Vengo observando cómo nos pillan por sorpresa cosas que sólo nos hacen retardar el camino, trabándonos e impidiéndonos fluir con la vida.
La culpa es una de ellas... la nuestra o la del otro, visto que se trata de lo mismo.
Nuestro ego tiene esquemas súper-sofisticados para mantenernos sujetos a su control, de forma tan sutil que a veces ni siquiera nos apercibimos de que estamos embarcando... y cuando nos damos cuenta ya hemos entrado en el viejo círculo vicioso de inculparnos o inculpar a otro... de ser víctimas o de hacer de los demás nuestras víctimas.
Es muy tenue la línea que separa el estar centrados de la que nos conduce hacia fuera...
Por ello... atención plena.
Observarnos es una clave preciosa que nos permite actuar al percibir que estamos embarcando en la canoa agujereada de la culpa y de la auto-piedad.
Hemos tenido mucho tiempo para utilizar esas técnicas de auto-sabotaje, pero hoy ya no podemos permanecer en ese viejo esquema y si lo hacemos corremos el riesgo de perder el río de la vida que fluye... rumbo al Nuevo Tiempo.
He observado cómo algunas personas se sujetan a la condición de “víctimas” y alimentan ese patrón, porque no pueden perdonar o no merecen perdón...
Cada vez que sentimos que nos hemos equivocado... o que alguien se ha equivocado con nosotros, podemos observar esto como si fuese una oportunidad de aprendizaje y extraer la lección que de ello se obtiene... o podemos darnos tanta importancia que lleguemos a considerar que no podemos equivocarnos... ni sufrir por las equivocaciones de los demás, quedando así sujetos... a sentimientos que sólo nos tiran hacia abajo...
Uno de los peores es la auto-piedad, porque, además de tirarnos cada vez más hacia abajo, roba la energía de las personas que escuchan nuestras quejas y lamentaciones, y roban la nuestra cuando las escuchamos...
No importa si somos nosotros los “equivocados” o lo son los demás... es lo mismo; si no lo aprovechamos como oportunidad de aprendizaje, acabamos como “víctimas” y “pobrecitos” que no merecen perdón ni amor, y se contentan con inspirar lástima.
Pero de alguna forma esa “lástima” alimenta a mucha gente que no consigue salir de la auto-piedad y cada vez busca más cosas para tener de qué quejarse... y sujetarse cada vez más a ese patrón.
El Ho’oponopono viene como una herramienta muy preciosa para limpiar lo que causa esa situación de víctima de culpas y auto-piedad, porque la limpieza sucede sin que necesitemos estar repitiendo el mismo cuento, que siempre nos traba más y más, en vez de liberarnos.
Cuando percibimos cerca la energía de la culpa o de la auto-piedad intentando manifestarse en nuestra realidad, bien en nosotros o en cualquier otra persona... que en verdad sólo es un reflejo nuestro, el Ho’oponopono hace la limpieza sin que necesitemos recordar las mismas y tan recontadas historias en que fuimos o hicimos víctimas...
En ese caso identificamos esa energía como un problema y hacemos el Ho’oponopono para limpiar las memorias que lo están causando.
Es muy sencillo.
En el Ho’oponopono de la Identidad Propia, quien limpia es la Divinidad y Ella limpiará la causa de la cual procede aquel problema, que nos lo parece así, pero no es más que un efecto.
Por ello no sirve de nada que nuestra mente racional interfiera, intentando controlar la forma en cómo esa limpieza tiene lugar, por que no tenemos la menor condición para saber dónde está la causa, toda vez que ese síntoma que se nos presenta como problema puede ser la combinación de muchas cosas que hemos vivido desde el principio de nuestra creación... y el hablar sobre el problema sólo nos lleva a alimentarlo. Nuestra parte es tan sólo identificar cuando un problema se manifiesta en nuestra realidad, sea en lo físico, en lo emocional... o venga por medio de un sueño, un pensamiento... una persona, lugar o situación... cualquier cosa que nos incomode y sea para nosotros un problema, podemos pedirle a la Divinidad que haga la limpieza... y a Ella entregarlo...
He tenido tantos resultados sorprendentes con el Ho’oponopono, conmigo y con los grupos en que lo vengo practicando, que agradezco profundamente al Gran Misterio por ese regalo tan especial, que de forma muy rápida y precisa, mediante el Amor y el Perdón, nos propicia la liberación de todo cuanto nos traba para que... del Vacío venga la Inspiración Divina, guiando nuestros pasos hacia el Nuevo Tiempo.