Tenía pensado escribir sobre otra cosa esta semana... incluso ya tenía el texto casi listo, a falta solamente de algunos detalles, pero, cuando conecté el computador para terminarlo, cuál no sería mi sorpresa al ver que todo lo que tenía escrito había desaparecido...
Fue entonces cuando me acordé de las hadas... y sentí que deseaban que hablase de ellas...
Desde que dibujé un hada... a la que he dado el nombre de Victoria, parece que estos seres encantados se han ido acercando cada vez más... y me han dado una nostalgia muy grande de un tiempo en que tenía una conexión muy preciosa con ellas...
Ayer noche... especialmente, esa nostalgia me ha venido con mucha fuerza, y restos de memorias perdidas en el tiempo me traían destellos de un claro en el bosque... de árboles enormes y de seres diáfanos que se movían como se estuviesen hechos del tejido de los sueños...
En ese estado de encantamiento por el tiempo antiguo... recordé una poesía muy linda que había recibido una vez por e-mail hablando de las hadas...
Rebusqué en mis carpetas del Outlook pero no encontré el e-mail... entonces decidí buscar en Internet...
Estaba en esa búsqueda, cuando mi sobrina Ana, que está pasando unos días aquí en mi casa, entra y ve que estoy buscando algo sobre hadas.
Me cuenta entonces, que esa tarde, en seguida después del almuerzo, encendió un incienso y permaneció mirando distraída el humo que subía... en un momento dado, cuando el sol se encontraba con el humo del incienso, ella me dijo haber quedado encantada, porque los rayos del sol, mezclados con el humo... daban idea de una cosa mágica... como si formasen pequeñas hadas.
Y estuvo así, durante mucho tiempo, admirando aquella imagen del sol... del humo... de las hadas.
Como por la mañana yo había tenido ya noticia de que en el patio de mi casa habían aparecido unas setas blancas muy grandes... en seguida percibí que las hadas estaban de veras presentes...
Fue cuando hemos escuchado en mi computador un sonido de tilintear de campanillas... que sucedió en el momento en que cerré una página en Internet... y nos hemos llevado un susto pensando en lo que podría ser... porque parecía el ruidito de un hada...
Más sorprendida me quedé cuando percibí que al intentar enviar un mensaje por el Outlook el sonido de la campanilla se repetía. Como no había tocado ninguna configuración del computador sentí que era de veras una señal de las hadas...
Me dormí feliz con cierta sensación de que ellas se encontraban muy presentes... y hoy... cuando desperté y conecté el computador... en seguida hice clic en el Outlook, en el “enviar y recibir”, para escuchar la campanilla...
Pero nada de campanilla ni de ruido alguno... sólo aquel aviso cuando llega un mensaje.
Pregunté a un amigo y me ha dicho que puede existir esa campanilla en las configuraciones del Outlook, pero solamente si lo configuramos, y que en mi caso, habían sido de veras las hadas... comentó riendo.
Como si no bastasen los signos, suena el teléfono y es una amiga muy querida... le digo que estoy escribiendo sobre las hadas... y me cuenta que acababa de comprar un hada Campanilla para regalar a una niña que celebra su cumpleaños con una fiesta en que las hadas son el tema...
Y hablando de hadas... creo que han sido ellas las que han hecho desaparecer mi texto... sólo para que yo hablase de ellas... abriendo la puerta y las ventanas para que se acerquen un poquito más a nuestros sueños...