Estamos desarrollando departamentos en la Asociación Brasilera de Psicoterapia
Reencarnacionista encaminados al estudio de una práctica con niños,
con adolescentes, con padres y con parejas, o sea, una Psicoterapia Reencarnacionista
infantil, para tratar adolescentes, para tratar padres y una terapia de parejas
basada en la Reencarnación.
Esto es revolucionario, pues no existe una Psicoterapia para esos grupos basada
en los conceptos reencarnacionistas. La ABPR está creciendo, ya tenemos
Cursos de Formación en Porto Alegre, en Lajeado (RS), en Florianópolis
(SC) y a partir de agosto en Sâo Paulo.
Vamos abordar en este texto, la Psicoterapia Reencarnacionista para adolescentes.
El principal trabajo psicoterápico con adolescentes es el de descontaminación!
En una sociedad como la nuestra, una sociedad-pasatiempo, francamente estimuladora
de falsos valores, en una apología declarada de lo fútil y de lo
superficial, del inmediatismo y del placer temporal, sensorial, es de fundamental
importancia que nuestro jóvenes, que generalmente están caminando
ciegamente para dentro de las trampas, se aperciban de lo que es real y de lo
que es ilusorio, de lo que es verdadero y de lo que es falso, de lo que es digno
de su atención y de lo que debe ser descartado.
Los adolescentes de hoy viven una época maravillosa en cuanto al acceso
a cosas espirituales, esotéricas, místicas, muy al contrario de
lo que sucedía en el tiempo en que yo era joven, cuando me interesaba por
Astrología, por alimentación natural, por los misterios, por las
profundidades del conocimiento, y era visto entonces como un tipo extraño,
que vivía encerrado en su habitación devorando libros y más
libros, tocando la guitarra. Pero el famoso dicho "No hay nada como un día
después de otro...", demostró una vez más su veracidad
y hoy, pasadas algunas décadas, lo Esotérico y lo Espiritual explotan
en su grandeza, todavía no completamente, pero ya señalando el camino
al Hombre del próximo Milenio, que va adentrándose en si mismo,
cada vez más adentro, rumbo a la Perfección, a su Dios interior.
No obstante, al mismo tiempo en que las vitrinas de las librerías desbordan
de mensajes espiritualistas, que Clínicas y cursos sobre asuntos energéticos
proliferan de una manera impresionante, ya en el área del autoconocimiento,
ya en las Terapias Alternativas, cuando los canales de las televisiones abren
espacios para el debate y la divulgación de esas antiguas verdades, cuando
las revistas y los periódicos se rinden al crecimiento inevitable del interés
de la gente por esos temas, cuando todo señala el advenimiento de la Nueva
Era... el viejo paradigma, tercamente, insiste en hacer de cuenta que eso no es
más que una moda efímera, algo que pasará.
Pero no, la Era de Acuario ha llegado, es el amor humanitario que está
llegando e, indiferente a los que no creen en esas cosas, ella se estableció
definitivamente, de modo irreversible. Y del mismo modo como es imposible impedir
la llegada del amanecer, el nuevo día de la humanidad empieza a rayar en
el horizonte, señalando el florecimiento del nuevo Hombre, más sabio,
más profundo, más comprometido, más consciente de su papel
transformador, de su responsabilidad consigo mismo, con los demás y con
todo el planeta.
Y cuando un adolescente empieza a pensar en lo que va a ser en la vida, en qué
va a trabajar, que hará para ganar dinero, es muy importante que primero
pase un paño y retire el polvo enmohecido de los viejos valores que le
obscurecen la visión. Necesita ser estimulado a realizar un profundo trabajo
interno de limpieza y descontaminación de todo lo que le ha polucionado
desde que retornó a este mundo, de los mensajes subliminales, consumistas
y sexuales de los programas "infantiles" de las televisiones, que sus
padres le incentivaban a presenciar, cuando era apenas una criatura, de la violencia
de los "inocentes" juegos electrónicos que han estimulado sus
instintos inferiores, de los sutiles decretos consumistas que le dicen qué
debe o no debe hacer, qué es correcto o equivocado, conveniente o no, adecuado
o no.
Inserto en una sociedad que prioriza el pasar del tiempo, el bienestar, el vivir
sin rumbo y sin finalidad, que crea y adora falsos ídolos, falsos héroes,
tan instantáneos y sin contenido como ella misma, en la cual las Escuelas
trabajan prioritariamente el hemisferio izquierdo, estimulando en sus alumnos
apenas el aspecto lógico y racional, sin apercibirse de cuán peligroso
es creer demasiado en ese hemisferio...
Y las diversiones son apenas eso, diversiones, las noches son para disfrutar,
las vacaciones son para disfrutar, la vida es para disfrutar, y durante el día
- ¡qué lata! - hay que estudiar, ¿cómo querer que nuestros
adolescentes se vuelvan los adultos que han de mejorar el mundo? Lo más
probable, y es lo que se verifica, es que algunos adultos más parecen niños
o adolescentes que realmente adultos!
Sin embargo, de cualquier manera, y a pesar de todo, el mundo ha venido mejorando,
pasando por encima de las fuerzas que nos quieren idiotizar, robotizar, manipular
como a un rebaño cordado y pasivo, gracias al enorme impulso creativo innato
del ser humano y a la energía transformadora que resuena por todo el planeta,
haciendo con que, poco a poco, la raza humana vaya evolucionando y acercándose
cada vez más a un nivel superior de conciencia.
Pero, que podríamos ir más aprisa, ah!, claro que podríamos,
mas la Inquisición todavía no se ha acabado, ella ahora se disfraza,
ya no "purifica" con el fuego, pero aún se cree que tiene el
poder, no se ha dado cuenta de que ya no es dueña de nada, aparte de sus
rancios académicos y de sus raciocinios machistas y separatistas.
Una buena táctica que recomiendo a los adolescentes que desean aprovechar
su encarnación, es evitar caer en estados negativos de pensamientos y sentimientos
hacia su padre, su madre y otros familiares. He tratado psicoterápicamente
a muchos jóvenes que se quejan, y con razón, de su padre o de su
madre, tachándolos de agresivos, ausentes, materialistas, autoritarios,
poco cariñosos, etc. Después de que hemos charlado sobre la finalidad
de la encarnación, la Personalidad Congénita y la ilusión
de los rótulos, les recomiendo que "no se estropeen", o sea,
que se comprometan más con su Espíritu, en su objetivo pré-reencarnatorio
de auto-evolución y purificación, que con otro Espíritu encarnado,
tenga el rótulo familiar que tuviere, perdiéndose en enfado, rabia,
tristeza, autodestrucción, etc. La prioridad debe darse a la purificación
de las propias características negativas, a la responsabilidad y compromiso
de su "cáscara" con su Espíritu.
Un hijo que guarde enfado y resentimiento en relación con su padre, por
ser éste ausente, no participativo o agresivo, autoritario, aunque tenga
razón en esos sentimientos, no debe estropear su encarnación por
esa causa. Debe comprometerse con el proyecto evolutivo de su Espíritu,
raciocinando que el enfado es suyo, que el resentimiento es suyo, aparte de que,
tal vez, tengan rescates kármicos de otras épocas... Un hijo que
se queja de su padre o de su madre, ¿sabe qué puede él haberles
hecho a ellos en otras encarnaciones? ¿Sabe acaso si él no les ha
hecho algo peor?
Por cierto, siempre que un paciente --adolescente o no-- se queja de su padre
o de su madre, y me dice ser reencarnacionista, yo me pregunto: ¿Y por
qué Dios escogió para él (o ella) ese padre o esa madre?
¿Por qué están ligados?
La Psicoterapia Reencarnacionista, trabajando sobre el real aprovechamiento de
la encarnación, prioriza más el Espíritu que el yo encarnado,
proponiendo que éste se coloque bajo la orientación de aquél;
entonces, sentimientos negativos, como, en el ejemplo, el enfado y el resentimiento,
deben ser mejorados, de preferencia eliminados, aunque el paciente crea tener
razones para sentirlos, a fin de que no estorben a la encarnación y el
Espíritu pueda aprovechar ese paso para evolucionar. Y, además de
eso, quien tiene padre y madre es solamente el yo encarnado y no el Espíritu,
o sea, esto hace parte de las ilusiones de los rótulos, pues en verdad
padres e hijos son Espíritus encarnados, y cuando presentan dificultades
de relacionamiento entre si, deben procurar armonizarse, pues casi ciertamente
ya vienen arrastrando conflictos desde hace mucho tiempo y, entonces, ahí
está uno de sus objetivos pré-reencarnatórios.
He visto continuamente, que jóvenes que mencionan enfado en relación
a uno de sus padres, descubren en las sesiones de regresión que ya eran
personas enfadadas allá atrás, o sea que su enfado es congénito,
ya viene de otras encarnaciones, entonces por eso reaccionan con enfado a los
hechos de la actual encarnación. Y vieron que la principal finalidad de
esta su encarnación actual es, justamente, la mejora o la cura de ese sentimiento.
Quien cae en el enfado, que ha venido para curar, comete un gran error, porque
no lo está curando y con eso estropea su encarnación. Cualquiera
que mantenga una relación conflictiva con su padre o su madre debe mirar
por detrás de esos rótulos, y pensar que si se siente mal en esa
relación a causa de una rabia, un enfado, un miedo, y son dos Espíritus
que se están encontrando, eso debe ser antiguo, debe venir de allá
atrás... Y entonces intentar resolver este conflicto, mejorar la relación,
poner en acción una práctica constante de búsqueda de armonización
con aquel hermano de jornada, lo cual pasa obligatoriamente por la mejora de sus
propios defectos. Una buena manera de alcanzar esa meta es mirar los puntos positivos
de nuestro antagonista, en vez de fijarse apenas en lo que no nos agrada en él
(o en ella), como si alguien fuese el dueño de la razón, el perfecto,
el apóstol de la virtud, olvidando lo que nos tiene dicho el Divino Maestro:
"No hagáis a otros lo que no queréis que os hagan!" Todos
aman a Jesús, pero quién realmente lo pone en práctica? Y
quién ama al prójimo como a si mismo? Cuántos tratan a los
demás como les gustaría ser tratados?
En una consulta con un joven que está sintonizado, por ejemplo, en la rabia,
en la revuelta, en la aversión, le sugiero que, aun teniendo razón,
aunque su padre o su madre no "merezcan", no estropee su encarnación,
no perjudique por eso la evolución de su Espíritu, y que piense
que probablemente necesitó pasar por esa situación, a fin de que
pudiesen aflorar esos sentimientos que son suyos, que brotaron de dentro de si,
para tratarlos, para eliminarlos de su Espíritu. Una situación que
el yo encarnado entiende como negativa y perjudicial, puede ser potencialmente
positiva para el Yo Superior, dentro de su proyecto de evolución. Lo más
importante para la evolución espiritual no es lo que nos hacen, y sí
lo que aflora de negativo desde dentro de nosotros, eso es lo que debemos eliminar.
Y hasta parece que somos puros, perfectos, condenando a nuestro padre, a nuestra
madre, a nuestro ex-marido, a nuestra ex-esposa, etc., como si no fuésemos
todavía tan inferiores, tanto o más que ellos... La prueba de nuestra
inferioridad espiritual es justamente que todavía tenemos esos sentimientos
negativos, ya que si fuésemos Espíritus superiores tendríamos
el amor suficiente para entender a los demás, para comprenderlos, para
perdonar. Si cada quejoso o rabioso mirase para dentro de si mismo, si analizara
sus propios defectos, sentiría vergüenza de quejarse o de tener rabia
de alguien que le haya causado mal. ¿Y el mal que hacemos a otros? ¿Y
el mal que hemos causado en encarnaciones pasadas? Solamente alguien completamente
puro y perfecto podría tener derecho a criticar, a señalar con el
dedo, a tirar una piedra, mas un ser de ese grado evolutivo no critica, no señala
con el dedo, no tira una piedra! El consultorio de un psicoterapeuta es un desfilar
de personas imperfectas hablando, con enfado o con rabia, de las imperfecciones
de otras...
Mas, volviendo a los adolescentes... ¿y el alcohol? ¿Y las drogas?
Bien, esta es otra cuestión que debemos abordar. Generalmente, el ejemplo
para el uso de estas sustancias viene dado por los propios padres, en casa, en
fiestas, con su cigarrillo, su whisky, su agresividad, su ausencia, su falta de
orientación espiritual, el incentivo de los falsos valores, de la materialidad,
de la futilidad, generando en sus hijos una falta de sentido para la vida. Y los
jóvenes, que naturalmente ansían tener una finalidad, que buscan
un camino, se crían recibiendo ejemplos de desperdicio de la encarnación,
ya vengan de sus padres, de la televisión, de los programas "jóvenes"
de las radios, desde todos los lados sufren el bombardeo de nuestra sociedad-pasatiempo.
Los más sensibles no resisten y quieren huir en esos "viajes",
y entonces se les llama drogadictos...
Debemos mirar con atención qué ejemplo estamos dando a nuestros
hijos. ¿Es realmente positivo nuestro mensaje? Estamos mostrando el valor
de la honestidad, de la moral, de la ética, del amor, de la generosidad?
¿Estamos realmente caminando en línea recta, con sencillez, igualdad,
sinceridad, fraternidad, justicia, o estamos, en verdad, pasando a estos hermanos
que han llegado después de nosotros un ejemplo de hipocresía, de
rabia, de impaciencia, de tristeza, de desánimo, de falta de perspectiva,
de vicios como beber, fumar, y otros menos explícitos?
He tratado a muchos jóvenes que beben, que se drogan, y la mayor parte
de las veces son Espíritus buenos que no se están adaptando a este
lugar, y frecuentemente no han recibido una orientación moral y espiritual,
por parte de sus padres acerca de la evolución del Espíritu, de
la finalidad de la encarnación, de todas esas cuestiones que la nueva Psicoterapia
Reencarnacionista viene agregar a la Psicología y a la Psiquiatría.
Muy al contrario, la casi totalidad de los jóvenes que se está perdiendo
por ahí, recibe de sus padres un mal ejemplo, sea en el aspecto moral,
sea en la visión materialista de la realidad, sea en la falta de los verdaderos
valores del amor y de la caridad.
Algunos jóvenes que se drogan, que se están autodestruyendo, son
Espíritus que todavía no tienen condiciones de entender el lado
espiritual de la existencia, y en este caso nuestra sociedad materialista estimula
aún más sus aspectos inferiores. Pero la mayor parte de los adolescentes
que atiendo, es de Espíritus sensibles, en buen grado de evolución,
seres que están desorientados, ya que desde su infancia han recibido una
orientación contraria a los verdaderos ideales espirituales. Han sido contaminados
poco a poco con informaciones vacías y superficiales, en casa, en las Escuelas,
en los clubes, en los medios de comunicación y esas contaminaciones actuaron
de tal manera que desarrollaron en ellos la voluntad de destruirse, de marcharse
de aquí, de este mundo construido por sus padres y, para ser sinceros,
no podemos ciertamente afirmar que nos enorgullecemos de nuestra obra.
Nosotros somos los verdaderos responsables por esa epidemia de drogas entre los
jóvenes y para acabar con eso debemos, ante todo, modificar nuestro interior,
hacer un "mea culpa", reconocer nuestros errores y nuestras equivocaciones
en la educación que les hemos proporcionado. Hoy en día, muchos
padres no beben ni fuman, y éstos están acertados, ya que están
dando un buen ejemplo a sus hijos.
Soy totalmente contrario al uso de drogas, pero no acepto la condena de los jóvenes
que las usan. Mientras que nuestra sociedad sea una droga, nuestro tejado de vidrio
no nos autoriza a izar la bandera de defensores de la moral y de las buenas costumbres.
Ellos necesitan de orientación acerca de la Reencarnación, deben
ser instruidos sobre la evolución espiritual, saber de la inferioridad
de nuestro Plano, aprender que son la "cáscara" que recubre un
Espíritu que está pasando un tiempo aquí, y que, al revés
de perderse en las trampas de esta sociedad terrena, deben colaborar con las fuerzas
del Bien que están, poco a poco, desactivando esas trampas, a través
de la implantación en nuestro planeta del Reino de los Cielos.
Oriento a mis hijos, a medida que van creciendo y empezando a pensar en cuál
profesión seguirán a, en primer lugar, encaminarse para una actividad
que trate de lo que a ellos les gusta más hacer; ahí pasarán
la vida trabajando en lo que les entusiasma, en lo que les motiva. Solamente así
tendrán la motivación para saltar de cama por la mañana,
pasar todo el día trabajando con alegría, con amor, y esforzándose
siempre y siempre por evolucionar, por crecer. En segundo lugar, les recuerdo
que la finalidad única de una encarnación es la evolución
del Espíritu, un trabajo que ha de ser realizado por la "cáscara",
y entonces deben poner atención en eso, en la obediencia a los dictámenes
superiores, en la limpieza de sus inferioridades. Y en tercer lugar, les pido
que, para ayudar todavía más a su elevación espiritual, ofrezcan
su trabajo, su esfuerzo, su dedicación, principalmente para sus hermanos
de jornada, para el bien de los demás, para la evolución de la humanidad.
No les hablo de ganar dinero, de bienes materiales, de posición social,
de inflar su ego, de competir con los otros, al contrario, intento mostrarles
cómo realmente aprovechar su actual encarnación. Claro que cada
uno aprovechará esa orientación de acuerdo con su grado evolutivo,
pero hago la parte que me corresponde, pasándoles una educación
evolucionista. Desde pequeños ellos ven a su padre trabajar todo el día,
muchas noches y algunos fines de semana, pero nunca me quejo o reclamo de trabajar
tanto, al contrario, como amo lo que hago, siempre estoy dispuesto y motivado,
con eso estoy dando ejemplo de dedicación y amor al trabajo. Procuro transmitirles
una orientación espiritualista, basada en la moral, en la honestidad y
en la conducta recta.
Mauro Kwitko es Médico, Psicoterapeuta y Presidente de la Sociedad de Psicoterapia
Reencarnacionista.
por Mauro Kwitko
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Sobre o autor Mauro Kwitko é médico auto-licenciado do Conselho de Medicina para poder dedicar-se livremente ao seu trabalho como psicoterapeuta reencarnacionista. Em 1996, começou a elaborar e divulgar a Psicoterapia Reencarnacionista. É fundador e presidente da ABPR. Ministra Cursos de Formação em Psicoterapia Reencarnacionista e Regressão Terapêutica há muitos anos, tendo formado centenas de psicoterapeutas reencarnacionistas. Email: [email protected] Visite o Site do Autor