Mi primer contacto con críos especiales ha sido alrededor de 1975, con Gilberto Aielo. Formábamos un grupo de pasistas, agregados al Centro Espírita Estudiantes del Evangelio, en el Carandirú y todos los viernes visitábamos a Maurinho, hijo de un matrimonio muy amigo. Mauro es portador del Síndrome de Down.
En aquella época Mauro, muy niño, era poco consciente, no sabía definir días, horarios, etc. Sin embargo, su madre nos decía que Mauriño sabía siempre cuando era viernes, el día del pase.
Desde temprano se preparaba, aceptaba el baño y la alimentación con facilidad. Incluso cuando la pareja viajaba, aun estando distante, él sabía cuando era viernes y repetía siempre la preparación para recibir la visita del grupo.
Durante los demás días volvía a lo suyo normal, teniendo poca conciencia de las cosas.
Y a aquellos que dicen por ahí que un crío Down tiene poco tiempo de vida, les informo de que Maurinho todavía vive y siento un cariño enorme por él.
He retomado el contacto con este asunto al leer el libro “Autismo”, que me ha regalado mi amigo Denir Lopes, de Volta Redonda. Como dice Celso Martins, he leído el libro de una sentada. Después lo he leído despacio, haciendo anotaciones. Es excelente esta obra. A partir de esa lectura comencé a realizar estudios y pesquisas. Una de las informaciones más interesantes que he obtenido de ese libro es la siguiente: La Dra. Temple Grandin nació autista. Transformó una vida llena de impedimentos y limitaciones en una existencia de éxitos. Se convirtió en PhD en ciencia animal, profesora en Facultad y escritora.
En razón de lo que he estudiado y pesquisado, puedo afirmar que el autista es un ser que, por alguna razón, no “entró” en el mundo físico. Permanece atrincherado, en el liminar de la existencialidad física y extra-física.
Puede ser que antes de entrar o de “conectarse” con el cuerpo, el Espíritu decida desistir; tiene miedo, se siente incompetente para la experiencia. Hay otros y muchos motivos.
Hellen Wambach, psicóloga, realizó varias experiencias con adultos, haciéndoles regresión hasta la vida intra-uterina. En los informes de los pacientes constan la percepción y sensaciones que la criatura tiene antes del nacimiento, donde ella permanece agregada o próxima al cuerpo en gestación.
Investigadores han realizado el prototipo de un laboratorio que simbolizaba un útero y colocaron a criaturas autistas en ese ambiente. Allí, tenían contacto con sonidos y sensaciones semejantes a aquellas transmitidas por la madre al bebé cuando dentro del útero, inmerso en el líquido amniótico. El resultado de la experiencia fue que hubo reacciones favorables y mayor receptividad por parte de los niños.
A partir de la lectura de esa información, he realizado experiencias con un grupo de personas sensitivas y habilitadas. Creábamos, mentalmente, un útero y colocábamos – siempre mentalmente- al niño autista en aquel útero imaginario. El niño autista que estaba en esa experiencia respondía positivamente a esta acción, recuperando un buen nivel de consciencia e incluso llegando a establecer una ligera comunicación con su abuelo, lo cual ha sido muy reconfortante para toda la familia.
La comunicación con el autista también puede hacerse a través de una conversación con su Yo Superior. En ese proceso la conversación se dirige al Espíritu, estando la persona – o niño – durmiendo o no.
Otro proceso positivo es la realización de sesiones mediúmnicas de apoyo. El grupo puede actuar en la propia Institución o Centro Espírita. La actividad es desarrollada enfocando directamente a los internados. En mis experiencias, cuando dimos apoyo a una clínica que asistía a niños especiales, utilizábamos la Apometría, un sistema de trabajo desarrollado en Río Grande do Sul, relatado por el periódico Desobsessao, que era editado por el Hospital André Luiz. Leí las experiencias realizadas y a continuación, en el grupo que yo dirigía, el equipo espiritual nos convocó para realizar la misma actividad. En aquella época yo contaba, en el Centro Espírita Evangelio en Acción, con un grupo de médiums con mucha experiencia y facultades apropiadas, como desdoblamiento, videncia, psicografía, etc.
Al ver, en el programa Boa Nova de la TV, el relato del Sr. Onofre, sobre las actividades de apoyo espiritual que ellos desarrollan en pro de las criaturas internadas en las Casas André Luiz, me puse muy contento. Este es un camino. Sin embargo, queda mucho todavía por estudiar, pesquisar y experimentar en torno al autista y al niño especial, para que podamos entender, como dice Herminio Miranda, el mensaje que estas criaturas están enviándonos.
Wilson Francisco é Terapeuta Holístico, escritor e médium espírita. Desenvolve o Projeto Mutação, um processo em que faz a leitura da alma da criatura e investigação do seu Universo, para facilitar projetos, sonhos e decisões, descobrindo bloqueios, deformidades e medos que são reprogramados energeticamente.
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