¡La Ley es el Amor! No existe ninguna otra manera de alcanzar nuestra paz interior sino mediante la expresión del Amor Incondicional.
Y ¿qué significa este Amor Incondicional? Es tan divino que el humano tiene dificultades hasta para comprender esta expresión... es el caminar en la vida llevando compasión, comprensión, perdón, tolerancia, desapego... es dar valor a lo que realmente tiene valor, es no permanecer atado a palabras, gestos, sucesos, acontecimientos, situaciones emocionales; es relevar con compasión las penas, las injusticias, las decepciones vividas en nuestro cotidiano... es comprender que todo eso es muy pequeño comparado con la grandeza del alma, con la grandeza de la vida.
Es caminar haciendo nuestra parte, amando al prójimo como a nosotros mismos, entregando a Dios, a la vida, todas las situaciones de conflicto, dolorosas, a las cuales momentáneamente nos veamos incapaces de dar la mejor solución, la respuesta más adecuada.
Es la certeza de que todo en la Tierra es ilusorio, pasajero, transitorio... es sólo un pequeño viaje.
Mantener siempre en nuestra mente, en nuestro espíritu, la visualización de nuestra gran meta, que es la maduración de nuestra alma, el alcanzar la conciencia mayor, la lucidez de la vida... y es esto, tan sólo esto, lo que verdaderamente importa.
Con este enfoque, con esta postura, caminamos con levedad, con soltura, con alegría, con aceptación y tolerancia... pues las emociones son ilusiones, el dolor es ilusión, la andadura terrena es ilusión, lo humano es ilusión... Dios es Real. Lo Divino es Real. La Conciencia es Real. Lo Espiritual es Real. La Muerte es ilusión del ego pero es Real, pues es el paso hacia el Plano Real.
Amar incondicionalmente es amar más allá, pese a las ilusiones, es amar sin esperar retorno, pues el retorno real es Divino, el retorno real es la simple alegría de expresar el amor. La verdadera felicidad es tener la capacidad de expresar el amor.
Os invito a que hagáis un “Juego de Haz-de-Cuenta”:
- Vivenciad un día entero haciendo de cuenta que sabéis amar incondicionalmente.
- Sed pacientes y tolerantes.
- Relevad las pequeñas penas, los pequeños resentimientos.
- Mirad a los ojos del otro.
- Ejercitad la solidaridad, la compasión, el compañerismo.
- Evitad la autocrítica negativa y la crítica al otro.
- Dad preferencia a actividades que tengan por finalidad el ayudar al prójimo.
- Permitios tener tiempo para vosotros mismos y para el otro.
- Haced de cuenta que os perdonáis a vosotros mismos, a todo y a todos.
- Haced de cuenta que os amáis y os respetáis y que también amáis y respetáis al otro.
- Imaginad que amáis a la humanidad más allá de los intereses del ego.
-Sonreíd, sed amables y atentos.
- Expresad, mediante la palabra y los gestos, calma, alegría, esperanza y cariño.
Quién sabe podremos descubrir – a través de este juego del haz-de-cuenta – tanto placer, tanto contentamiento, hasta el punto de incluso decidir incorporar la expresión del amor incondicional a nuestro cotidiano, a nuestra actitud interna, a nuestra postura, a nuestro caminar...
Jugando al haz-de-cuenta podemos incluso descubrir la verdad de la vida, que es el Amor Incondicional.