Hoy muy tempranito me he despertado con la certeza de cómo es preciso que respetemos mucho nuestro ritmo y no nos dejemos llevar por el ritmo insano que la vida, y otras personas, muchas veces, quieren llevarnos a adoptar...
Seguimos otros ritmos que nos son impuestos, sin siquiera darnos cuenta de que con eso estamos yendo contra nuestra propia naturaleza...
Y para ilustrar mi certidumbre, luego después me he visto en una situación en la que he podido sentir qué malo es estar... de alguna forma, teniendo que ajustarme a alguna cosa que no era mía...
Tengo una gran facilidad para perder las gafas y en el momento en que más las necesito, no las encuentro... Hoy no ha sido diferente, quería mucho leer algo y, no encontrando mis gafas, me he puesto las de mi madre...
Con cierto esfuerzo he conseguido ajustar una distancia a la que conseguía leer más o menos... muy de cerca. En seguida noté que no era natural estar haciendo aquello, por el malestar que comencé a sentir... ha sido tan mala la sensación que preferí aguantar un poco mi curiosidad y fui en busca de mis propias gafas para continuar la lectura...
Mientras las buscaba, he ido notando cómo había sido inmediata mi reacción por estar intentando adaptar mi visión a unas lentes que no eran mías...
Qué bueno, si hiciésemos lo mismo con relación a nuestro ritmo... pero las cosas, en este caso, no ocurren exactamente así...
Despacio vamos haciendo concesiones en nombre de muchas cosas... vamos abriendo mano, un poquito aquí... un poquito allí... y cuando nos damos cuenta estamos cansados... sin energía y haciendo las cosas sin entusiasmo, porque seguimos muchos ritmos que no son el nuestro, sin siquiera percibirlo... vamos acelerando por la vida y pasando por ella sin vivir.
Cada uno de nosotros tiene un ritmo propio... y respetar ese ritmo permite que hagamos las cosas con armonía y entusiasmo. Desgraciadamente la vida nos pide todo el tiempo que dejemos a un lado ese ritmo y que “vayamos corriendo detrás...”
En ese correr detrás ni siquiera notamos que estamos olvidándonos a nosotros mismos por el camino...
Y estar vacío de sí mismo es la peor cosa que nos puede suceder...
Por eso... he venido pensando tanto en la importancia de que cada uno siga su propio ritmo... aunque éste sea diferente de todos los demás ritmos alrededor... y que al principio parezca difícil ir contra la corriente.
Pero cuando pienso acerca de a dónde ese ritmo loco ha conseguido conducir a la humanidad... hasta me apetece permanecer bien quieta y escuchar los latidos de mi corazón en la esperanza de que él todavía pueda latir en el mismo ritmo del corazón de la Madre Tierra...
Entonces sabré que estoy en casa otra vez...
Publicado dia 12/16/2006 11:51:06 PM em STUM WORLD
