“No puedo guiarte, pero sí ponerte frente a un abismo que pondrá a prueba todas tus habilidades. Dependerá de ti, lanzarte al vuelo o correr a esconderte en la seguridad de tus rutinas.”
Carlos Castaneda
Al día siguiente y al otro intenté volver a la casita para lanzarme en el vacío... pero me dispersé... Esas cosas no ocurren de la forma que queremos... no sirve de nada forzar... Y así fue como al tercer día sentí un llamamiento tan fuerte que dejé todo lo que estaba haciendo y me acosté para seguir con la jornada...
Así que cerré los ojos y me relajé, he visto que me estaba llamando un hombre... un padre... Parecía una mezcla de mi padre de aquí con el padre de las estrellas... él estaba en una caverna, con un quinqué en la mano... Desde allí me llamó para que le acompañase...
Así lo hice y me he visto dentro de una enorme caverna de piedra, siguiendo a aquel hombre padre con un quinqué en la mano... entonces me di cuenta de que a los lados de la caverna muchas personas dormían en el suelo... y él me guiaba por una especie de pasillo entre esas personas... Él me hace señas llevando el dedo índice a los labios y dice:
- Silencio, porque ellas necesitan despertar...
Veo que son muchas personas durmiendo... paso en silencio entre ellas y él me indica una caverna al lado... y me hace recordar un sueño...
Ahora ya me veo dentro de un sueño, que tuve no sé cuántos años atrás... y del cual ni siquiera me acordaba ya; en él me encontraba en una caverna de piedras y decía así:
- Ya hace mucho tiempo que he dejado mi cuerpo en la otra caverna, entonces esto es un sueño... si es un sueño yo puedo volar... Me contemplo volando sobre un bosque donde árboles enormes emanaban Vida... Disfruto de toda aquella fuerza de la naturaleza... cuando me doy cuenta estaba volando sobre una carretera por donde muchos críos venían andando como si fuesen a la escuela...
Extiendo la mano y digo... como esto es un sueño, puedo crear lo que quiera... y pienso en una manzana, extiendo la mano para que ésta aparezca sobre ella... y despierto.
“Tú no has nacido para el pecado. Tú naces todos los días para la presencia de Dios; y, sin embargo, repites la sandez original que está registrada en todas tus crónicas antiguas.
Diariamente, tú cometes el Pecado original; diariamente, comes del fruto prohibido, y es de momento en momento como te mantienes prisionero al permitir que un dubio proceso de pensamiento racional se interfiera entre ti y tu sentido inmediato de la voluntad de Dios. Esa ha sido la vacilación que te ha llevado a la inicial caída de la gracia, y es la misma vacilación lo que te mantiene ahora en estado de Caída. No debería haber intervalo entre la determinación de la necesidad de acción y la implementación de esa acción. Esa interferencia racional es lo que te ha hecho tropezar en tu danza primera de confianza en Dios.
De hecho, tú ahora duermes bajo la influencia de aquello que podría ser considerado un espejismo, una ilusión que te impide experimentar la claridad de percepción que es derecho tuyo por nacimiento”. Ken Karey
En la época en que tuve el sueño, no comprendí mucho, pero ahora aquello forma bastante sentido con la versión que más me satisface de lo que fue la “caída”... Los críos llegando a la escuela Tierra... el paraíso y la manzana simbolizando el momento de la opción entre dar el control al ego, abandonando lo que ocurría naturalmente por el fluir de la Divinidad... Creo que todos hemos pasado de una forma o de otra por esa experiencia en algún punto de la jornada...
Entonces el hombre padre me dice que esa parte es lo que estoy limpiando... y me dice que vaya más allá de la casita en la montaña de nieve...
Me veo solita nuevamente en frente a la casa que tanto confort me ha dado... entro y veo la puerta que da a la habitación tan acogedora... pero me encamino a la ventana... y al llegar veo que ahora... allí hay también una puerta que me invita a lo desconocido...
Siento que es llegado el momento y paso por la puerta naturalmente... sin miedo de arrojarme en el abismo.
Pero ocurre que no me siento caer, como había pensado... me veo andando en el vacío como si existiese alguna carretera invisible bajo mis pies... ando por el vacío donde no existe nada... nada... ni color... ni imagen... ni sonido... ni bueno... ni malo... nada... sólo un vacío...
Me parece muy extraño ese contacto porque no lo reconozco... nada allí tiene significado para mí... Continúo andando... alejándome cada vez más de la casita...
Cuando me doy cuenta de eso, añoro la protección abrigada de la casita en la montaña... miro atrás con deseos de volver y quedarme quieta, de sentirme “en casa” o lo que hasta entonces representaba eso para mí... pero tan sólo veo la montaña, ya no está la casita... después de un tiempo miro nuevamente y ya no hay siquiera montaña...
En ese punto me siento desorientada... sin nada a donde volver... y sin saber para dónde me encamino... y la nada a mi alrededor, que también ya se instalaba dentro, no ayudaba a que me sintiese cómoda...
Me pongo en movimiento por allí, a principio sintiéndome en el cuerpo... después, ni siquiera cuerpo tengo ya... soy nada más que un punto que respira y se mueve en el vacío.
Entiendo ahora que el camino es verdaderamente sin retorno...
Me encuentro desplazándome en el espacio vacío, muy rápidamente... y me cuestiono sobre por qué es preciso que camine tan deprisa... en ese pensamiento me detengo...
Confieso que no me está gustando esta sensación de “nada”...
Con ese pensamiento veo la imagen de un “punto” con indicadores que parten en todas las direcciones, para fuera unos, y otros para dentro... en todas las direcciones y desde todas las direcciones... Los que parten para dentro del punto se encuentran en el centro... y allí... ocurre algo y ellos se cruzan o vuelven, expandiéndose hacia afuera infinitamente...
En verdad añoro la casa y la protección... es algo muy nuevo y no tengo registrado nada que se compare con estar aquí... Es un vacío de veras...Noto que casi ya no tengo pensamientos... no estaba consiguiendo pensar... Cuando me di cuenta de ello decidí entonces pensar en alguna cosa... sólida... real... hice un esfuerzo para pensar en algo y pensé en un buey blanco... e inmediatamente en aquel vacío surgió un buey blanco...
Un buey blanco, en las montañas, entre tantos otros... y entre tantas otras cosas... tiene un efecto en mi realidad habitual de cada día... pero un buey blanco en aquel vacío, tuvo una fuerza que yo he sentido muy nítidamente, y en el mismo instante quise deshacerme de él... pensé en un tipo de limpia-parabrisas que, pasando, ha borrado el buey...
Entonces empecé a pensar... y por increíble que parezca... allí el pensar requería un gran esfuerzo... no era lo natural, incluso para una nativa de géminis.
Lo hice nuevamente, esforzándome para pensar en algo, y aquello se materializaba al instante y yo pasaba el limpia-parabrisas para borrarlo...
Comprendí que aquello era una especie de juego... y después de crear y borrar algunas cosas, permanecí quieta, siendo solamente un punto en el vacío... pero me sentía tan extraña allí que decidí despertar... parece que mi límite para estar allí... había llegado, y volví, sabiendo que tendría que retomarlo desde aquel punto... o no...