Una vez me he visto ante una opción entre ir o no a un determinado trabajo de auto-conocimiento… que la razón adornaba con muchos matices coloreados, haciéndolo parecer imposible de perder. Pero no tuve ganas… y no fui…
Después he comprendido el por qué… y me quedé feliz por haber seguido el corazón… Y es que otras cosas me han llegado del Gran Misterio, del silencio y del estar a solas, que han sido muy importantes en mi historia… No que el trabajo no fuese bueno, pero lo que no era bueno era la combinación de mi momento con aquel trabajo… el Universo tenía planes más perfectos que yo solamente podría percibir… y recibir con el corazón…
Lo que pasa es que cuando seguimos a la razón dictada por el ego y dejamos de seguir al corazón, perdemos momentos preciosos que aportan mucho más de lo que el ego siquiera pueda imaginar… porque escapa a sus dominios.
Existe siempre una combinación perfecta que proviene de la energía de los momentos y de nuestro encuentro, por entero, con ellos… que hace que éstos duren para siempre…
Saber escuchar el corazón… aprendiendo a tener cada vez más intimidad con ese ritmo, hace que estemos siempre en perfecta sintonía con el Gran Misterio… la Fuente que nos provee de todo lo que es precioso… y que no siempre cabe dentro de nuestra imaginación.
Aprendemos a elegir lo que vamos a hacer, basándonos casi siempre en la razón, sin tener en cuenta nuestra intuición y el sentimiento que tenemos respecto de las cosas…
O entonces a usar la intuición y el sentir, en cosas de menor importancia… decidiendo las consideradas más serias sólo con la razón, pesando aquí, razonando allá… dejando al corazón un poco al margen en esas horas…
Ya he visto mucha gente, a la que le encanta hablar de intuición y de seguir al corazón, que en horas en que piensan que la cosa “es seria” olvidan el corazón y pesan todo sólo con el lado racional.
Para mí el corazón es un radar perfecto que nos lleva a huir de las artimañas del ego…
En los dominios del ego están los miedos… en los dominios del corazón está el Amor.
Parece que ya no tenemos mucho tiempo que perder con caminos, ya tan antiguos y visitados, que nos hacen dar vueltas y vueltas en torno a los mismos patrones…
Nuestra Alma indica una urgencia en desarrollar cada vez más ese contacto precioso con el corazón… aprendiendo a escuchar ese lenguaje silencioso.
Los silencios y los vacíos, que tanto colman el Alma, siempre están en los caminos del corazón… así como bendiciones y alegrías inesperadas…
Misterios, que son revelados poco a poco, encantan esos caminos y hacen que una sed de fidelidad al Alma… nos llame cada vez más profundamente hacia ellos…
Y ellos nos revelan lo inusitado que sólo puede suceder donde la razón todavía no ha establecido sus dominios… En los territorios donde los sueños todavía están en el útero de la Creación…