A veces hemos de abandonar los modelos para ejercitar la acción correcta...
(...) Y hablando de ética... leo en la columna de Mônica Bergamo, en el ‘Estado de São Paulo’, la lista de regalos de algunas jóvenes celebridades que acaban de casarse – sí, aparentemente, las celebridades también adoptan esa cosa curiosa que son las listas de boda – y me quedo pensando ¡qué suerte la mía de conocer a Steve!
Steve también es joven, americano, heredero de una de esas fortunas que aparecen en la Forbes. Como suelen hacer generalmente los hijos de millonarios de la “jet set” internacional, las fiestas de su casamiento duraron varios días. Cada fiesta más elegante la que otra. Steve y su novia no necesitan nada, a no ser la alegría de los amigos, la bendición de la familia. Tienen mucho que celebrar...
En vez de regalos, pidieron donativos para la fundación que han creado con su nombre, cuyo objetivo es ayudar a otros jóvenes a realizar sus sueños. Los amigos han contribuido. Steve y su hermano ya desarrollan desde hace años un trabajo de educación y capacitación de jóvenes en alguna región de África. Ahora, con la fundación, este trabajo gana nuevo impulso, se convierte en “cosa de mayores”...
Si yo no hubiese tenido la suerte inmensa de conocer a Steve, no hubiera podido saber que existe gente así. Y me habría quedado pensando que todas las celebridades y los millonarios del mundo no son más que tontorrones fútiles que se divierten haciendo listas de boda millonarias.
Y eso me habría dejado con la sensación peligrosa de que existe un PATRÓN y que este patrón lo dictan esos personajes de nuestras columnas de sociedad y de las revistas del chismorreo. Por esas y por tantas otras, ha sido una suerte conocer a Steve... él me muestra otros patrones posibles...
OK, diríais vosotros, es un caso aislado... no, no lo es. Solamente continuando con las celebridades que aparecen en periódicos y revistas, leo en la ‘New York’ que el ejemplo de Angelina Jolie y Brad Pitt anda dando frutos. Se dice que las familias nucleares padre, madre e hijos (solamente dos, como mandan las estadísticas) reventaron, se ampliaron, se mezclaron. Son “familias mixtas brangelina style”.
Siempre ha habido adopciones. ¿Por cierto, cuál es la diferencia? La semejanza. En el pasado, digamos hace unos 50 años, la adopción era una vergüenza, restringida a parejas “estériles” que trataban de ocultar esta condición humillante adoptando a un bebé, preferiblemente recién nacido, y que se pareciese a ellos lo más posible.
Las familias “brangelina style”, por el contrario, muestran descaradamente su adopción, hacen convivir a hijos biológicos con hijos, digamos “ideológicos”, de edades y repertorios completamente diferentes. Todos arrullados por la esperanza.
La reportera de la revista cuenta casos de gente corriente, como tú y como yo, que ya habían elegido opciones semejantes a la de la pareja famosa. Habla de otras celebridades que también han adoptado. Habla de los temores: “¿será que voy a amar a este niño adoptivo tal como amo a mi hijo biológico?” Habla de los desafíos: “Lidiar con un bebé es difícil”, dice una madre que acaba de adoptar a una chavalita de Etiopía, “sin hablar inglés, Mesta, de 3 años, se desespera porque no conseguimos entenderla; estamos todo el tiempo intentando separar lo que es de la “adopción” y lo que es del hecho de que ella tiene 3 años, de que es como es, y de que nosotros somos como somos”. Habla de la experiencia, siempre dolorosa, de pasar por el proceso de adopción internacional, conocer las circunstancias terribles en que viven estas criaturas, sentir en propia piel qué significa dar tu hijo sencillamente porque no existen otras alternativas: “Nos gustaría, más que cualquier otra cosa” escribe otra madre en la cartita de bienvenida a su hija, también de Etiopía, “que tú y tus hermanos no hubieseis necesitado de nosotros; tenemos una foto de tu linda mamá siempre con nosotros; en mi alma, ella es mi hermana”...
No son infértiles ni tampoco están en busca de solución para sus propios problemas ¿quiénes son, pues, estas familias? Son idealistas, les va bien en la vida, son ligeramente de izquierdas, como evalúa la Dra. Jane Aronson, de la Fundación Internacional de Huérfanos, entrevistada por la revista. “Están construyendo una familia de la manera que quieren y, definitivamente, no están desesperados.”
Discusiones como estas son fértiles, porque señalan caminos nuevos para viejos problemas.
Eventualmente, son situaciones que crean nuevos problemas y necesitaremos reflexionar sobre ellos. No es fácil vivir en un mundo que está reinventando las respuestas para los dilemas éticos clásicos... hay que tener mucho juego de cintura, pero es fundamental volver a introducir la palabra “idealismo” en las conversaciones de familia, aquellas a la hora de cenar...
Y a ti ¿qué te parece? ¿Cómo se encajan estas cuestiones en nuestra Moral Moderna? Lee el reportaje íntegro de la revista New York
Adília Belotti é jornalista e mãe de quatro filhos e também é colunista do Somos Todos UM. Sou apaixonada por livros, pelas idéias, pelas pessoas, não necessariamente nesta ordem...
Em 2006 lançou seu primeiro livro Toques da Alma. Email: [email protected] Visite o Site do Autor