En aquél día me deparé conmigo misma… una vez más.
Al mirarme de frente, he visto que ya estaba muy diferente de la última vez que me había mirado así… pero todavía distante de lo que vislumbro en los intervalos de tiempo de los pensamientos…
Y ahora, ¿qué hacer ante tantas cosas que sé que son lo ideal, pero que todavía no consigo colocar en mi experiencia? Tantas cosas que yo querría no sentir… pero siento… miedos que ya no querría tener… pero tengo…
Sabes, es como cuando ya conoces la receta del bollo pero… todavía no consigues colocar todos los ingredientes… aun sabiendo que hasta puede que ya consigas obtener algunos.
Más o menos así es como me he sentido… hasta que, desde un lugar muy profundo dentro de mí… alguna cosa comenzó a llamarme… y me he ido sumergiendo tanto y tanto que he sobrepasado algunos límites…
En aquel lugar que se ha vuelto único y en aquel momento que se ha vuelto inigualable, me he sentido entera porque con todos los defectos y todos los miedos, me he entregado completamente a la conexión con el Alma… ha sido sólo eso… y ha sido todo.
En esos momentos mágicos… en que el Universo te proporciona experiencias únicas que escapan completamente a lo que idealizas, pero… que te conmueven tan profundamente que hacen que esos momentos permanezcan eternos… vislumbras lo intangible, y eso te hace percibir que a cada momento puedes sentirte entera con aquello que tienes y con lo que eres en ese momento.
Ante mi, tan incierta y tan imperfecta… me he amado tanto como si la receta hubiese estado completa… y entendí que no necesitamos esperar un minuto siquiera para hacer cosas que siempre aplazamos por considerar que todavía no estamos preparados…
De alguna manera inexplicable me he aceptado y he conseguido colocarme entera en mí… sin juzgarme… sin comparaciones… he aceptado mi humanidad y me he sentido bien con ella… y me he amado así.
Y me he dado cuenta de que, en la conexión profunda con el Alma, encontramos respuestas que solamente ahí pueden ser encontradas… y que se puede tener acceso a todo lo que nos parece tan complicado e inalcanzable, a través de un encuentro inesperado y revelador… con el silencio…
A partir de entonces… podemos descubrir que ya tenemos en manos todos los ingredientes de que necesitamos para el momento presente que… en verdad… es el único que existe.
Rubia A. Dantés es diseñadora,
produce mandalas basándose en meditaciones
y es también estudiosa de la cultura Maya.