“...después aprenderás a aplicar el Principio de la Vibración, modificando esa energía – si negativa – de plano en plano, de estado en estado, del más denso al más sutil. Por el contrario, si ella fuere positiva, aprenderás a utilizarla en tu favor aprovechando en todo y por todo, aquello que el TODO te está proporcionando”.
Una internauta me ha pedido esclarecer ese tópico, escrito en mi transcripción del Tercer Principio Hermético: “Nada está parado, todo se mueve, todo vibra”.
Ese principio es uno de los 7 Principios Herméticos, o 7 Leyes Herméticas que nos ha venido enseñando la Filosofía oculta y que están publicadas en nuestra sección de Cábala. El estudio y la práctica de cualquier filosofía oculta y el arte de la magia requieren la aplicación de las enseñanzas heredadas a través de los siglos, ya sea verbalmente o a través de determinado tipo de escritos que han sido atribuidos a los antiguos filósofos, astrólogos y alquimistas. Solamente el conocimiento y su aplicación práctica nos ayudan a utilizar esas enseñanzas para ‘modificar nuestro estado de vibración’ y atraer aquello que deseamos. Las Leyes Herméticas, atribuidas al Tres Veces Grande Hermes Trismegisto, nombre griego del Dios Thoth, han sido muy utilizadas especialmente en el período renacentista, y de manera especial por Giordano Bruno y Marsilio Ficino, quienes acabaron condenados y excomulgados como herejes por la Iglesia Católica. La magia hermética, no obstante, no había muerto, sino que renació con vigor en el siglo XIX en Europa Occidental, donde ha sido practicada por muchos hombres sabios como aquellos integrantes de la Orden Hermética del Amanecer Dorado y otros ocultistas, como Eliphas Lévi. El hermetismo está asociado también al estudio de la alquimia y de la astrología.
No obstante, ¡no hay nada de condenable en el hecho de aprender a emplear las fuerzas de la naturaleza en nuestro beneficio!
¡No hay nada de errado en ‘hacer magias’! ¡Al fin y al cabo, la Santa Misa nada más es que una ceremonia mágica! Y cuando rezamos ante nuestro pequeño altar doméstico, o en un templo ante una imagen o un símbolo (como la cruz, por ejemplo) encendiendo velas e inciensos y concentrándonos en nuestra oración, sentimos una vibración proveniente de lo profundo de nuestro corazón que nos eleva poco a poco y nos induce a una paz interior. De ese modo estamos sencillamente ‘elevando nuestra vibración interior’, sutilizándola para alcanzar un beneficio material y, por consiguiente, estamos haciendo una magia (véase en mi site personal el libro virtual: A Magia que vem dos Astros (La Magia que proviene de los Astros). Cuanto más oramos y meditamos, más sutil se torna nuestra vibración. La música, el incienso, la vela son complementes que nos ayudan y nos inducen a determinado tipo de vibración.
Hagamos algunas reflexiones para comprender cómo sucede eso. El elemento cósmico denominado “Fuerza” tiene dos atributos principales: atracción y repulsión. Uno de ellos, el que repele, es positivo; el otro, el que atrae, es negativo. Estos dos grandes opuestos están actuando constantemente en el espacio produciendo la vibración. Así podemos deducir que todas las cosas del Universo son el resultado de esa vibración. Si creemos en que al inicio de todo existe un Ser Eterno y Único que contiene en sí todas las posibilidades de todas las cosas y de todos los seres, comprenderemos que, para crear, ese Ser Único al que denominaremos Unidad, vibró (o sea, expandió) su propia energía hasta crear la dualidad, es decir, creando el principio positivo y el negativo. La idea de lo masculino y lo femenino es una consecuencia, por tanto, de esa vibración, no teniendo el uno más importancia que el otro. ¡Una lámpara no encenderá si uno de los dos polos se encuentra desconectado! Al aparecer como Dualidad, el Uno no dejó de continuar siendo Unidad, y de esta idea nace la noción de la Trinidad que se nos enseña en la religión judaico-cristiana. El Uno es Unidad y al mismo tiempo su manifestación es Masculina y Femenina. La Unidad se torna Tres en manifestación.
La ciencia enseña que cada átomo de materia está polarizado, o sea, tiene dos polos: uno positivo y otro negativo. El positivo representa su energía potencial y el negativo la ausencia de la misma. En la manifestación es necesario que las dos energías interactúen, caso contrario todo permanecería inerte. En el Universo todo está en constante movimiento: nuevas estrellas se crean a cada momento, en un perpetuo movimiento de atracción y repulsión. Deducimos entonces que nada puede existir sin que exista su opuesto: si hay calor es porque existe el frío; si existe el nacimiento, entonces debe haber la muerte; si hay placer, entonces existe el dolor; si existe Luz, entonces existen las Tinieblas, etc. etc. La dualidad siempre envuelve en sí la atracción y la repulsión de algo en graduación diferente de una misma cualidad manifestada. Una escala de graduación se utiliza normalmente para medir la manifestación de algo en su vibración desde la más sutil hasta la más densa. Por ejemplo: la unidad 0 de temperatura medida en la escala Celsius indica el punto neutro de congelación del agua y el grado 100 el punto de evaporación.
Otro ejemplo es el de las notas musicales. “Nota musical es el término empleado para designar el elemento mínimo de un sonido, formado por un único modo de vibración del aire. Siendo así, a cada nota corresponde una duración y está asociada una frecuencia, cuya unidad más utilizada es el Hz (hertz), que describirá en términos físicos si la nota es más grave o más aguda. Se recuerda que físicamente el sonido es una onda (o conjunto de ondas) que se propaga en el aire con una determinada frecuencia, siendo que, si esas ondas estuvieren con su frecuencia en la franja de 20 Hz a 20.000 Hz, el oído humano será capaz de vibrar en la misma proporción, captando esa información y produciendo sensaciones neuronales, a las cuales el ser humano da el nombre de sonido. Las ondas con frecuencia bastante baja (entre 20 Hz y 100 Hz por ejemplo, suenan en nuestros oídos de forma grave, y los sonidos con frecuencia elevada – por encima de 400 Hz – por ejemplo, suenan de forma aguda)”.Para comprender mejor este tema, léase también la Ley de la Polaridad, o sea, la Cuarta Ley Hermética. Hemos aprendido además que lo positivo atrae a lo negativo, y viceversa; sin embargo, cuando los polos se unen también se repelen, pues ambos se tornan, o positivos o negativos. Deducimos entonces que la Fuerza actúa a través de sus dos atributos, la atracción y la repulsión, o sea, lo positivo y lo negativo, y éstos, cuando unidos, se repelen y por lo tanto, se anulan. Explican los científicos que la forma natural del átomo es la de una perfecta esfera. En esa condición, el átomo es, o positivo en el centro y negativo en la superficie, o negativo en el centro y positivo en la superficie. Él contiene en sí mismo la fuerza del movimiento necesaria para ser percibida por los sentidos físicos y materiales. Si él no tuviese esa fuerza, permanecería imperceptible al plano físico.
La razón es que los seres humanos, con los cinco sentidos físicos, podemos percibir tan sólo aquellas cosas que poseen vibraciones en el plano físico. Algunos seres dotados de poderes paranormales o mediúmnicos, perciben vibraciones más sutiles. Nosotros percibimos los colores solamente en aquella escala de vibración que es sensible a nuestros ojos. Pero la ciencia nos explica que existen además otros colores (manifestaciones de luz) que no son perceptibles al ojo humano, ya sea porque su vibración es demasiado lenta – densa –, o bien porque su vibración es demasiado rápida – sutil – para que pueda ser percibida por nosotros. Del mismo modo podemos hablar de los sonidos, o sea, de las vibraciones sonoras que son perceptibles a nuestros oídos. Los graves y los agudos de un instrumento o incluso de la voz humana son simplemente vibraciones más densas o más sutiles de una manifestación de energía vibratoria. Por ejemplo, sabemos que la mayoría de los animales posee un oído mucho más fino que el nuestro y sensible a otras vibraciones sonoras que nos son imperceptibles; eso les ayuda a sobrevivir, ya que perciben la aproximación de un enemigo a larga distancia. Las vibraciones sonoras más densas y fuertes producen correspondencias en las vibraciones atómicas de nuestro cuerpo que se relacionan con algunos órganos del bajo vientre, como los sexuales, por ello producen excitación. Algunos sonidos pueden inducir al odio y a la rabia, otros, bastante más armónicos y sutiles, inducen al ser humano a sentimientos de amor y éxtasis.
También la salud y la enfermedad dependen de las vibraciones de los átomos del cuerpo y de la mente: cuando esas vibraciones son armoniosas producen la salud, o sea, la armonía. En el caso contrario, es decir, cuando las vibraciones son inarmónicas, el cuerpo se enferma. Las personas cuyas vibraciones mentales son concordantes con las vibraciones armoniosas producen paz y armonía en torno suyo, pero, por el contrario, aquellas personas cuyas vibraciones mentales son inarmónicas, producen la discordia y la guerra. Un grupo de personas vibrando juntas de manera armoniosa con una precisa intención mental puede modificar la vibración de la fuerza hasta el punto de conseguir la curación de un enfermo, ¡aunque se encuentre distante y no sepa que esas vibraciones están siendo llevadas a cabo en su favor! Esto ha sido científicamente comprobado en muchos hospitales. Podemos deducir entonces que cualquier persona positiva puede influir sobre otra negativa, o sea, la presencia de una persona dotada de fuerza mental con una vibración elevada puede calmar dolores e inquietudes a otra cuyas vibraciones son inferiores y, por tanto, inarmónicas. ¡Ya se ha demostrado que la música de J. S. Bach calma a los animales y a los críos y hace crecer mejor las plantas! Además, la música clásica tiene exactamente ese gran poder de elevar la condición vibratoria y por ello nos hace tanto bien.
¡Entonces, ya habréis deducido que de esa Fuerza de Vibración trata principalmente el libro y el DVD “El Secreto”! ¡Tened la seguridad de que eso funciona gracias al Principio de la Vibración, y no se trata de ningún secreto! Ese conocimiento es sencillamente una sabiduría antigua que durante mucho tiempo había sido mantenida por pequeños grupos de estudiosos del ocultismo y no había llegado hasta el gran público. Pero ahora, con los vientos de la Era de Acuario que soplan sobre nuestro planeta, su técnica es revelada a fin de que esté disponible para aquellos que desean servirse del Conocimiento. Llegamos entonces a la conclusión de que si conseguimos modificar nuestra vibración de manera positiva atraeremos hacia nosotros las cosas buenas que buscamos. O sea, si estamos enfermos, podemos modificar nuestra vibración interior y, poco a poco, nos curaremos, pues habremos recobrado la armonía funcional. Si estuviésemos en apuros, podemos vibrar positivamente nuestra mente para que ella atraiga la solución de la crisis. ¡Sí, podemos atraer incluso el amor, la felicidad, la armonía, la salud y la prosperidad! Uniendo el polo negativo con el positivo llegamos al punto central, el Camino del Medio, el Fiel de la Balanza, donde los platos vibratorios se estabilizarán y la vida comenzará a fluir más armoniosamente. Nos libraremos de las angustias, de los dolores y de las enfermedades, recobraremos el estado de felicidad interior y, finalmente, nos sentiremos unidos al TODO, ¡porque SOMOSTODOSUNO! Recordad que la supervivencia de todos los seres existentes en nuestro planeta depende de la vibración de cada uno de nosotros. ¡Haz tu parte!
¡Una buena semana a todos en una armonía perfecta!