Utilizar la psicoterapia Reencarnacionista exige, principalmente, convicción
respecto de sus premisas básicas. Como dejo dicho anteriormente, no se
trata de fe sino de experiencias y vivencias a nivel espiritual que hacen con
que ya no queden dudas acerca de la realidad del Espíritu (Esencia) y su
vida eterna e igualmente de la reencarnación como oportunidad de evolución
de la conciencia. Esta certeza solamente puede alcanzarse a través de la
práctica en 'lides' espirituales, en locales de atendimiento y por verificación
personal, en el día-a-día, de las pruebas de tales realidades. La
Religión lidia con el "creer", mas estamos hablando de conocimiento,
experiencias y vivencias. La Psicoterapia Reencarnacionista es Psicología
unida a Religión.
Lo que observo en las personas espiritualizadas, en trabajadores de Centros Espiritas
y Espiritualistas, es que, al entrar en contacto con las premisas de esta nueva
terapia de la finalidad de la encarnación, tienen como primer comentario
que todo es muy obvio y sobradamente conocido. Estoy completamente de acuerdo
con eso, y como ya he afirmado, no estamos creando nada y sí compilando
ideas y conceptos de orden espiritual y filosófico y transformándolos
en una técnica psicoterápica. Cuando pregunto a mis pacientes si
aun conociendo esa dicotomía Esencia-Personalidad Inferior y la necesidad
de sumisión de ésta en relación a aquélla - y estando
de acuerdo en que no somos quienes afirmamos ser sino que apenas 'estamos'-- y
si esto se aplica en su vida diaria, generalmente obtengo la respuesta de que,
en términos cotidianos, esto no sucede.
Y ¿por qué no? Porque somos sometidos desde la más tierna
infancia a un verdadero adoctrinamiento mental, a un tipo de ideación que
no simpatiza con divergencias. Lo que se considera como cierto, lo es sin admitir
muchas posibilidades de contestación y lo máximo que se permite
son divergencias en cuanto al modo de relación entre las personas, unas
veces más liberal, otras más autoritario. El Consciente Colectivo
occidental, fruto de siglos de dominación de religiones no-reencarnacionistas
es, consecuentemente, no-reencarnacionista y es preciso estar atentos a esto.
De ese Consciente Colectivo se originó la Psicología que tiene en
cuenta esta vida apenas, y la Psiquiatría del cerebro. Los profesionales
de estas terapias que creen en la reencarnación deben preguntarse si es
coherente con sus creencias lo que están haciendo, el modo cómo
están examinando a sus pacientes.
Una de las tareas del Psicoterapeuta Reencarnacionista es ayudar a la gente a
liberarse de esas cadenas imaginarias, por temporales, que crean las enfermedades
físicas por medio de la acción de los pensamientos y sentimientos
negativos en los órganos y partes del cuerpo correspondientes. Debemos
ayudar a nuestro paciente a libertarse de sí mismo, del rótulo de
su nombre y de su personalidad aparente, (persona) y a conectarse con su Esencia.
Los relatos de los pacientes son verdades, la amargura es realmente dolorosa,
la ira es poderosa, pero son verdades desde el punto de vista de sus Personalidades
inferiores y no de sus Esencias. Es muy diferente la visión de estos dos
aspectos nuestros: un acontecimiento o vivencia que parezca altamente traumático
y desagradable para nosotros en cuanto personalidad encarnada, puede ser una necesaria
ocasión de crecimiento y de cambio (rectificación de camino), sin
embargo no se ve así, debido a la visión miope e inmediatista de
la 'persona', que raramente observa las cosas con profundidad. Puede ser una enfermedad,
un accidente, un fracaso, una dificultad, en fin, alguna circunstancia que no
gusta a la personalidad, sin embargo, desde el punto de vista de su Esencia, en
sus proyectos de evolución y perfeccionamiento, ¿de qué modo
es vista aquella misma circunstancia? Y esto puede ser un rechazo intra-uterino
o bien en la primera infancia, un defecto congénito, una "pérdida"
afectiva, un revés profesional, financiero, etc. Frecuentemente, en el
camino de la evolución espiritual, lo desagradable es apenas inevitable
y lo "injusto" es algo necesario, generalmente un retorno.
Las familias de Espíritus encarnados, de la manera como se encuentran estructuradas,
bajo la óptica no-reencarnacionista - con sus rótulos de padre,
madre e hijo como estados reales y absolutos - constituyen la mayor y más
fuerte fuente inicial de competiciones y disputas, puesto que generalmente en
ella se reencuentran los Espíritus antagonistas en busca de armonización.
Consideramos que somos esos rótulos y no nos damos cuenta de que estamos
viviendo esos papeles en esta encarnación, ¡muchas veces haciendo
que todo parezca pesado en exceso! Es realmente doloroso y poderoso un conflicto
entre padre e hijo, entre madre e hijo, entre hermanos, pues la amargura, la rabia,
la sensación de rechazo, de abandono, en esas interacciones, son de las
más fuertes que podemos vivir en una encarnación. La necesidad de
psicoterapia se hace imperiosa y auxilia bastante a los participantes en esos
dramas, sin embargo, si esa psicoterapia analiza tales cuestiones desde el punto
de vista reencarnacionista, aparte del auxilio, traerá una enorme ampliación
en la comprensión de estos conflictos. La Psicoterapia Reencarnacionista
trabaja sobre la finalidad potencialmente benéfica de las situaciones "negativas"
en una encarnación, y se puede empezar cuestionándose el por qué
de haber participado previamente en ese concierto familiar, de estar rescatando
algo, en fin, la inclusión de los principios reencarnacionistas en la consulta
psicoterápica puede facilitar que una postura de víctima se convierta
en actitud de interés en saber más sobre la reencarnación,
en entender por qué suceden las cosas, qué es lo que estamos haciendo
aquí en la Tierra. Sin embargo, muchas veces, las cosas debieran seguir
un rumbo y siguen otro por fallo de uno de los participantes en la situación;
por ejemplo, un padre que debería parar de beber y no para, una madre que
debería tornarse cariñosa y no lo hace, etc. No todo lo que por
aquí sucede "estaba escrito", tenía que suceder, etc.
Libertarse exige coraje, pues el comienzo de la relativización trae consigo
una sensación que imagino semejante al proceso de desencarne, pero estando
aún encarnado. Desencarnar no aporta, automáticamente, paz y tranquilidad,
tan sólo el liberarse de rótulos, pensamientos y sentimientos negativos
lo permite. Muchos, después de desencarnar, todavía permanecen apegados
a esas ilusiones, y son los espíritus sufrientes, vengativos, alcohólicos,
etc. Aquellos que se libertan permanecen, claro, con los mismos pensamientos y
sentimientos, mas poco a poco van percatándose de la verdad y se liberan.
La persona sigue siendo la misma en el período inter-encarnaciones, pero
recibiendo la oportunidad de ver las cosas tal como son realmente. En las regresiones
advertimos que las personas desencarnan, llegan al Plano Astral con la misma manera
de ser y, solamente poco a poco van dejando de sentir la tristeza, la amargura,
la ira, los miedos, la soledad, etc.
Es engañoso considerar que basta desencarnar para alcanzar la paz, no es
así. Frecuentemente se necesita un tiempo de atendimiento en hospitales
y de estudio en escuelas del Astral para empezar a sentirse bien. Después
de cierto espacio de tiempo, mayor o menor, aunque allí no existe el tiempo
tal como lo conocemos aquí, el triste ya no siente tristeza, el furioso
se calma, el autoritario se convierte en cooperador, el miedoso ya no siente miedo,
el que se tiene por inferior deja de sentirse así, etc. La frecuencia elevadísima
de aquel lugar activa los chakras superiores e inhibe los chakras inferiores y,
con ello, nuestras inferioridades se ocultan y las características superiores
aparecen. Sin embargo, basta volver aquí, y aún dentro del útero,
la baja frecuencia de la Tierra provoca el proceso inverso y nuestras antiguas
características inferiores vuelven a surgir, y las superiores se ocultan.
Arriba revelamos nuestras superioridades y abajo nuestras inferioridades, por
ese motivo regresamos aquí, para saber qué es lo que tenemos que
eliminar, que curar, en nosotros mismos. Y es en este planeta donde nos encontramos
evolucionando, porque aquí las cosas son así, y necesitamos pasar
por esto. Un día estaremos en otro planeta más evolucionado.
Cuando estamos arriba, en el Astral de la Tierra, desencarnados, después
de cierto tiempo pasamos a entender bien la cuestión de las ilusiones terrenas,
de los rótulos, del karma, etc. y siendo así, ¿por qué
esperar al período post-desencarne para iniciar el proceso de liberación
de las ilusiones, si podemos hacerlo ahora? Ayudar a la gente a libertarse es
una de las finalidades de la Psicoterapia Reencarnacionista. Pero no estamos acostumbrados
a la libertad, ya que nuestras prisiones imaginarias se inician muy pronto. Dentro
del útero materno ya somos el "bebé" que va a nacer, hijo
de alguien con alguien, de tal y tal familia, de determinada clase social, en
cierto país, en cierta religión, etc. Enseguida se nos da un nombre
y un registro y todos pasan a llamarnos por aquel nombre y entonces pasamos a
ser eso. Nosotros, que habíamos descendido siendo libres, estamos así
atrapados en los rótulos, en los nombres y en los registros. Ese hábito
aparentemente inocente, es el comienzo de todo, pues a partir de ahí ya
no somos una Esencia que ha reencarnado y sí una persona que, como mucho,
de vez en cuando, recuerda que posee un aspecto espiritual. Consideramos que somos
una persona que posee un Espíritu, en vez de, al contrario, una Esencia
que vive temporalmente en una "cáscara", en una persona, y eso
nos coloca directamente dentro de la Gran Armadilla, de la cual difícilmente
saldremos ilesos.
Estamos queriendo implantar aquí en la Tierra, para los encarnados, un
proceso psicoterapéutico semejante a lo que ocurre con los desencarnados
cuando se encuentran en el período inter-encarnaciones, en el cual pasan
a conocer las verdades en lo que les concierne, así como a sus afines,
además de otras cuestiones sobre evolución espiritual, sobre la
reencarnación y sus percances. El libre albedrío continua siendo
soberano y todo y cualquier cambio de mentalidad y orientación pasa ciertamente
por él. La Psicoterapia Reencarnacionista quiere llevar a la Psicología
la luz de los conocimientos espirituales, liberarla de un "inicio",
de un "final" y de una falta de sentido para la vida. Queremos auxiliar
a abreviar el sufrimiento, mantenido por la ignorancia, recordando la verdad.
Otra cuestión importante a considerar es la noción de sufrimiento
y de sacrificio ligada al karma. Muchos dicen que hay que sufrir, pagar, soportar,
etc. Se equivocan, puesto que el karma, por el contrario, ha de ser superado con
felicidad, con alegría de vivir, con motivación. Nadie evoluciona
espiritualmente con la tristeza, amargura, depresión, como máximo
aprende qué es lo que no debe hacer, cómo no debe ser. Muchas veces
es preciso sufrir para que aprendamos a no hacer sufrir a otros, o sea, pasamos
por situaciones de abandono, de rechazo, etc. porque en encarnaciones anteriores
hemos procedido así y ahora estamos recibiendo el retorno para que aprendamos
la lección. No obstante, quien permanece en el sufrimiento más allá
del tiempo necesario, pasa a sufrir en vano, sin que ello le sirva para nada,
puesto que no le aporta crecimiento y evolución. Si alguno ha reencarnado
para sufrir por algo, debe procurar sufrir tan sólo durante el tiempo conveniente,
aprender la lección rápidamente, cambiar lo que tenga que cambiar
en sí propio y procurar ser feliz, pues solamente con la felicidad evoluciona
el Espíritu.
Libertarse exige coraje y la mayoría de nosotros aún no la tiene
suficientemente. Estamos casi todos atrapados en nuestros nombres, en nuestros
apellidos, en nuestros pequeños y mezquinos objetivos, en nuestra corta
y distorsionada visión. Pero tiempo vendrá, estoy seguro de ello,
en que esa liberación se producirá en gran escala y ese tiempo será
semejante al paraíso descrito en los libros y ya no nos sentiremos separados
unos de otros, no nos sentiremos personas con un Espíritu, sino Esencias
encarnadas. Y la unión de todas las Esencias en busca de un objetivo común,
hará terminar las disputas, las competiciones y las injusticias. Los recién-llegados
ya no serán considerados como bebés, hijos de sus padres, nietos
de sus abuelos, etc., y sí como nuevos compañeros de jornada, lo
cual aumentará el respeto sincero y la sana responsabilidad en cuanto a
ellos, por parte de todos los que han llegado antes aquí, en cuanto a su
orientación y direccionamiento hacia el verdadero Camino. Las Escuelas
serán lugares donde se aprenderá a evolucionar integralmente y a
amarnos unos a otros, con amor humanitario, y a respetarnos mutuamente, nos enseñarán
colaboración, para que todos tengan feliz y provechosa estancia terrena.
Los deportes ya no serán competitivos y sí apenas con finalidad
recreativa, de buena salud, puesto que ya se tendrá la noción de
que una disputa nunca es inocente y siempre conduce a otra y a otra y a otra,
hasta llegar a las guerras. Ya se sabrá que querer ser el primero es igual
que querer luchar, que querer sobrepujar es lo mismo que guerrear y que separar
para enfrentar, es igual que matar.
Las Escuelas enseñarán principalmente el auto-conocimiento, la libertad
emocional y el amor incondicional. Los hemisferios derecho e izquierdo estarán,
por fin, en igualdad de condiciones, lo masculino y lo femenino interno en perfecta
armonía.
Debemos buscar la unión de todos en beneficio de todos y esto no será
posible más que cuando todos miren en su interior y se vean tal como realmente
son: Esencias en viaje de estudios y perfeccionamiento. Esta estancia terrena
es una Escuela y solamente el día en que todos nosotros seamos óptimos
alumnos, en que hayamos realmente aprendido las lecciones, nuestro planeta será
un lugar de paz, armonía y belleza. Mientras tanto, debido al predominio
de las ilusiones, al poder que ejercen las Personalidades, lo que se observa es
lo opuesto.
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