“Conócete a ti mismo y conocerás el Universo y los Dioses”
Oráculo de Delfos – Grecia
Creo en los oráculos como instrumentos de auto-investigación psicológica, visto que ofrecen respuestas acerca de nosotros mismos, sirviéndose de nuestra fe y capacidad de concentración.
Si fuésemos, tal vez, un poco más sabios, no necesitaríamos tanto de los oráculos. Sin embargo, el ritmo de vida actual nos ha alejado de nuestro mundo interior y son los simbolismos y rituales de oráculos como las Runas, Tarot o el I-Ching los que nos facilitan el ambiente propicio para esa interiorización.
Pero en todos los casos quien responde a las preguntas somos nosotros mismos, o mejor, nuestro inconsciente que es mucho más sabio y al que no solemos consultar en el día-a-día.
La decisión de los oráculos tiene que ser siempre respetada, bien sea en su modo de presentar las respuestas a las cuestiones, bien sea contraria a lo que te gustaría, o bien sea aparentemente poco concluyente. En verdad, si la respuesta te parece poco concluyente es porque la pregunta también lo ha sido, ya que la pregunta adecuada ya contiene en sí misma la respuesta.
Para muchos, consultar un oráculo es librarse de la responsabilidad de reflexionar acerca de las cuestiones y de decidir cómo resolver los problemas, o todavía peor, algunos consideran que el oráculo debe mostrar una respuesta rápida y satisfactoria.
Consultar un oráculo exige mucha humildad y fe para aceptar el resultado, no esperes obtener la respuesta que deseas escuchar. Al elaborar la pregunta, sé lo más imparcial posible si realmente deseas ser orientado de manera correcta.