Nuevamente me encuentro ante un desafío enorme… un cambio muy grande hace señas en mi horizonte y esto todavía me hace sentir frío en la barriga.
A veces el Universo nos coloca ante cosas que nos parecen completamente inesperadas, pero que, si las miramos bien, veremos que son lo que estábamos esperando desde hace mucho tiempo, tan sólo que han llegado tan de repente y nos parecen tan perfectas… es como si todo estuviese siendo preparado, mientras nos afligíamos en el camino del propio conocimiento…
El Universo no suele seguir nuestros proyectos cuando trae lo que necesitamos vivir… Él tiene sus propios caminos y planes, que muchas veces nos asustan por su precisión. Cuando considera que estamos preparados para cambiar de rumbo, puede traerlo todo listo y nos pide que asumamos lo nuevo…
Bueno… me he visto así ante lo nuevo y casi sin acción, es decir… con un poquito de miedo, no lo voy a negar.
Cuando debemos correr riesgos que nos llevarán más allá de los límites de lo conocido… por más que tengamos signos y confirmaciones… y por más que sea aquello lo que habíamos demandado, aun así podemos sentir miedo de lo nuevo. Hemos pedido eso, pero… cuando eso llega e implica cambios tan profundos en nuestros antiguos esquemas, que de tan antiguos y conocidos nos aprisionan… muchas veces podemos querer escapar de aquello que más deseamos…
Esto es muy loco, ¿verdad? Por qué deseamos tanto el cambio y lo nuevo, siendo que no queremos abrir mano de las viejas protecciones que nos dan una supuesta seguridad, pero que ya no nos conducen a lugar alguno…
Y a mi Alma le encanta llamarme para lugares nuevos y desconocidos… me resisto un poco, pero cuando el Universo insiste mostrándome tantos signos y sincronismos, que ya no soy capaz de ignorar cómo está actuando la mano del destino… termino poniéndome en camino…
Estaba así, en ese punto de ir… pero con miedo de la zambullida…
Cuando me encuentro así… ante eventos en que no sé cuál acción adoptar, y siento que son cosas que tengo que vivir, debido al gran sincronismo con que me alcanzan, sólo me resta pedir ayuda al Gran Misterio. Cuando no sé cuál es la mejor acción, siempre me entrego al Universo… que está en mí y en todo… Después de muchas conversaciones íntimas y bastante sinceras con el Gran Misterio, en las que siempre me muestro en toda mi fragilidad… he notado que conversaba conmigo misma en otro nivel y que las respuestas ya estaban dentro de mí… El Gran Misterio, en verdad, hacía un puente, de un yo más superficial, a un Yo más profundo… aquel “Yo que sabe”.
Y esto ha sucedido de modo tan natural que me ha hecho creer todavía más que cada cual sabe las respuestas que necesita… Sólo tiene que buscar en su interior…
No importa la forma en que ese buscar ocurre… en un ritual o en una conversación con el Alma… Hay muchas maneras de hacer ese puente, pero es fundamental que lo hagamos, de una forma o de otra, porque estamos en un momento en que es muy importante que cada cual encuentre su conexión con lo Sagrado y siga esa voz… porque es la única que sabe guiarte a través de los caminos que te habrán de proporcionar mayor crecimiento y más felicidad…