Ya hemos debatido aquí cuánto nuestra ansiedad acaba alejando de nosotros aquello que deseamos alcanzar. Sin embargo, la duda acerca de cuándo debemos actuar y cuándo esperar está siempre presente, y muchas veces nos sentimos equivocados o excesivamente pasivos, al dejar simplemente que las cosas sucedan.
Para librarnos de tal duda, se hace necesario reflexionar al respecto, para ser conscientes con exactitud de aquello que depende de nuestra acción. Por ejemplo, si deseamos que un árbol crezca en el jardín, no basta sentarnos frente a él y mentalizar diariamente nuestro deseo.
Sin nuestra acción de cavar la tierra y colocar en ella la semilla, nada podrá crecer. Sin embargo, después de esta acción, debemos dejar que la naturaleza siga su ritmo y el árbol surgirá en el tiempo propicio. De nada servirá sentarnos allí diariamente deseando que él crezca rápidamente.
Nuestras iniciativas y acciones son importantes para crear las condiciones necesarias a fin de alcanzar algunos objetivos. Pero jamás debemos perder de vista la necesidad de confiar en la existencia y dejar que la sabiduría del Universo nos traiga, a su tiempo, aquello que necesitamos. Sin esa entrega confiada, los resultados pueden demorarse o no alcanzarse jamás.
“Querido Osho,
Después de que salí de Rajneeshpuran en noviembre pasado, he tenido la experiencia de sentir como si fuese casi imposible encontrar qué hacer. Al principio fue un poco asustador, pero después pude percibir que bastaba esperar y muchas cosas bonitas comenzaron a sucederme, sin que yo tuviese que tomar cualquier iniciativa. ¿Es así como funcionan las cosas cuando estamos contigo?”
“De esta manera es como suceden las cosas, pero no apenas a mi alrededor. Esta es la manera, en toda existencia.
Tú simplemente esperas y todo sucede en el momento oportuno. Espera y observa. No te quedes dormido, porque en la espera es muy natural quedarse dormido. No teniendo nada que hacer, es fácil dormirse. Así, las cosas estarán sucediendo, pero ni siquiera te enterarás. Por esto, espera y observa.
…Por ejemplo, tu riqueza no va a crecer si te quedas sólo esperando.
…Hay cosas que continúan sucediendo sin que tú hagas algo; tienes apenas que esperar. Y hay cosas que tú tienes que hacer para que sucedan. Poco a poco, las cosas que suceden debido a tu hacer pasan a ser más importantes. Éstas son tus posesiones materiales, tu poder, tu prestigio, tus palacios, tus imperios. Éstas no van a suceder si te dedicas apenas a esperar. Si te quedas esperando no te convertirás en un Alejandro Magno. Las cosas que solamente ocurren si tú las haces se vuelven importantes y por eso la humanidad se olvida completamente de todo el conjunto de cosas que ocurren independientemente de su hacer.
…El amor acontece; tú no consigues hacerlo, aunque en todo el mundo las personas hayan intentado hacerlo. Y qué extraño resulta que el mundo todavía no haya reconocido este completo fracaso suyo.
…Ha sido solamente en el siglo XX cuando las personas comenzaron a decir: “A no ser que exista amor, nosotros no nos casaremos”. Y esto ocurrió apenas en países más avanzados. Pero el amor es una cuestión sobre la cual tú nada puedes hacer. O él acontece o él no acontece. Él no se encuentra bajo tu control.
…El amor no es una pasión ni un deseo. El amor no es sexual. El amor es un sentimiento de dos corazones palpitando en un mismo ritmo. No es una cuestión de bellos rostros o de bellos cuerpos. Es cosa muy profunda, una cuestión de armonía.
Si el amor surge de la armonía, solamente entonces conoceremos una vida exitosa, una vida colmada, en la que el amor continuará haciéndose más profundo, porque él no depende de nada externo, él depende de algo interior. Él no depende de la nariz ni del tamaño de la nariz. Él depende de un sentimiento interno de dos corazones palpitando en un mismo ritmo.
Ese ritmo puede continuar creciendo, puede alcanzar nuevas profundidades, nuevos espacios. El sexo puede ser una parte de él, pero él no es sexual. El sexo puede sobrevenir y puede desaparecer en él. Él es mucho más grande.
De este modo, si la persona que ama es más joven o más vieja, no importa. A cada vuelta y media, toda mujer piensa en esto; muchas mujeres han preguntado a sus amantes, “¿Vas a continuar amándome cuando yo envejezca?”
…En todas tus relaciones si esperas, y observas, por un momento de armonía con la existencia, te darás cuenta de que están ocurriendo cosas que tú nunca serías capaz de hacer.
Muchas flores son posibles, muchos poemas y canciones son posibles. Muchas estrellas están naciendo a partir de la armonía, esperando y permaneciendo en alerta.
Están ocurriendo cosas, pero tienes que estar consciente.
Muchas veces las cosas están sucediendo, pero tú no estás consciente. Tú pierdes lo que te correspondería en derecho, sólo porque estás durmiendo.
Mi enseñanza es básicamente dejar acontecer. Las cosas que sólo se producen si se hacen son mundanas. No estoy en contra de ellas, pero ellas no son la parte esencial de tu vida. Si quieres tener una bella casa, tendrás que construirla; ella no va a surgir de la nada.
…Cosas esenciales, como el amor, la alegría, el sentido del humor, la paz que llega con la comprensión, la jornada interior para encontrarse a sí mismo… estas son las cosas esenciales que no pueden ser hechas, las que tú tienes que aprender a permitir que sucedan.
Así, mantén una idea clara: aquello que necesita hacerse, debe ser hecho; y aquello que necesita permiso para que suceda, debe serle permitido suceder, nunca interfieras en esto.
Y recuerda siempre: lo esencial es aquello que sucede por sí mismo y lo no-esencial es aquello que haces tú. Tu hacer no puede ser algo sagrado.
…Aquello que es más elevado que el hombre siempre sucede por sí mismo, está más allá de su hacer. Tú estás siempre al final, recibiendo. Tú simplemente tienes que estar abierto, receptivo y agradecido a la existencia”.
Publicado dia 5/19/2006 4:18:10 PM em STUM WORLD
