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Felicidad, un derecho que conquistar

Felicidad, un derecho que conquistar
Publicado dia 11/20/2007 6:16:52 PM em STUM WORLD

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Traducción de Teresa - [email protected]

La felicidad es un derecho natural de todo ser humano, y por ser un estado de espíritu resulta de una vida interior rica, creativa, amorosa y madura, asociada a la exteriorización y materialización de ese estado íntimo en nuestro día-a-día.

Para que disfrutemos de la felicidad hemos de crear condiciones para su desarrollo, como para cualquier otra virtud humana, porque la felicidad no puede sernos ofrecida por nadie, o regalada a través de alguna situación específica de la vida. Ciertas circunstancias y las relaciones sociales y afectivas pueden contribuir a propiciar un bienestar real, pero pasajero, al que no podemos llamar felicidad.

Además de la baja – o ausencia de – autoestima, y de la perspectiva equivocada sobre el propósito de la vida, sobre el sufrir, sobre quiénes somos y sobre Dios, algunas distracciones cotidianas podrían impedir o retrasar el desarrollo de la felicidad.
Comentaré dos de ellas.

Otorgar mucho poder a los demás, al considerar que ellos, los otros, son los responsables por nuestra felicidad o infelicidad, es una de estas distracciones; en ella estos “otros” pueden ser personas, situaciones de la vida, animales, el trabajo, los espíritus, las maldiciones, el tráfico o cualquier cosa fuera de nosotros.

Considerar que los demás tienen el poder de volvernos tristes, alegres, irritados, enfadados, que pueden rebajar nuestra autoestima o elevarla, humillarnos o deprimirnos, son equivocaciones corrientes, que nos distraen de aquello que puede realmente hacernos felices: el desarrollo y mantenimiento de un mundo interior equilibrado, lúcido, positivo, auténtico y amoroso.

Todo cuanto sentimos y pensamos está creado por nuestro mundo interior, y nadie tiene el poder sobre ese universo interno, no siendo nosotros mismos y el querer por nuestra parte.
Debido a que nos desconocemos, no percibimos como interna la fuente de las emociones y de los pensamientos, y vamos a buscarla fuera de nosotros, echando la culpa y la responsabilidad a los “otros” por aquello que es de responsabilidad nuestra; así oscilamos emocionalmente reaccionando ante las exigencias externas, al no ser auto-conscientes, e igualmente para no asumir la responsabilidad de cuidar de nuestro bienestar.
Esta es la fórmula del sufrimiento, del desequilibrio, de las decepciones y de la infelicidad.

El auto-conocimiento y la búsqueda del perfeccionamiento interior son las herramientas necesarias para asumir el poder consciente sobre nuestro mundo interior y dar un paso decisivo en busca de la felicidad.

Otra de las distracciones es no vivir en el presente, por estar viviendo en función del pasado o del futuro.
Cuando vivimos en el pasado podemos sentirnos resentidos, traumatizados, lastimados, podemos albergar deseos de venganza, o bien volvernos nostálgicos, considerando que el tiempo que ha pasado, el amor terminado, lo que ha quedado atrás, era lo bueno o lo importante.
Si estamos viviendo en función del futuro o del pasado, el presente será poco interesante y no prestaremos atención a lo que estamos haciendo, sintiendo o pensando. Los días vuelan y podremos sentirnos siempre vacíos, estresados, ansiosos o agitados.

La felicidad está siempre en el presente, en la capacidad de vivenciar plenamente el momento, sea éste de dolor o de alegría. Estar presente, anclado en el ahora, sin desear huir de lo que se es o de lo que se vive, de forma consciente, es otro de los pasos importantes en la construcción de la felicidad.

Para vivir el presente es preciso primeramente desearlo, después decidir conocer qué es lo que te ata al pasado, y revisar dolores, resentimientos, tristezas, alegrías y rabias, perdonando y liberando el pasado, trayendo de vuelta para el hoy, la consciencia, la mente y la emoción.
A continuación habremos de descubrir si nos hemos vuelto soñadores y pasivos, prisioneros de algún lugar del futuro, sin poder de realización en el presente, cuando esperamos siempre por el próximo empleo, por la próxima casa, por el próximo coche, por el próximo amor, para ser felices.

Y si percibimos que estamos con ojos, corazón o mente perdidos en algún lugar futuro, es preciso optar por dejar la ilusión que nos prende al futuro y buscar, conscientemente, estar concentrados en este momento. En el ahora es donde podemos emprender nuestra felicidad. Solamente en el ahora. El futuro todavía no existe materializado, el pasado es historia, cuidar del presente es, por lo tanto, la única posibilidad real de conquistar la felicidad.
Sí, es importante para nuestra salud tener sueños, proyectos, pero manteniéndonos conectados con ellos desde el presente, a través de la realización de metas para concretar nuestras aspiraciones.

Vivir conscientes de nuestro poder personal y del poder del presente son algunos de los requisitos esenciales para quien desea la felicidad.
Ser feliz cuesta trabajo, requiere disciplina, auto-conocimiento, perseverancia en desarrollar virtudes, disposición para ampliar el conocimiento y comprensión sobre la vida, la muerte, el dolor y el sufrimiento, inherentes a la vida humana, además de empeño en cuidar de la autoestima. Y la felicidad, al igual que la autoestima, no puede ser trabajada directamente, sino tan sólo a través del desarrollo y fortalecimiento de otras virtudes que le dan sustentación.

Sin embargo no estamos solos o sin apoyo para desarrollar la felicidad; el auxilio existe y adopta distintas formas; una de ellas es que podemos siempre contar con la naturaleza para recibir la ayuda necesaria, pues, entre las flores hay muchas que estimulan nuestra alma para optar por vivir de forma más amorosa en el ahora, disfrutando de la vida consciente con alegría, fortaleciendo la voluntad y la disciplina necesarias para llegar al desarrollo emocional, mental y espiritual, y así aprender a comandar nuestra vida interior con maestría y equilibrio, asumiendo nuestro poder natural, nuestra autoridad espiritual y autenticidad; y con estas flores se preparan las innumerables esencias florales que nos apoyan en esta jornada.

Siendo así, cada persona, dependiendo de dónde se encuentre en su jornada de alma rumbo a la felicidad, necesitará distintas combinaciones de esencias florales a lo largo de un cierto período de tiempo, hasta sentirse en mayor contacto con la verdadera felicidad, esa que es una conquista de su propio perfeccionamiento interior.

Sabrás más acerca de la Terapia Floral leyendo el artículo del link.

por Thais Accioly

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Sobre o autor
thais
Thais Accioly é especialista em Terapia Floral pela Escola de Enfermagem da USP.
Professora da Pós Graduação em Terapia Floral na Escola de Enfermagem da USP.
Professora da Flower Essence Society/CA EUA no Brasil.
Professora da Bush Flower Essences/AU no Brasil.
Consultora em Cultura de Paz.
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