Estaba en las montañas... en el soportal, con la luz apagada y las velas... luces indecisas daban a todo un aire de cosa antigua... el tiempo ya no contaba... la montaña al frente y el cielo, dolientemente estrellado, no daban otra opción a no ser una zambullida.
Allí... en aquel silencio... roto solamente por los sonidos de los animales de la noche, yo me sentía ligada al Todo... una sola cosa con la montaña... las estrellas... el cielo... y podría permanecer así por la eternidad... porque ya me sentía en ella.
Hasta que en el soportal se encendió una luz y me he visto salir bruscamente de la sensación del Todo, hacia lo particular... nuevamente limitada por la luz artificial... todo el encanto se desvaneció y he regresado a mí, personalidad... a la dualidad.
Fue tan nítido el cambio y la percepción de la diferencia entre el Ser Uno con el Todo... y, el sentirme separada y consiguientemente... limitada por la forma, que intenté en el mismo instante volver al estado anterior, pero... aun sabiendo que todo estaba allí, como antes, la luz artificial ejercía un efecto tan limitador que ya no conseguí sentirme integrada.
E incluso después de que la luz se apagó, intenté y no conseguí volver... había perdido la conexión... pero adquirí más fuerza, y la certidumbre de lo que quiero y de cómo encontrarlo...
Aquella luz artificial... apagó en aquel momento mi conexión con el Todo... y todo quedó reducido a los límites de mi percepción administrada por el ego.
Las montañas... el cielo... todo seguía en el mismo lugar... pero la forma de relacionarme con ellos era completamente diferente... Antes el espacio entre la montaña... el cielo y yo, había dejado de existir... ahora ese espacio era perceptible y era algo que separaba.
¿Por qué será que puede ser bastante más sencillo entrar en sintonía con el Todo cuando no lo buscamos y mucho más complicado cuando lo buscamos?
Me parece que todo se reduce a elegir... ¿a quién vamos a entregar el control de nuestra vida en cada momento? ¿Al Universo o... al ego?
Si elegimos el ego... hasta podríamos pensar que tenemos el control, cuando en realidad somos controlados por otros egos, que controlan sin saber que también son controlados...
Pensamos que todo está bajo control, cuando en realidad quien está bajo control somos nosotros...
Si elegimos el Gran Misterio... no nos corresponde saber cómo... ni qué... y mucho menos por qué... Tan sólo es necesario confiar y abrirnos para recibir... y disfrutar de las bendiciones que provienen de esa entrega...
Considero que esa es nuestra única opción para la libertad.
Las cadenas de la ilusión pueden ser muy sutiles... y sin percibirlo podemos hacernos prisioneros de ella sirviéndonos de las mismas herramientas que llegan para liberarnos...
El camino es apagar la luz del ego y permitir que se encienda la luz de la conexión con el Gran Misterio... bajo esa luz, la verdad se revela...
“Aunque abrirse hacia la conciencia de la Fuerza Vital sea tan fácil como hacer una relajación en una sociedad donde los patrones subconscientes están constantemente llamando de vuelta a los viejos hábitos, es necesaria mucha resolución para mantener la apertura. Todavía, si tu amor a la realidad es lo suficientemente fuerte, estar resuelto no es difícil. Nada puede detener a aquellos cuyos corazones arden de genuina pasión por la verdad.” Ken Carey.
Publicado dia 12/26/2007 4:35:13 PM em STUM WORLD
