Cris y Marcos aterrizaron en el grupito del “Chinês” (en el que realizábamos experiencias mediúmnicas y sensitivas), aportando bagajes y dificultades. Ella, indefinida en términos de creencia y él cursando la escuela de médiums en un Centro Espírita dirigido por su padre, que aplica el sistema de cursos indicado por la FEESP y restringe las experimentaciones, manteniéndose apenas en las actividades vinculadas al Centro Espírita que frecuenta.
Marcos nada sentía en las clases del curso y ya en la primera reunión en nuestro grupo tuvo varias sensaciones, lo cual le causó alegría. Pero interrumpió su participación para no desagradar a su padre. Un amigo espiritual informó que lo importante era ser consciente en cuanto a la posibilidad de la percepción y en cuanto a todo lo que había oído, que coincidía con su presente situación vivencial. En un solo encuentro tuvo muestras de la realidad espiritual y de lo mucho que estamos conectados con la espiritualidad.
Y esto bastaba para él. Atravesar ese portal, transitar hacia otro universo o colisionar con las costumbres de su genitor, sería atentar contra su estructura psicológica. Lo que había recibido estaba ya bastante bien.
Esta, por cierto, es una postura que mantengo y que coincide con el pensamiento de los pesquisadores de la otra dimensión. Cada persona tiene su universo de sabiduría y experiencias, y ultrapasarlo puede colocar en riesgo creencias y convicciones. La criatura tiene que acercarse a los acontecimientos de acuerdo con su madurez y deseo. Todo a su tiempo. Anticipar caminos puede ofrecer dificultades para el caminante sin experiencia.
María, a pedido de Cris, explicó acerca de cómo podemos pedir al universo aquello que necesitamos o deseamos. Se ejercitó con el grupo de “apertura de canales” e hizo los deberes de casa con eficacia. Días más tarde había conseguido vender un coche, y un negocio que estaba atravesado tuvo una óptima solución. Ambos quedaron felices con los éxitos.
Siempre informamos a la persona sobre estos acontecimientos y éxitos, todos vinculados a las leyes del crédito y mérito de cada cual y siempre dependientes de la voluntad manifestada por el ser en esencia. Tu deseo puede convertirse en realidad.
Jesús, el maestro incomparable, nos enseña acerca de esto, o sea: pedir y obtener.
En otra de las reuniones, Cris tuvo una percepción interesante, amparada por un espíritu amigo. Sintió como si estuviese andando por una carretera, pasó un puente y después se vio empujada al agua. Para sorpresa suya, vio a la persona que ocasionó el accidente. La tal persona del sueño es hijo suyo en la vida actual, con quien, naturalmente, tiene diferencias y relación difícil.
El aprendizaje no se detuvo ahí. Un día después de la reunión, ella nos telefoneó a casa y le dijo a María que su hijo había tenido un sueño. El sueño del chico era igual a todo lo que ella había percibido en la reunión. Y el muchacho terminó el relato del sueño diciendo preocupado: he sido yo, mamá, quien te ha empujado a las aguas del río…
Ella lo escuchó, lo abrazó con cariño y respondió: es apenas un sueño, hijo mío. Y en ese momento, aquel abrazo le produjo una sensación reconfortante de perdón y alegría, desapareciendo de ella, como en un pase de magia, la sensación de dificultad y las diferencias que experimentaba frente a su hijo.
Casos y cosas de este universo espiritual tan majestuoso y lindo, lecciones de vida que la espiritualidad nos da, para que podamos agregar más valores en la fe y comprensión de la interexistencialidad de todos nosotros.
Wilson Francisco é Terapeuta Holístico, escritor e médium espírita. Desenvolve o Projeto Mutação, um processo em que faz a leitura da alma da criatura e investigação do seu Universo, para facilitar projetos, sonhos e decisões, descobrindo bloqueios, deformidades e medos que são reprogramados energeticamente.
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