Estamos en unos tiempos en que podemos contar con herramientas tan sencillas para alcanzar la cura que, debido a nuestros viejos patrones, se hace difícil creer que con tanta sencillez podemos llegar a resultados tan positivos. Parece que la vieja historia de que para ocurrir, todo necesita enorme esfuerzo, aún intenta retenernos en la vieja energía.
Cuando leí por primera vez acerca del Ho’oponopono, claro que me pareció todo muy simple, y los resultados descritos tan grandes, que me admiré un poco, pero gracias al Gran Misterio, me decidí a arriesgar, al fin y al cabo, era tan sencillo, por qué no intentarlo... Y tal como ya he contado aquí, los resultados fueron tan inmediatos y sorprendentes que, a partir de entonces, nunca más he dejado de hacerlo, de aquella forma como lo aprendí. Y pasé a divulgarlo en mis trabajos y para mis amigos, recibiendo siempre un retorno muy positivo.
Como muchas personas se han venido interesando por esa cura, y me han hecho preguntas de cómo practicarla, entiendo que esta es una oportunidad de divulgar algo sencillo, pero... que puede marcar la diferencia en la vida de muchas personas...
Lo que nos impide tener una vida plena, en la que podamos ejercer nuestros Dones y disfrutar de toda la felicidad que proviene de estar cumpliendo nuestro propósito divino, sin esfuerzo y con levedad, es el hecho de estar cautivos del pasado por los muchos nudos que hemos creado a lo largo de nuestras vidas... A medida que deshacemos esos nudos que nos atan al pasado, podemos estar más enteros y presentes para servir en este momento tan especial del Planeta.
Antes ese era de veras un proceso prolongado y a veces muy doloroso, lo cual hacía que mucha gente desistiese de esa liberación.
Ahora tenemos muchas herramientas disponibles, y con ellas esa liberación y cura de las experiencias pasadas puede tener lugar de forma suave y muy rápida.
Y el Ho’oponopono es una de esas herramientas.
Claro que no sirve de nada que limpiemos lo que nos ata al pasado si continuamos a crear, en el presente, los mismos patrones que nos van a mantener sujetos a las mismas viejas historias. Por ello es bueno que estemos atentos a lo que estamos creando en nuestro presente... comprendiendo que se nos está dando la oportunidad de limpiar todo un pasado... para poder empezar un nuevo tiempo, sin culpas... ni miedos... con más Luz... Consciencia y Amor.
Pongo a continuación un texto del Artista Plástico Al McAllister, que muestra de forma muy clara y sencilla cómo practicar el Ho’oponopono. Él también ha venido dedicándose a divulgar el Ho’oponopono, por haberse también maravillado con este procedimiento.
Cómo practicar el Ho’oponopono
Aquí comprenderás por qué el intelecto no dispone de recursos para resolver problemas, él sólo puede manejarlos. Y manejar no resuelve problemas.
Al hacer el Ho’oponopono tú pides a Dios, a la Divinidad, que limpie y purifique el origen de estos problemas, que son los recuerdos, las memorias. Así neutralizas la energía que asocias a determinada persona, lugar o cosa. Durante el proceso esta energía es liberada y transmutada en pura luz por la Divinidad. Y dentro de ti el espacio que ha quedado vacante se rellena con la luz de la Divinidad. Entonces, en el Ho’oponopono no existe culpa, no es necesario revivir sufrimientos, no importa saber el por qué del problema, de quién es la culpa, o su origen.
En el momento en que notas dentro de ti algún malestar en relación a una persona o lugar, algún acontecimiento o cosa, empieza el proceso de limpieza, pide a Dios:
“Divinidad, limpia en mí lo que está contribuyendo para este problema.”
Entonces, usa las frases de esta secuencia: “Lo siento mucho. Perdóname. Te amo. Estoy agradecido”, varias veces; podrás destacar una de ellas que te conmueve más en aquel momento y repetirla. Deja que te guíe la intuición.
Cuando dices “Lo siento mucho” reconoces que algo (no importa saber el qué) ha penetrado en tu sistema cuerpo/mente. Quieres el perdón interior por lo que pueda haber traído aquello a ti.
Al decir “Perdóname” no estás pidiendo a Dios que te perdone, sino que estás pidiendo a Dios que te ayude a perdonarte.
“Te amo” transmuta la energía bloqueada (que es el problema) en energía fluente, te reconecta a lo Divino.
“Estoy agradecido” es tu expresión de gratitud, tu fe de que todo será resuelto para el bien mayor de todos los implicados.
A partir de este momento, lo que ocurra a continuación viene determinado por la Divinidad; puede que te sientas inspirado para actuar de alguna manera, cualquiera que fuese, o no. Si persistiese alguna duda, continúa con el proceso de limpieza y pronto tendrás la respuesta, al quedar completamente limpio.
Recuerda siempre: lo que tú ves de equivocado en el prójimo también existe en ti, somos todos Uno, por tanto, toda cura es auto-cura. En la medida en que mejoras tú, el mundo también mejora. Asume esta responsabilidad. Nadie más necesita hacer este proceso, sólo tú.
Aquí (una vez más) está la oración original de Morrnah, simple y poderosa:
“Divino Creador, padre, madre e hijo en Uno...
Si yo, mi familia, mis parientes y antepasados hemos ofendido a tu familia, parientes y antepasados, por medio de pensamientos, palabras, actos y acciones, desde el principio de la creación hasta lo presente, rogamos tu perdón...
Deja que esto limpie, purifique, libere, corte todas las recordaciones, bloqueos, energías y vibraciones negativas y transmute estas energías indeseables en pura luz...
Así está hecho.”