La imagen es que estás en una especie de hacienda, en una quinta, en la tierra, sentado en una carroza tirada por dos caballos y en la parte trasera de la carroza hay lecheras de latón y tú vas de cancilla en cancilla recogiendo esas lecheras y eres el conductor de esa carroza. Llegas a una factoría súper moderna, que no tiene nada que ver con este medio de transporte; una factoría muy moderna y vas vaciando esas lecheras en una especie de embudos; esos embudos van procesando esa leche, van hirviendo esa leche, limpiándola, colándola, y ella es envasada en botellas de vidrio y tú estás entregando de casa en casa las botellas de leche.
Es muy simpática esta escena. Es muy de Londres. Es en Londres donde ellos colocan esos cajoncitos con litros de leche en la puerta de las personas. Eso es así hasta hoy. Y tú estás haciendo eso, entregando leche, entregando vida, entregando alimento, nutriendo a las personas a través de ese cargamento de leche, asimismo muy bien organizado; las botellas todas del mismo tamaño, con mucho orden, con mucho esmero.
Interesante cómo estás tú solo, es una soledad de sol a sol, es responsabilidad, trabajo, atención, el enfoque de hacer las cosas bien y poner cuidado en aquello que haces, prestar atención; todo movimiento es un movimiento hecho con mucha atención, mucho enfoque, mucho cuidado, pero muy en soledad.
Tu mente tiene muchos puntos de Luz, mucha Luz, mucha espiritualidad, mucha conexión y color. Luz de diferentes tonos; verde, amarillo, rojo, rosa; son Luces que brillan, que muestran tu vida, verdaderos aspectos de Luz, aunque toda tu vida esté pautada en el trabajo. Todo es muy ritmado y me parece que tú eres una persona que trabaja mucho y por lo menos aquí en la mente esto es una constancia – tu sistema – de estar trabajando con las manos, especialmente.
En ese nombre de Rhadif es donde está esa energía roja, esa energía muy fuerte, esa Luz tan intensa y surge además esa imagen que es una escalera muy alta, muy larga, de peldaños muy estrechitos y tú estás subiendo de rodillas esos peldaños, en dirección a una especie de Templo; como si fuesen dos manos hacia arriba; es un Templo de donde tú recibes esa Luz. Está muy caliente; tu Luz está muy roja; una energía muy roja; parece que hace mucho calor ahí.
Tú entras en ese Templo después de un gran sacrificio, porque subir esas escaleras es cosa que ha dado mucho trabajo; los peldaños eran muy estrechos y tú has subido de rodillas, pero entrando en ese Templo, es como si entrases dentro de un Sagrario. ¡Hay una Luz intensa!
Interesante cómo aquí tenemos dos informaciones de la mente. Una mente que está buscando una limpieza, una sublimación, una llegada allá arriba de conexión y otra más tan intoxicada, tan tóxica todavía, donde hay mucha polución de pensamientos, de creencias, de cosas que aún están ahí contaminando ese camino.
Otra imagen todavía, es la de un pescador a la orilla de una playa, echando la red en el mar y sacando esa red llena de peces; pececitos dorados que saltan así, en gran cantidad. Todo en esa luz roja.
Tu mente, como has visto, está ligada con la abundancia, con la prosperidad. Es como si tu trabajo, tu negocio, tu ganapán, tu vida, estuviese así floreciendo, en un momento de mucha prosperidad.
Hay mucha Luz, mucha Luz, mucho calor, mucha expansión de esa Luz, pero al mismo tiempo muchas toxinas que han sido acumuladas durante mucho tiempo en tu mente, pero tú estás logrando limpiar todo eso.
Yo ya puedo responder conscientemente a todo eso:
¿Cómo lo estoy logrando? Viviendo el aquí y ahora, viviendo sin rencor alguno de los acontecimientos que me han lastimado tanto en el pasado, viviendo en alegría con la vida, viviendo a bien con la vida, retirando de mi mente todos los resentimientos, olvidando todo lo que ha sido malo en mi vida en el pasado, y ciertamente creyendo que todo cuanto he sufrido, todo lo que más me ha lastimado, fue una gran lección de vida, una gran experiencia que puedo hoy pasar adelante con más sabiduría y puedo enseñar a las personas a hacer lo mismo.
Un viejo amigo y Astrólogo que acompañó muy de cerca mi sufrimiento, siempre me decía: Lo que hoy puede estar haciéndote sufrir tanto, algunos años más adelante, cuando mires hacia atrás, verás que fue lo mejor que te ha pasado en la vida, pues habrás aprendido la lección y si no la aprendieres, habrás tirado, habrás desperdiciado toda esa energía que ha venido para hacerte crecer.
La mayor dificultad y el mayor mérito de un ser humano es haber pasado las peores experiencias en su vida y salir de ella sin ningún resentimiento, sin ningún resquemor, sin ningún rencor, de nadie ni de nada, y entonces sí, habrá alcanzado la maestría, la gran sabiduría de un Maestro.
¡Nunca olvides que para que una rama de árbol pueda tocar el reino de los cielos, sus raíces tendrán que haber tocado el más profundo de los infiernos!
Jaime Benedetti é uma pessoa comum como você e esta foi a maneira
que ele encontrou de falar a todo mundo
daquilo que considera muito importante. A Vida! Visite meu Site Email: [email protected] Visite o Site do Autor