear una línea recta perpendicular con todas las otras. Parece una paradoja, más apunta, literalmente, para otra dimensión de nuestra conciencia.
Pensar en la existencia de un mundo de 4ª o 5ª dimensión desafía nuestro entendimiento tridimensional, pero en síntesis, sería aquella realidad que despunta cuando se agotan todas las posibilidades de alcance de la 3ª dimensión.
Si miramos la historia, veremos que es exactamente así que funciona. Cuando, al final del siglo 19, la ciencia descubrió otros estados más sutiles que los clásicos: el gaseoso, el sólido y el líquido. Fue el caso del descubrimiento de la Radioactividad, de la física cuántica y de la teoría del Big-Bang, la gran explosión cósmica que atrajo al universo para un mundo tridimensional. La realidad de la 4ª dimensión entra en el aspecto espiritualista, cuando se trata de la existencia de un plano más sutil de la realidad, correspondiendo al astral de los espiritualistas, al akasha de los hindúes (que es el registro cósmico de todo acontecimiento dentro del universo), y al fuego Divino de los persas. Científicamente, fue llamado como “campo mórfico” por Rupert Sheldrake, lo que va de encuentro a la teoría de Albert Einstein, que dice que la 4ª dimensión es el tiempo, así como la todas las teorías de carácter espiritualista citadas arriba.
En todos los casos, la existencia sutil es registrada en el espacio cuadrimensional, incluyendo el pasado, presente y futuro potencial, de todo y todos, contenidos en el universo. La 4ª dimensión contiene todas las modificaciones que ocurren en el espacio, a lo largo del tiempo. Nuestro hemisferio derecho del cerebro, es capaz de captar el sentido del contenido de la 4ª dimensión, donde lo eterno es aquí y ahora, y es una función del universo cuadrimensional. Estamos inmersos en el tiempo, como afirmaba Einstein al decir que tiempo y espacio son inseparables.
El mayor desafío del hombre, principalmente en este momento de transición, es justamente intentar captar algo de este infinito universo de la 4ª dimensión, trayéndolo para el estrecho mundo tridimensional.
Antes de nacer, pertenecíamos a la 4ª dimensión, para donde volvemos después de la muerte del cuerpo físico. En el mismo momento, en el universo potencial de la 4ª dimensión, están presentes la criatura que ya somos y el anciano que seremos, aunque estas partes de nosotros no sean inmutables. Cada dimensión del universo, incluye las otras dimensiones anteriores, más densas, como en el ejemplo que dimos de la realidad bi, tri o cuadrimensional a partir del dibujo de líneas rectas.
Ahora ustedes podrían preguntar: Existe algún indicio experimental de la existencia de dimensiones sutiles?
Si. Una comprobación más concreta para nosotros de la existencia de la 4ª y 5ª dimensiones en el espacio, es el hecho de sentir nuestras propias emociones y pensamientos como realidades espaciales. Ustedes que buscan aprendizajes nuevos con el fin de evolucionar, en verdad buscan “algo” que va más allá de lo concreto tridimensional en que vivimos. La fe es otro fuerte indicio de esto: nunca vimos a Dios, más sabemos que “Él” existe y nos “guía” de cierta forma.
Pueden no haber visto naves o ETS, más “de alguna forma” saben que el universo sigue una lógica (que podría ser la propia definición” técnica” de Dios), y sería un absurdo sólo tener vida, inteligente o no, apenas aquí en este planeta.
Por lo tanto, la conciencia humana es un espacio vacío que habita en algún lugar más allá de los cinco sentidos que conocemos, por donde transitan emociones e ideas, en un espacio interior, que conforma varios niveles. La 4ª dimensión corresponde al plano astral. Los subniveles inferiores, más densos que la 4ª dimensión, pueden ser juntados como por ejemplo: los rayos X, la electricidad, la radiación atómica, que disuelven las fronteras rígidas del mundo de tres dimensiones.
En la 4ª dimensión también están el mundo magnético y el emocional, que también rompen las fronteras rígidas del mundo tridimensional. Es en ella que está contenida la ley de atracción y repulsión.
Ya la 5ª dimensión es el mundo en que actúan las ideas abstractas, los arquetipos puros de la Mente divina, que las filosofías platónicas y pitagóricas, llamaban “números e ideas”.
La 6ª dimensión, corresponde al mundo de la intuición pura.
La 7ª apunta una Realidad Suprema: El “Átma”, sobre la cual nuestra capacidad humana no llega a alcanzar y percibir, pues seria La propia Fuente que inspira y expira, creando con este movimiento las formas universales.
Las dimensiones están ligadas a los estados de la materia, que corresponden no sólo a siete dimensiones del tiempo, sino también a siete niveles de conciencia humana, o pos-humana. Además de esto existe el “Espacio Abstracto Absoluto”, de donde surgen los universos. Cuanto mayor es la dimensión, más sutil la materia. El hombre no consigue captar la velocidad de la luz, ni algunos sonidos, pues todo en el universo está separado por escalas de vibración. En la 3ª dimensión, esta diferencia no está bien definida, puesto que algunos animales captan ciertas vibraciones que otros no captan.
Es en la 4ª dimensión que actúa el “Fohat”, o la Luz Primordial de la doctrina esotérica, que es la energía que hace puente entre el espíritu y la materia, obedeciendo a la Ley Universal.
Tal vez una forma de expresar más concretamente la 4ª dimensión, sea imaginando la totalidad del tiempo universal y del espacio cósmico que están totalmente entrelazados, formando una 4ª dimensión, que penetra cada instante y lugar del mundo tridimensional. Al contrario de lo que se cree, el mundo no existe apenas en el presente, pero incluye todas las partes y todos los tiempos, siendo que nosotros sólo conseguimos ver un instante de este tiempo, en la 3ª dimensión. Nuestra vida interior se da en las dimensiones sutiles, en tanto que la vida externa se va agotando un instante después de otro. Si seguimos en esta línea, seríamos aptos para probar la existencia del alma y de su eternidad.
El tiempo revelará al anciano que está presente en el bebe, el árbol en la semilla. La mayoría quiere negar lo que no puede ver, pero es imposible, ilógico. Cuando escuchamos una melodía, ella ya está en el astral, completa, más se va expresando lentamente en nuestros oídos, que no pueden absorber “el todo”.
En la “Doctrina secreta”, de Helena Blavatsky, ella cita el diálogo místico entre un discípulo y su maestro:
“Que es lo que existe siempre?
El espacio, lo eterno “anupãdaka”(en sánscrito, aquel que no tiene origen).
Que es lo que siempre existió?
El origen en la raíz.
Que es lo que está siempre yendo y viniendo?
La Gran Respiración Universal.
Entonces estos tres son eternos?
No, los tres son Uno, lo que siempre “ES” es Uno, lo que siempre “Fue” es Uno y lo que “Está siempre en transformación”, “ES” Uno... y este Uno es el espacio”.
Está registrado hace milenios en el registro akáshico, en la 4ª dimensión, que la Tierra reencontrará la felicidad, pero que este proceso pasará por mucho sufrimiento humano, hasta que el número de rescatables y seres de mundos más sutiles que están naciendo aquí, sea suficiente y el karma colectivo, registrado en el astral, sea “retirado”.
A partir de este “instante cósmico”, el dolor será rápidamente transmutado en sabiduría.
Cuando nuestra humanidad consiga, realmente, incorporar el concepto de que TODOS SOMOS UNO, daremos un salto cuántico en nuestra evolución.