Me despierto en las montañas después de un trabajo con un grupo donde las cosas han fluido en su momento adecuado... y me siento más a gusto para fluir también en ese momento.
Otras veces me hubiese levantado todavía con sueño, preocupada con arreglar las maletas para llegar pronto a casa y hacer un montón de cosas, que muchas veces, si siquiera necesitaban hacerse... eran solamente un vicio, de estar llenando el tiempo con cosas... y cosas.
Dejo que el tiempo se escurra suave por entre la blandura de los cobertores, hasta que las ganas de levantarme lleguen naturalmente...hago esto siguiendo mi ritmo... sin pausa... y sin prisa.
Abro la puerta del chalet para que el paisaje colme de luz todo mi ser...
Esta vez el paisaje me trae mucho más que la belleza plástica de una naturaleza bonita... trae la memoria de otro tiempo donde lo natural era estar así...
en el ritmo... sin "tener que" nada... sólo estar en el momento apropiado...
en el momento del tiempo...
Cada experiencia vivida allí... se ha ido revelando en felicidad...
Sería tan bueno si consiguiésemos estar siempre así... fluyendo con el tiempo... y viviendo el presente en cada momento... siguiendo los ciclos de la naturaleza y naturalmente nuestros propios ciclos.
Nos cuesta comprender que no sirve de nada intentar acelerar nuestro ritmo, aprovechando al máximo los pequeños trozos de tiempo que el hombre ha aprendido a limitar tan bien con el reloj y el calendario, para que quepan muchas cosas dentro de él... muchas... Tantas que ni siquiera sobra espacio para el Ser.
Mirando para el mundo a nuestro alrededor podemos observar cómo el hombre consigue producir cada vez más cosas y que para eso gasta cada vez menos tiempo... sin percibir que cuanto más corremos, más nos distanciamos de nosotros mismos...
En este tiempo loco y acelerado cabe todo... menos nuestra Alma, que silenciosa espera que nos demos cuenta... un día... de que nadie necesita correr tanto para ser feliz...
¿Cuándo será que aprenderemos que solamente vamos a estar por entero en todo lo que hagamos, cuando respetemos los ciclos naturales de nuestro cuerpo...
del tiempo... de la Tierra... de la Galaxia... y que eso no requiere esfuerzo alguno... porque es de nuestra naturaleza.
Y no existe nada mejor que vivir en sintonía con aquello que es natural y sencillo...
He dejado la montaña... el chalet... pero no la memoria de esa felicidad que existe en fluir con la naturaleza...
Corremos tanto en busca de la felicidad... y nos olvidamos de que ella siempre nos espera en el momento conveniente...
Publicado dia 9/27/2006 1:57:39 PM em STUM WORLD
