En los cursos de formación que vengo impartiendo en Porto Alegre, Florianópolis, São Paulo y, a partir de 2006 en Río de Janeiro, explico a los alumnos cómo debe ser un Psicoterapeuta Reencarnacionista.
Hablamos con las personas que acuden a nuestro consultorio sobre la búsqueda de la evolución espiritual, de la purificación, el real aprovechamiento de la encarnación; de este modo, el Psicoterapeuta Reencarnacionista no puede actuar al estilo, "Haz lo que yo te digo, pero no hagas lo que yo hago".
¡Nuestro mayor compromiso cuando asumimos ese método de trabajo es con nosotros mismos, con nuestra Conciencia! Cuando un alumno entra en el Curso de Formación de la Asociación Brasileña de Psicoterapia Reencarnacionista (www.abpr.org), comienza a trabajar más seriamente SU propia búsqueda de evolución espiritual, SU búsqueda de purificación, SU real aprovechamiento de la actual encarnación. Y esto, que puede parecer fácil, no lo es tanto, puesto que ninguno de nosotros es perfecto, estamos todos sujetos a los gatillos, a las armadillas, a las fuerzas instintivas, a las fuerzas que vienen de nuestro Inconsciente y a las fuerzas negativas exteriores.
¿Cómo podremos hablar a nuestros pacientes sobre la meta espiritual si no la estamos practicando primeramente en nosotros mismos?
Un psiquiatra, un psicólogo, un psicoterapeuta de cualquier Escuela, puede ser un óptimo profesional en su 'set' terapéutico, y, sin embargo, en su cotidiano, fumar, beber, sentir ira, ser triste, amargado, padecer sentimientos de rechazo, ser celoso, orgulloso, vanidoso, o incluso padecer sensación de inferioridad; todo eso puede afectar poco a su trabajo, es decir, él separa su vida personal de la profesional, porque está trabajando con su paciente.
Sin embargo el Psicoterapeuta Reencarnacionista está en primer lugar trabajando su propia búsqueda de evolución espiritual y, con eso, poco a poco, comenzará a sentirse poco a gusto con sus imperfecciones e inferioridades espirituales, bien en los pensamientos o sentimientos, bien en sus actitudes, ¡pues estará conversando con sus pacientes sobre la Purificación! Y esto no es una cosa cualquiera... Por ejemplo: un psicoterapeuta puede fumar y beber; el Psicoterapeuta Reencarnacionista no debe hacerlo. ¿Por qué? Porque el tabaco y la bebida alcohólica son creaciones de la Fuerza Interior; fumar y beber asocian a la persona con aquella Fuerza, y crean o refuerzan esa sintonía.
La ira, que la gente en general considera un sentimiento, es la propia Fuerza Interior y no un sentimiento. Por eso, cuando alguien dice que está airado, está diciendo: "Yo estoy bajo los efectos de la ira..." Un Psicoterapeuta Reencarnacionista necesita estar sintonizado con la Fuerza Superior y por eso no debe permitirse sentir ira. ¿Y qué pasa cuando ésta viene llegando... se va acercando... buscando una rendija... queriendo entrar? Ahí, en ese momento, recordamos el "¡Orad y Vigilad!", que quiere decir "Mantener la sintonía con Dios y cuidar los pensamientos, los sentimientos, las palabras y las acciones."
La ira va entrando por las brechas, alcanzando el pensamiento. Por esto una persona cuando está a merced de aquella Fuerza cree que tiene razón en sentir lo que está sintiendo... Ella tiene ciertamente razones para estar sintonizada con aquella Fuerza, pero no tiene Razón, y es diferente una cosa de la otra. Tiene razones para estar sintiendo ira, pero no tiene Razón en despacharla. Este es uno de los asuntos de consulta en la Psicoterapia Reencarnacionista, por ello sus representantes no pueden permitirse sentir ira. ¿Y qué se hace cuando ella llega, se entromete, quiere imponerse? Entonces debemos apercibirnos de lo que está pasando, llamar a nuestro Guía Espiritual, a Jesús, pedir Luz. La Luz es la mayor fuerza del Universo. Ella llega con la Paz y con el Amor.
Las regresiones realizadas por un Psicoterapeuta Reencarnacionista son llevadas a cabo por el Guía Espiritual de la persona y no por él, que se coloca sólo como alguien que facilita el proceso. Antes de dar comienzo a la relajación, elevamos nuestro pensamiento al Mundo Espiritual, solicitando de nuestros amigos espirituales y de los amigos espirituales de la persona, que estén presentes, auxiliándonos a realizar la terapia regresiva. Pero ¿cómo podrá hacerse esto si el Psicoterapeuta está en una baja frecuencia, si bebió durante la noche anterior, si fuma tabaco? ¿Qué sintonía alcanzará? En vez de que llegue el Guía Espiritual de la persona, llega un mistificador, un bromista guasón...
Lo que vengo observando en los Cursos de Formación es que van más allá de lo que es un Curso. Tiene lugar una especie de terapia de grupo y al final de él los alumnos que bebían ya no beben; los que fumaban, ya no fuman; los irritados están bastante más calmados; los tristes, los amargados, se sienten más felices, los tímidos están ya soltándose, y así sucesivamente. ¿Esto por qué? Porque el tema principal del curso es la evolución espiritual, lo cual significa mejorar cualquier característica de personalidad, sentimiento o acción que no proceda del bien.
El Psicoterapeuta Reencarnacionista debe comenzar aplicando en sí mismo los principios de nuestra Escuela para tener credibilidad interna a fin de tornarse consejero espiritual de las personas que a él acudan. Debe darse a sí mismo el propio ejemplo de que la fuerza de voluntad puede ser efectiva, para que pueda recomendar esto a las personas sin que una voz interior le diga: "¿Quién eres tú para aconsejar eso? Tú eres también así...", "Tú también sientes ira...", "Tú también eres triste...", "Tú también eres orgulloso...", "Tú fumas..."
No quiero, con esto que digo, que piensen los lectores que soy perfecto, que ya he conseguido eliminar todas mis imperfecciones e inferioridades. Lo que quiero es que sepan que soy una persona que quiere alcanzar ese objetivo, que procuro estar atento a lo que emerge de dentro de mí ante las situaciones de la vida, cómo reacciono yo ante los gatillos.
¿Qué son gatillos? Son los sucesos del día-a-día, son las personas, los acontecimientos que hacen aflorar desde dentro de nosotros lo que hemos venido a mejorar en esta encarnación. Y ya me he dado cuenta de que los que nos ayudan a percibir lo que tenemos de inferior son instrumentos de Dios en nuestra caminata. Son potencialmente positivos, aunque con frecuencia nos parezcan negativos, pues causan malestar. La vida encarnada es una sucesión de gatillos y de armadillas.¿Qué son armadillas? Son situaciones que nos parecen benéficas, buenas, ventajosas, compensadoras, que nos van a traer dinero, éxito, bienes materiales, pero que en realidad no nos ayudan a evolucionar espiritualmente. Esto no quiere decir que debamos estar en contra del dinero, del confort, del bienestar, tener una buena casa, un automóvil, pues eso sería una apología de la auto-flagelación, de la miseria, del sufrimiento, al estilo de algunas antiguas creencias religiosas basadas en la culpa y en el castigo.
Debemos tener una vida sencilla, desprendida, tranquila, ganando y gastando el dinero honradamente, sin querer enaltecerse por encima de los demás y sin querer ser menos; o sea, no querer ser rico ni pobre, sino estar en el término medio. Somos todos medianos. A decir verdad, espiritualmente somos pequeños, pero estamos creciendo.
El Psicoterapeuta Reencarnacionista, lidiando con las personas desde el punto de vista espiritual, en su consultorio, debe cuidar de sí, en primer lugar. Procurar saber para qué ha reencarnado, por qué Dios le propició aquella infancia, aquella familia; hacer una relectura desde el comienzo de esta vida a la luz de la Reencarnación; estar atento a los gatillos, a las armadillas; procurar ir armonizándose con los Espíritus que están a su alrededor y que nota ser antiguos conflictos; ir aumentando el amor en su corazón, expandiendo su Conciencia, tornándose cada vez más sencillo, más ligero, más puro. Debe dar ejemplo a los demás de que está en las filas del Ejército de Dios y que las armas que usa son la Paz y el Amor. Debe combatir el orgullo, la vanidad, la crítica, la impaciencia, la irritación, la ansiedad, desarrollando la paciencia, la comprensión, la humildad.
En fin, ser Psicoterapeuta Reencarnacionista no es una tarea fácil, pero es compensadora.
Sobre o autor Mauro Kwitko é médico auto-licenciado do Conselho de Medicina para poder dedicar-se livremente ao seu trabalho como psicoterapeuta reencarnacionista. Em 1996, começou a elaborar e divulgar a Psicoterapia Reencarnacionista. É fundador e presidente da ABPR. Ministra Cursos de Formação em Psicoterapia Reencarnacionista e Regressão Terapêutica há muitos anos, tendo formado centenas de psicoterapeutas reencarnacionistas. Email: [email protected] Visite o Site do Autor