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El Divino arte de construir puentes - Parte 3

El Divino arte de construir puentes - Parte 3
Publicado dia 9/4/2005 7:04:32 PM em STUM WORLD

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Traducido por Melissa Park [email protected]

El sueño y la primera respuesta

3º capítulo del libro El Divino arte de construir un puente.
Vea los links para los otros capítulos al final de la página


El ser entonces soñó. Soñó con muchas imágenes, con imágenes tan nítidas y fuertes que parecía que no era sueño. Parecía ser real.
Se vio en una constelación muy distante, donde dar un sólo paso podría demorar cinco horas en el tiempo de la Tierra. En el centro de esta constelación sintió ser parte de un enorme círculo formado por muchos seres. Todos con rostro dulce y feliz. Al lado de cada hombre una mujer con una expresión aún más dulce y más feliz. Todos estaban con las manos dadas. El ser quería hablar con ellos, mas de su boca no salían palabras. Extendía los brazos, pero estos no alcanzaban los brazos de aquellas personas que tenían todos – acababa de darse cuenta - las facciones del Gran Jefe!
Haciendo acopio de una paciencia que ni él conocía o reconocía poseer, se aproximó lentamente al centro de esta rueda y contó mentalmente cuántos seres estaban allí: el círculo estaba compuesto por 22 Jefes: 11 hombres y 11 mujeres. Todos tenían la misma altura, de manera que la gran rueda tenía mucha armonía y belleza. Cada uno representaba una raza diferente. Era, entonces, un círculo con 22 razas.
Que gigantesca soledad nuestro pequeño ser sintió en aquel instante. Aún en el lenguaje de los sueños que permite que todo lo que sucede sea verdad aún pareciendo un imposible, él miraba para cada uno de aquellas figuras sin saber bien como comenzar.
Era como andar sobre un gigantesco tablero de ajedrez.
Él, como un pequeño peón, debería iniciar el juego, era eso que la intuición le mandaba.
Y, en el sueño, recordó las órdenes del Gran Jefe:
Mirar para ver... sentir... oler... y miró bien a los ojos de las personas que tenía al frente. Todos parecían cuentas de cristal azul de una transparencia inimaginable... Estos destellos de cristal emanaban centellas de amor y bondad y de tan fuerte naturaleza que nuestro ser no consiguió resistir más y se lanzó en los brazos de aquel hombre y de aquella mujer que estaban delante de él. Y, en este instante experimentó paz, armonía, recogimiento y una bondad que, penetrando en cada una de sus células, llenó su corazón de alegría. Por primera vez en su vida, nuestro ser estaba experimentando la radiante sensación de estar nuevamente en casa.

El sol de la mañana vino a entibiar el cuerpo de nuestro ser que yacía tan relajado y abandonado en la estera, que el Gran Cacique fue a tocarlo para sentir si él soñaba, pero al aproximarse vio revelado en su faz una enorme sonrisa, prefirió dejarlo dormir un poco más. Para el Cacique, él debía realmente estar soñando. Y el sueño parecía muy bueno.

A media mañana el ser despertó aún con sueño y al ver al Cacique allá donde la montaña pierde su verde sobre la colina, despejando su fuerza en el fondo del vale, salió corriendo, aún medio sin tino, en dirección al jefe.
Anhelante, respirando en compases rápidos, él dijo de una sola vez:
- SOÑE!!!!!!!!!!!
El Gran jefe se dio vuelta calmo, sin prisa y sin tiempo, como sólo los sabios saben hacer y concordó sonriendo suavemente con el grito del ser diciendo:
- Que bueno... entonces vamos ahora a hablar del sueño. Vamos a ver lo que él nos reveló.
Y el ser desató su relato del sueño y el Cacique escuchó el sueño como quien asiste a un film en una pantalla grande y ancha. El ser no veía, pero el jefe sonreía emocionado con lo que veía/oía. Una verdadera, pura y cristalina revelación. Bien..!

Al final de todo el relato el Cacique apenas dijo:
- Que le habló este sueño a tu corazón?
El ser respondió rápidamente:
- Que existe un lugar de paz y armonía donde la gente no es juzgada o evaluada. Donde todo lo que recibimos es amor incondicional. Y allá es muy bueno! Es muy bueno regresar para casa!
El Cacique apenas remató:
- Pues es. Usted vio y sintió sus orígenes y para donde, un día, usted retornará victorioso.
El ser entonces respiró profundamente y, por primera vez en su vida, sintió que no estaba más solo.

(la próxima semana conozca que le sugirió el cacique al ser después del sueño)

Comunico a las personas amigas de Florianópolis que estaré atendiendo en esta bellísima Ciudad entre los días 6 y 11 de Septiembre. Contacto en el e-mail abajo.

por Izabel Telles

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Sobre o autor
izabel
Izabel Telles é terapeuta holística e sensitiva formada pelo American Institute for Mental Imagery de Nova Iorque. Tem três livros publicados: "O outro lado da alma", pela Axis Mundi, "Feche os olhos e veja" e "O livro das transformações" pela Editora Agora.
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