"Siempre tengo un dolor, siempre he tenido dolores de cabeza, desde niña, a los catorce años he sufrido meningitis meningocócica, ¿será una secuela? ¡Tengo mucho miedo al dolor físico! Me encuentro muy triste, ya no tengo perspectivas. A veces me imagino paralítica. Siento mucha amargura. ¡No consigo perdonar! Me sublevo si me acusan de algo que no hice, que no he sido yo; ¡pierdo la cabeza! O bien una injusticia con otra persona; no puedo ver las injusticias, salgo en defensa de esa persona. Desde pequeña soy así. Tengo la sensación de haber sido víctima de injusticia, de que han cometido alguna conmigo... Siempre me siento ‘injusticiada’. Parece que siempre tengo miedo de que me acusen de algo... de que me condenen... No me sincero, no se lo cuento a nadie, ni siquiera a mis amigas, siento una falta de confianza, un temor, no sé a qué, soy muy reservada, siempre en alerta. Soy muy áspera, ¡me pongo furiosa! Quiero controlarme y no lo consigo, me enfurezco por las más mínimas cosas. Lucho por aquello que quiero. Soy muy impulsiva, peleo, discuto".
Paciente D.L., profesora, fecha de nacimiento: 23/2/1960
Sesión de regresión (M = Mauro; P = paciente).
M - Vamos elevando nuestros pensamientos hacia el Mundo Espiritual, para nuestros Amigos Espirituales, para tus Amigos Espirituales, pidiéndoles que estén a nuestro lado, orientándonos, dándonos intuición, y que te ayuden a encontrar en tu pasado, en tus recuerdos, hechos, situaciones, de tu pasado, de alguna otra vida, que todavía te estén afectando... Y suelta el cuerpo, completamente, ahí en el colchón... relájate... suéltate... y vete yendo por la música... entrando en la música... como si fueses a dormir... como si tu cuerpo fuese desapareciendo... Y siéntete subiendo, subiendo... como un globo que se va hinchando, se va inflando... va ocupando toda esta sala... y puedes ir más allá de esta sala... para encontrar tu pasado... alguna otra época... otra vida...
P - Me pesa la cabeza, parece que está presa.
M - Sí, continua... ¿Qué es lo que está pasando?
P - No consigo ver. Parece que tengo la cabeza presa. No consigo salir de aquí. No consigo ver nada, sólo oscuridad.
M - Sí...
P - Yo quiero ver, pero no lo consigo, mi cabeza duele, pesa.
M - ¿Qué le pasa a tu cabeza?
P - Está presa. Es una sensación desagradable. Parece que está presa.
M - Está presa...
P - Estoy presa. No sé. Todo me duele... la cabeza parece que está presa, hace frío. Siento mucho dolor aquí en el hombro (coloca la mano en su hombro derecho).
M - Sí.
P - Me duele todo, tengo frío. No voy a salir de aquí.
M - ¿Qué sucede luego? El tiempo va pasando, los días van pasando...
P - No veo a nadie, parece que me he lastimado. Tengo miedo.
M - ¿Qué vas a hacer? ¿Como piensas salir de ahí?
P - No sé dónde estoy.
M - Es un lugar pequeño... es grande... ¿cómo es?
P - No consigo ver el lugar. Me parece que estoy toda herida. Ya no salgo de aquí.
M - Veamos... cuando va pasando el tiempo... va pasando... ¿Cómo haces para salir? ¿Cómo es que has salido?
P - No lo sé, no consigo ver nada, no sé.
M - Vamos a ver... vamos a recordar...
P - Sólo veo oscuridad. Me parece que estoy presa, me duele todo el cuerpo, ay, Dios mío, tengo miedo, no sé a qué.
M - A ver… después de que ha pasado bastante tiempo... a ver...
P - Veo una Luz, es pequeña, va en aumento, hay alguien que me ayuda, el un Guía Espiritual, un Guía que me ayuda a salir. ¡Ay, qué bien! Ya salgo. Vamos subiendo, subiendo, va clareando. La cabeza me duele, está presa, parece que está presa por los cabellos. No sé, creo que me han atado por los cabellos, no consigo ver nada, no consigo siquiera moverme. Ay, tengo frío, creo que nunca saldré de aquí. Creo que me he muerto allí.
M - Y después de que tu cuerpo muere... ¿qué sucede? Puedes salir de tu cuerpo... a ver... vamos a recordar... Tu cuerpo muere... puedes salir de él... libertarte...
P - Ahora siento paz.
M - ¿Qué es lo que ves?
P - Ya he salido de allí. Ahora me encuentro descansando, solamente veo la claridad. Sin embargo, todavía me pesa la cabeza.
M - Y cuando vas mejorando... te vas encontrando mejor...
P - Me siento mejor, pero mi cabeza todavía pesa. Creo que necesito permanecer acostada.
M - ¿Dónde estás? ¿Cómo te sientes?
P - No consigo verme, sólo tengo la sensación, hay claridad, pero no consigo ver. No consigo verme, pero me encuentro bien, ya he salido de aquel lugar, estoy libre. ¡Qué bien!
M - ¡Qué bien! Lo que importa es que ya has recordado que dejaste aquel lugar... que vas mejorando... sintiéndote bien. ¿Cómo está tu cabeza?
P - Ya no siento nada en ella, está bien.
M - Entonces ahora descansa, relájate, por hoy está bien. Otro día podemos ver más cosas de tu pasado, si fuese necesario. Relájate, aprovecha esa paz, ya ha pasado todo, todo está bien ahora.
Retorno
"¡Nunca más tuve dolores de cabeza! Desde el día de la regresión el dolor ha pasado. Y los dolores en el cuerpo han mejorado mucho. Y eso que me dolía la cabeza desde niña. Mi madre me decía que cuando era pequeña, gemía durante el sueño. En esta regresión he visto que alguien me empujó, era un peñasco, me caí abajo, ¡quedé toda quebrantada!"
Comentario
Esta paciente padecía dolores de cabeza desde su infancia y la causa era este trauma en esa encarnación, cuando la empujaron, cayó desde un peñasco y posiblemente se rompió la cabeza. La meningitis que padeció en su infancia ¿podría haberse debido a una "brecha" originada en ese trauma? Son informaciones como éstas las que van formando hipótesis y teorías. Ella no soporta las injusticias, ni consigo misma ni con otros, tiene la sensación de haber sido víctima de injusticia, acusada de algo que no hizo, condenada... Recela confiarse a los demás, contarles sus cosas, desconfía, no sabe de qué... Lo ocurrido en aquella vida ¿habrá sido un juicio y una pena de muerte? Me dijo en la consulta que le parecía haber sido condenada... Pero lo que realmente importa en una regresión no es saber lo que sucedió ni quién hizo qué y mucho menos reconocer al que hizo algo, pues esto infringe la Ley del Olvido, que debemos respetar. Lo que importa es que la persona que hace la regresión recuerde que aquella situación ha terminado, ya pasó, que vaya adelante en su memoria, hasta el momento de la muerte física, hasta el desencarne, recordar cómo ha subido al Astral, hasta encontrarse bien allí. Esa es la técnica de nuestra Asociación Brasileña de Psicoterapia Reencarnacionista (www.abpr.org). Esto propicia el desconectar completo de la situación traumática, de donde procede la mayoría de casos de fobias, pánico, depresiones y dolores crónicos rebeldes al tratamiento.Nota del autor - he colocado al principio un resumen del relajamiento y de la expansión de la conciencia que inducimos en el paciente. Esa parte de la regresión dura como unos 10 ó 15 minutos por término medio, y va hasta que su Guía Espiritual asume el comando y pasa a dirigir el proceso. A partir de ese momento el terapeuta sólo se dedica a asesorar, sin interferir, para no estorbar a la dirección espiritual. Es importante que la regresión sea ética, comandada por el mundo espiritual, para no infringir las leyes kármicas y la Ley del Olvido. La regresión se hace para desconectar a la persona de un trauma del pasado y no para servir a la curiosidad (del paciente o del terapeuta...).
Sobre o autor Mauro Kwitko é médico auto-licenciado do Conselho de Medicina para poder dedicar-se livremente ao seu trabalho como psicoterapeuta reencarnacionista. Em 1996, começou a elaborar e divulgar a Psicoterapia Reencarnacionista. É fundador e presidente da ABPR. Ministra Cursos de Formação em Psicoterapia Reencarnacionista e Regressão Terapêutica há muitos anos, tendo formado centenas de psicoterapeutas reencarnacionistas. Email: [email protected] Visite o Site do Autor