Siempre que surgen dificultades en nuestra vida, ponen en jaque nuestra fe y la capacidad que tenemos de ejercer la verdadera confianza. Los desafíos tienden a hacernos cuestionar todo aquello en lo que creemos y, muchas veces, a dudar de la misericordia y de la gracia divina.
Pero es exactamente en esos momentos cuando necesitamos confiar en la existencia, y tener la certidumbre de que ella nos habrá de traer la solución acertada en el momento oportuno, aunque esta solución parezca, a principio, contraria a nuestros deseos.
Aceptar todos los acontecimientos de nuestra vida como parte de un plan ingeniado por nuestro propio Ser para nuestro crecimiento y evolución, es la única salida para evitar el sufrimiento.
Siempre que se presente lo inevitable, busquemos dentro de nosotros la fuerza necesaria para seguir adelante, teniendo la seguridad de que esta fuerza jamás está ausente, forma parte indisociable de nuestra naturaleza y sólo depende de la confianza para hacerse presente.
“…La confianza necesita de gran inteligencia, coraje, integridad. Es preciso un gran corazón para tener confianza.
…Si tú posees la inteligencia, estás preparado para enfrentarte a lo desconocido porque sabes que, aunque todo el mundo conocido desaparezca y tú te veas solo en medio de lo desconocido, serás capaz de colonizarlo. Serás capaz de hacer una casa allí en lo desconocido.
…Cada momento que venga desaparece, sin dejar rastro alguno, ningún rastro existencial. Otro vendrá después, otra vez puro, otra vez inocente, otra vez como un niño.
No intentes entender la vida. ¡Vívela! No intentes entender el amor. Entrégate al amor. Entonces llegarás a saber – y ese saber vendrá de tu experiencia. Ese saber nunca destruirá el misterio: cuanto más sabes, más sabes que todavía queda mucho por saber.
La vida no es un problema. …Ella es un misterio para ser vivido, amado, conocido por medio de la experiencia. La vida no es algo estancado – es un dinamismo, es un proceso. No puedes tener un mapa de ella. Ella no es mensurable, es un misterio inmensurable. No pidas explicaciones.
Y a esto llamo madurez de la mente: cuando alguien llega hasta el punto de observar la vida sin preguntas y simplemente se sumerge dentro de ella con coraje y sin temor.
…La mente siempre es vieja. Ella nunca es nueva; es lo acumulado del pasado. Lo nuevo viene de mucho más allá; es un regalo de Dios.
…La existencia continúa derramándose sobre ti, pero tú estás encerrado en tu pasado. Estás casi en una especie de cueva. Has quedado insensible. A causa de tu cobardía has perdido la sensibilidad. Ser sensible significa que lo nuevo será sentido – y que la emoción de lo nuevo y la pasión por lo nuevo y por la aventura despertarán y comenzarás a avanzar rumbo a lo desconocido, sin saber a dónde te diriges.
…Recuerda, cualquier cosa nueva que surja en tu vida es un mensaje de Dios. Si la aceptas, tú eres religioso. Si la rechazas, no lo eres. El hombre sólo necesita relajarse más para aceptar lo nuevo; abrirse un poco más para dejarlo entrar. Abre camino para que Dios entre en ti.
…Recibe siempre lo nuevo con gran alegría. Aunque, a veces, te traiga algunas inconveniencias, aún así vale la pena, pues sólo por medio de los errores aprendemos, y sólo por medio de las dificultades podemos crecer. Lo nuevo traerá dificultades. Por eso optas por lo viejo – éste no traerá dificultad alguna. Es un consuelo, un abrigo.
Pero sólo lo nuevo, aceptado de modo profundo y total, puede transformarte. Tú no puedes traer lo nuevo a tu vida; lo nuevo viene. Tú puedes aceptarlo o rechazarlo. Si lo rechazas continúas siendo una piedra cerrada y muerta. Si lo aceptas, te conviertes en una flor, comienzas a abrirte y en esa apertura está la celebración.
Sólo la entrada de lo nuevo puede transformarte, no existe otro medio de transformación. Y, recuerda, él no tiene nada que ver contigo y tus esfuerzos. Pero no tener nada que ver no significa que tú puedas parar de actuar; es actuar sin deseo o dirección o impulsos provenientes de tu pasado.
…Es preciso comenzar en un estado de no-saber y avanzar inocentemente como un niño, vibrando con las posibilidades – y son infinitas las posibilidades.
OSHO, del libro Coraje, el placer de vivir peligrosamente.
Publicado dia 4/17/2007 2:23:32 PM em STUM WORLD
