Cada vez me siento más encantada con el Ho’oponopono, por la iluminación que me aporta sobre cosas que antes no conseguía percibir como las percibo ahora...
Me parece que, en la medida en que limpiamos más y más memorias... más espacio nos queda para el fluir de la Divinidad... Vas limpiando las memorias y recibiendo la inspiración de lo que necesitas en ese momento...
El otro día he despertado muy temprano e hice la Oración de la Mornah Simeona, con mucha concentración... estuve diciendo mentalmente... “Lo siento mucho, te amo”... y adormecí nuevamente.
Tuve un sueño muy significativo, en el cual me parece haber ido muy lejos... algo muy antiguo... Pero después de levantarme, me di cuenta de que “sabía” algunas cosas, sobre las cuales venía pensando últimamente... y la sensación que tuve fue la de que había recibido una información en bloque acerca de todo aquello, lo cual amplificó mucho mi comprensión...
Y eso aparentemente no tenía nada que ver con el sueño... o tenía todo... porque aquel sueño también fue muy diferente... no por el enredo... sino por la fuerza de la energía...
Ya me había pasado eso algunas veces... pero desde que vengo practicando el Ho’oponopono eso se ha intensificado...
Viene todo de una vez... y yo sé lo que es... por entero, y tan sólo tengo que traerlo a la razón por un camino de palabras... ordenándolo y simplificándolo para que quepa dentro de mi comprensión racional...
Una cosa muy sencilla, que hacemos todo el tiempo sin darnos cuenta... y que nos mantiene creando y recreando las mismas realidades veces y más veces... ocurre cuando percibimos alguna cosa manifestándose como un problema.
Ya venga en forma de una dolencia... o un problema económico... un problema emocional o de relación, etc...
Advertimos el problema y nos sentimos incomodados por él...
Lo primero que hacemos es creer en aquel problema. Tú crees porque lo percibes como real... y no tendrías por qué no creer en algo que se ha concretado en tu realidad... puesto que los “síntomas” de aquel problema son bien visibles...
Si es una enfermedad, por ejemplo... una gripe... me lo creo, porque estoy sintiendo todos los malestares y percibiendo los síntomas...
Al creerlo, generalmente lo comparto con otras personas... les digo que tengo la gripe... esas personas lo creen y no tendrían motivo para no creerlo...
Al divulgar nuestros problemas, inocentemente, estamos... además de crear nuestra realidad... haciendo que otros nos ayuden en esa creación.
Generalmente lo contamos a alguien... y a otro más... y si es un problema que se repite entonces... se lo contamos a mucha gente... e incluso... varias veces a la misma persona, además – claro – de pensar repetidamente en aquello.
Algunos también van a difundir esa noticia... y muchas veces personas a las que ni siquiera conozco van a creer también en aquello.
En fin... al dar a alguien la noticia de cualquier problema, estaremos lanzando algo sobre lo cual ya no tenemos control...
Eso ocurre tanto para las cosas “malas”... como para las “buenas” pero... desgraciadamente, parece que mucha gente prefiere creer y divulgar más las cosas “malas”.
Las personas que están encantadas de ser “víctimas” y de quejarse de los muchos problemas, continúan creando cada vez más oportunidades de quejarse... porque problemas será lo que no vaya a faltarles.
Si eso se da a nivel personal, donde relativamente pocas personas nos ayudan a crear nuestra realidad, imagínese a nivel nacional y planetario, con millones de personas creyendo en lo que está ocurriendo con nuestros gobernantes y con nuestro querido planeta Tierra... ayudando así a mantener cristalizada la que se suele llamar realidad de consenso...
Cuántas veces recordamos y comentamos cosas que han ocurrido hace mucho tiempo... y “creemos en ellas”, contándolas con claridad de detalles, porque han quedado grabadas en nuestra memoria. Esas memorias brotan de manera aleatoria, y traen cosas de un pasado cercano o remoto y alimentan el continuar creando aquello a que se refieren.
A partir del momento en que creemos que algo es verdad y pasamos a otro esa información... alguien... en cualquier lugar... en cualquier tiempo, puede acordarse de aquello y dar un poco más de vida a aquella creación...
Ahora bien... cuando nos damos cuenta de que cualquier problema, manifestándose por primera vez en esta nuestra realidad, solamente ha surgido porque viene de una memoria bastante más antigua, que puede venir incluso del inicio de nuestra creación, se hace bastante fácil percibir por qué es imposible, para nuestra mente racional, saber dónde está la causa de los problemas... y comprender por qué no podemos resolverlos de forma lineal.
He comprendido un poquito más de ese camino, en el que continuamos creando nuestra realidad y clasificándola como “bien” y “mal”... pero he comprendido principalmente que todo ello forma parte de un pasado ya vivido y revivido... muchas y muchas veces...
Casi nunca estamos “nuevos” para una experiencia, toda vez que ya hemos llegado a ella cargados de memorias que nos hacen tener apego o aversión a determinadas cosas...
Es bueno estar limpios de cualquier registro de experiencias pasadas para que no nos sujetemos a ellas... ya no es momento de revivir cosas que ya hemos vivido, por mejores que nos hayan parecido... ni de evitar otras, por peores que nos hayan parecido...
El “bien”... el “mal”... apego o aversión, nos mantienen sujetos a la dualidad, impidiéndonos estar por entero en el presente.
Estamos en una época en que se nos exige total disponibilidad para recibir las nuevas posibilidades que llegan con el Nuevo Tiempo... recibir sin interferencia de miedos o preferencias...
Simplemente recibir por entero... con Amor.
Por eso me gusta el Ho’oponopono, y todo lo demás que pueda venir como posibilidad de limpiar todas esas memorias... mediante el fluir de la Divinidad...
Oración creada por Morrnah Simeona “guardiana del secreto”
Divino Creador, padre, madre, hijo, en uno...
Si yo, mi familia, mis parientes o ancestros, te hemos ofendido, a tu familia, parientes o ancestros, por pensamientos, palabras, actitudes y acciones desde el inicio de nuestra creación hasta el presente, pedimos vuestro perdón...
Dejad que esto limpie, purifique, libere, corte todos los recuerdos, bloqueos, energías y vibraciones negativas y transmute esas energías indeseables en pura luz...
Y así está hecho.”