En un programa de TV, titulado Canal Mundo, se hizo una reseña sobre los grandes criminales de las historia.
Se expusieron varios casos y entre ellos me interesó el de Bundy, un joven que violó y asesinó a 30 mujeres. En el programa, su madre dijo al presentador: yo no he educado a mi hijo para ser un asesino. Él siempre ha sido para mí un hijo bueno e inteligente.
Mike, el presentador, hace algunas consideraciones sobre el caso. Informa él que en un determinado momento la violencia surge en el individuo. Cómo será eso, pregunto yo. Surge de dónde, a través de qué canales, este proceso. ¿Surgirá del cuerpo o del alma?
Rosane Neves, 26 años, violada aquí en Sao Paulo, dice en una revista: sientes un odio que proviene de un lugar que ni siquiera sabías que existía. Nunca imaginé que podría existir tanto odio en la vida. En Rosana, desde un lugar desconocido, surge el odio a causa de la acción criminal de una persona que ha realizado en su cuerpo y alma una acción horripilante, mancillando y ultrapasando los límites del respeto y de la sanidad. Violentada en su estructura más íntima, vencidas todas las barreras de su formación ella reaccionó y odió intensamente, sorprendiéndose a sí misma.
El odio, en ella ¿estaría represado en su íntimo, aguardando una motivación para explayarse alma afuera?
Bundy también traía de un sitio desconocido, inaccesible hasta un cierto tiempo de su existencia, guardado en lugar sombrío de su alma, el odio que lo ha transformado ahora en un monstruo. Qué motivación tendría él para desaguar todo ese mar de violencia.
Naturalmente, ambos están transitando en caminos diferenciados, una es la víctima y el otro el verdugo, cada uno penalizado en su universo de derechos y deberes. La chica, con las marcas de un acontecimiento que podrá permanecer en su existencia, tal vez incluso dirigiendo sus actitudes. El muchacho, encaminado hacia la pena de muerte, eliminado de la sociedad y de la vida, para gravitar en otra dimensión.
Estos puntos negros inaccesibles estaban desmovilizados en la intimidad de cada uno, aguardando el momento de emerger. Pueden ser resquemores, ausencias no administradas, dolores profundos o incluso los instintos aún indebidamente modelados y adiestrados que yacen en el marco del alma, aguardando el toque de ángel que poseemos en latencia y que nos ofrece la oportunidad de transformar impulsos ciegos y violentos en acciones inteligentes y amorosas.
En otro momento de la entrevista, Mike informa que Bundy tenía el don de matar. Para mí, es difícil aceptarlo, esa palabra trae un universo de encanto y espiritualidad que nos remite al recuerdo de seres estoicos, victoriosos y del Bien. Un don tiene que ver con la misión y nadie aquí en la Tierra tiene el don de matar. Tenemos el don, sí, de amar, de compartir y de apoyar, esto sí.
Durante el enjuiciamiento y mientras el preso Bundy era siempre solícito, explicativo, informando con exhuberancia de detalles cómo violaba y mataba, indicando los lugares donde habían quedado los cuerpos, con frialdad y calma.
Al principio, él mismo abogó en su causa, defendiéndose con inteligencia y altivez. El juez que lo condenó a muerte, en una actitud que escapa a la normalidad, le dijo: Mira, chico, tú podrías haber sido un buen abogado.
Bundy, un poco antes de la ejecución estaba sereno e inexpresivo, llevando para la otra dimensión existencial los misterios de un alma que marcó su vida con los signos del odio y de la perversidad.
Cesare Lombroso y otros científicos del pasado atribuían la etiología del crimen a deformaciones del cerebro. Hoy día existe un dicho popular que suelo escuchar, que es así: fulano es de sangre ruin. En verdad todo eso hoy no existe. Se sabe que no es el cuerpo ni la sangre lo que origina impulsos, todas las acciones del ser humano provienen de su alma, de sus experiencias, conocimiento y vivencias. El cuerpo es tan sólo una herramienta. Lo que da calidad, fuerza y movimiento al ser son sus pensamientos y sentimientos.
Y mucho menos Adán es el culpable de esa insensatez que muchas veces domina a la criatura, tanto a la víctima como al verdugo. El pecado original está allí en el paraíso mental de personas que creen en leyendas. La realidad es que somos nosotros quienes esculpimos y modelamos nuestra condición existencial.
La violencia y el odio son caras de una sola energía, cuyas raíces están en el cierne de nuestra alma.
Bundy, con independencia de su infancia o vidas pasadas, a pesar de los desamores en su vida, es un ser como todos nosotros, con la diferencia de que no ha conseguido administrar sus impulsos, transfiriendo para sus manos, corazón y cerebro, comandos de odio y violencia. Él no ha conseguido transformar su energía en amor y paz.
Por otra parte, Rosane y tantas otras criaturas que han sido violentadas, en vez de víctimas indefensas, pueden ser vistas como personas que tampoco han sabido lidiar con sus energías internas, permitiendo o viabilizando en su universo a través de la fragilidad o del miedo, la acción de fuerzas extrañas y convirtiéndose en blanco fácil de la violencia.
Alrededor de los años 70 estuve en el Sanatorio Pirapitingui, que albergaba en aquella época solamente enfermos de Hansen (incorrectamente denominados leprosos). Allí vivió Jésus Gonçalves un poeta batallador que marcó con sangre, dolor y brillantez su estancia en aquel hospital y en la vida. Construyó alojamiento para ciegos, una emisora de radio, un centro espírita y tantas otras obras. Su primer momento, tras convertirse al Espiritismo, ha sido realizar una charla evangélica en el casino, donde decenas de personas se entregaban al juego y al sexo, en aquella época.
Investigadores informan y el propio Chico Xavier ha confirmado, que Jésus Gonçalves, en una de sus vidas pasadas, fue el terrible y gran líder bárbaro Atila, que invadió Roma, modificando la historia del mundo. Él era muy inteligente y ágil, dejándose llevar no obstante por los impulsos, que lo transformaban en un tirano, porque saqueaba las ciudades y descuartizaba a hombres, mujeres y criaturas indefensas.
Pues bien, observemos lo siguiente. Examinada la personalidad de Jésus Gonçalves y la del líder bárbaro Atila, se pueden considerar varias semejanzas. La diferencia está en que, en este siglo, allí en las cercanías de Itú y vistiendo un cuerpo diferente y enfermo, este Espíritu dirigía su fuerza, inteligencia y audacia hacia el Bien.
Bundy, Rosane, Atila y Jésus Gonçalves son actores en el gran escenario de la vida, cada cual en su tiempo y con su conciencia realizando sus eventos existenciales. En cada uno de ellos está el soplo divino alentando y dando el impulso para la acción, mientras que sus corazones y cerebros manejan este soplo para el Bien o para el Mal. Es una opción que podemos realizar, atrayendo hacia nuestros caminos la tristeza o la alegría, el odio o el Amor.
Wilson Francisco é Terapeuta Holístico, escritor e médium espírita. Desenvolve o Projeto Mutação, um processo em que faz a leitura da alma da criatura e investigação do seu Universo, para facilitar projetos, sonhos e decisões, descobrindo bloqueios, deformidades e medos que são reprogramados energeticamente.
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