¿Sabes uno de esos días en que todo te parece medio sin gracia y sin perspectivas?
Pues bien... fue en un día así, cuando nada despertaba en mí entusiasmo, cuando entendí una verdad que me sirve siempre... siempre que no me olvido de ella, y... caso la olvide, el Universo se las arregla para darme un toque y recordármelo nuevamente...
En aquel día gris y sin gracia yo me he visto protestando por muchas cosas... y cuanto más protestaba... más cosas aparecían para protestar... y a cada protesta yo me iba sintiendo peor... Tan peor que ya no me aguantaba más en mí de insatisfacción...
Y en esas he sido socorrida por una llamada telefónica de una amiga que me contó cómo hacía en esos días en que todo parecía salir mal... Ella me ha dicho que se ponía a agradecer... Como al principio, cuando estamos en bajo astral, no encontramos nada que tengamos ganas de agradecer, ella agradecía por el sol, por la respiración, por la salud del cuerpo... etc.
Y a medida que iba agradeciendo, más cosas aparecían y ella constataba lo mucho que tenía para agradecer.
Bueno... Hace mucho que no veo a esa amiga, pero lo que ella me ha enseñado hace que le esté muy agradecida porque ha sido un regalo inestimable...
El otro día... poco antes del día de Reyes, casi me olvido de lo mucho que tengo para agradecer y ya me iba dejando llevar por un poco de desánimo, cuando un mensaje providencial que tuve en un oráculo me ha hecho despertar para lo que ya estaba cansada de saber... Extraje la carta de la gratitud...
Comencé a agradecer y he visto claramente los muchos regalos que le vida me ha venido dando día tras día...
Y mientras estaba agradeciendo, conectada con el corazón, reconocía cosas que estaban en mi realidad y que ni yo misma advertía tratarse de regalos muy preciosos...
Cosas a las que nos hemos acostumbrado tanto que ni siquiera nos apercibimos de que son dignas de mucha gratitud, han ido desfilando poco a poco por mi mente y despertando en mí un sentimiento de profundo agradecimiento...
Me he dado cuenta de que entre tener una cosa y reconocer que la tienes, dándole el debido valor... existe una gran diferencia... tan grande que puede transformar tu vida...
En los días que se siguieron he continuado reconociendo y agradeciendo los regalos y eso me ha ido haciendo un bien tan grande que he decidido hacer, en el día de Reyes, en sintonía con esa energía tan bonita, una pulserita de cuentas, para usar como una manera de no olvidarme de reconocer y agradecer los regalos...
Y es que tenemos la manía de olvidarnos de cosas buenas que de tan sencillas parecen no tener valor... ¿Quién nunca ha pasado por la experiencia de sólo dar valor a una cosa después de que ya no la tiene?
Y es que en esa correría loca que la sociedad intenta imponernos, en la cual se nos estimula a conseguir cada vez más cosas, casi no tenemos tiempo para disfrutar de lo que hemos conquistado... y con eso ni siquiera nos acordamos de agradecer.
Disminuir el ritmo... respetando el del propio corazón, nos hace encontrar muchas y muchas cosas para agradecer... ahora mismo... en nuestra vida, y nos hace apreciar cómo eso tiene el poder casi mágico de modificar nuestra realidad de una forma sorprendente... y encantada...