La búsqueda de la sabiduría es un tema bastante recurrente en nuestros días. Todos queremos desarrollar esa cualidad, que nos ayudará a lidiar con la vida de manera a no sentirnos débiles ante los obstáculos y a mantener el equilibrio incluso en momentos de gran desafío.
Buscamos durante todo el tiempo alguna fórmula mágica que nos ayude en ese proceso, visto que para la mayoría de nosotros la sabiduría parece tan distante e inalcanzable como las estrellas.
Sin embargo, por más increíble que parezca, desarrollar sabiduría no depende de ningún esfuerzo espectacular, sino simplemente de una profundización en nuestro mundo interior.
El autoconocimiento es la clave para que desarrollemos esa cualidad. Sin él nada puede ser posible. Ejercitar el autoconocimiento es iluminar nuestro interior obscuro, que así permanece, exactamente porque rehusamos arrojar luz sobre él e insistimos en buscar soluciones para nuestros problemas en la acción, en el movimiento exterior, cuando lo más sensato sería sencillamente parar y dejar que nuestro verdadero ser se manifestase.
Por tanto, ser conscientes de que se debe cambiar la dirección de exterior para interior, es el primer paso en el camino para obtener la tan deseada sabiduría. Ella está siempre allí, plenamente disponible. Basta solamente estar dispuestos a alcanzarla.
"...Conocerse es el inicio de todos los demás conocimientos. Después el círculo de tu luz puede continuar ampliándose: puede tornarse cada vez más incluyente. Surge el momento en que tu sabiduría lo alcanza todo, pasa a abarcarlo todo. Cuando una persona siente que nada deja de estar presente, que nada está faltando, ha encontrado el camino correcto.
Y tampoco hay necesidad. No necesita convertirse en famoso, no necesita ser un éxito a los ojos del mundo. Todas esas ideas son locura.
Tan solo tienes que ser creativo, cariñoso, consciente, meditativo... si sintieses surgir la poesía en tu interior, escríbela para ti misma, para tu marido, para tus hijos, para tus amigos - ¡y olvídate de todo lo demás!
Canta tu canción y si nadie la escucha, ¡cántala a solas y apréciala!
Dirígete a los árboles y ellos te aplaudirán y lo apreciarán...
...Ser perfeccionista significa estar listo para el diván del psiquiatra; ser perfeccionista es ser un neurótico. Y a todos se nos ha dicho que fuésemos perfectos.
Tienes un sentimiento negativo en relación a ti mismo, porque te han enseñado a sentirte así...
...Vive este día en toda su belleza, en toda su alegría, en todo su dolor, agonía, éxtasis. Vívelo en su totalidad - en su obscuridad, en su luz. Vive el odio y vive el amor. Vive lo que existe en este momento.
Mi modo de abordarlo no es la perfección, sino la totalidad. Vive el momento que se encuentra totalmente disponible para ti y el próximo momento nacerá de él.
Jesús dijo: "¡no pienses en el mañana y mira los lirios en el campo! Cómo son bellos. Aún Salomón en toda su gloria no se ha vestido como uno de ellos". ¿Y cuál es el secreto de los lirios hermosos? El secreto es sencillo: ellos no piensan en el mañana, ellos nada saben sobre el futuro. El mañana no existe. Este día se basta; este momento se basta. Y tu sentimiento de negatividad respecto de ti desaparecerá.
Recuerda: si tú te sientes negativo acerca de ti mismo, automáticamente te sentirás negativo respecto de las demás personas...
Osho - del libro "Meditación para personas ocupadas".
El proceso del tiempo es horizontal: un momento pasa, después viene otro. Ese también pasa, después hay otro momento. Existe una sucesión de momentos, una hilera de momentos: uno pasa, después viene otro, este también pasa y otro le sigue. Es horizontal.
Pero la eternidad es vertical: te sumerges profundamente en el momento, moviéndote, no a lo largo de una recta, sino en profundidad. Te vas al fondo en el momento. Si permaneces en la orilla, el río continuará pasando. En general estamos sentados en la orilla del tiempo. El río continúa moviéndose: un momento, otro momento y otro más, y la secuencia de momentos continúa. En general es así como vivimos en el tiempo.
Hay, sin embargo, otro camino: sumergirse en el río, ir al fondo en el momento, en el aquí y ahora. Entonces, súbitamente, el tiempo para. Tú pasas a moverte en una dimensión completamente diferente: la dimensión vertical es la eternidad. Ese es el sentido de la cruz de Jesús.
La cruz es un símbolo del tiempo. Está hecha con dos líneas: una vertical, otra horizontal. En la línea horizontal están las manos de Cristo, y en la línea vertical está todo su ser. Las manos representan la acción: hacer, poseer. Poseer está dentro del tiempo, pero Ser está en la eternidad. Por tanto, todo aquello que hagas estará en el tiempo, aquello que tú eres estará en la eternidad.
..En ese momento el viraje puede suceder. Ahora mismo, si tú olvidas el pasado y el futuro, el tiempo se parará. Entonces nada se moverá, todo permanecerá absolutamente silencioso y comenzarás a sumergirte en el aquí y ahora. Ese "ahora" es la eternidad".