¡La ‘Marie Claire’ francesa es mi revista femenina favorita! Simplemente me encantan los reportajes, sobre todo los especiales, que rastrean los rincones más escondidos del planeta en busca de rostros, vidas e historias de mujeres...
Este mes, la revista trae una materia sobre un lugar, tal vez el único del planeta, donde las mujeres realmente son las “dueñas del poder” y donde los hombres son los que tienen que salir a la calle a luchar por sus derechos...
Meghalaya, que en sánscrito significa “la morada de las nubes”, es un pequeño estado en el nordeste de la India, encaramado en las montañas. Podría ser un lugar como cualquier otro, pero en Meghalaya el 85% de la población vive en tribus y hay 985 mujeres para cada hombre en las ciudades, lo cual es una tasa extrañamente alta, si se compara con la del resto de la India. ¿La razón? Allá ninguna familia se disgusta cuando en ella nace un bebé del sexo femenino, porque Meghalaya está considerada la mayor comunidad matrilineal de la tierra.
Pese a que la descendencia pasa de madre a hija y no de padre a hijo, los 5 millones de habitantes del estado no viven en un matriarcado, es decir, las mujeres no dominan a los hombres. Un estudioso de la cultura de la región ha definido así el delicado equilibrio de poderes con que se organiza la vida de los meghalayanos: “El hombre es el defensor de la mujer, pero la mujer es la guardiana de su riqueza”. Es ella quien cuida de los bienes y de la casa, mientras que el hombre se responsabiliza por el sustento de la familia y el tío materno organiza el lado religioso de la vida de la comunidad. En general, quien hereda la propiedad familiar es la hija más joven o “Ka Khadduh”. En caso de que ésta muera sin hijas, la herencia pasa a su hermana mayor, a la hija de ésta, a la madre de la hermana y así en adelante... Sin embargo, ella no puede vender la propiedad ancestral sin el consentimiento de los tíos y de los hermanos.
Tres tribus, los Khasis, los Jaintias y los Garos, pueblan ese país, de bosques exuberantes, donde vive una riquísima diversidad de animales y un cuarto de las 1200 especies de orquídeas nativas de la India. En la lengua de las tribus, que se habla juntamente con el inglés, los nombres de las cosas inanimadas son del género masculino hasta que se vuelven útiles, entonces se convierten en nombres femeninos; así “madera” es palabra masculina, pero “tabla” es femenina.
¿Parece un paraíso? Pero los hombres protestan. Proliferan los movimientos “masculinistas” exigiendo derechos iguales o simplemente la instauración del patriarcado. Dicen que se sienten “animales reproductores”, que son obligados a mudarse a la casa de la suegra cuando se casan, que las mujeres pueden ponerles de patitas en la calle y que los hijos, además de no heredar el apellido del padre, en caso de separación se quedan en el clan femenino.
Esas tradiciones ancestrales, preservadas hasta hoy gracias al aislamiento geográfico, empiezan a ser cuestionadas, sobre todo bajo la influencia de las ideas súper machistas que dominan el resto de la India y que, vía satélite, consiguen zarandear la “morada de las nubes”...
¿Cómo será el futuro del pequeño estado donde las mujeres reinan soberanas? No es posible saberlo, pero es casi increíble que una sociedad así haya conseguido florecer ¡precisamente en la India, el país de los abortos de fetos femeninos y donde es corriente la inmolación de mujeres por la familia del marido! Es muy de desear que las mujeres y los hombres de Meghalaya logren hallar una tercera vía, quién sabe, un modelo que incluso pueda servir de ejemplo al resto del país...
Navega más por Meghalaya en este artículo de National Geographic.
Adília Belotti é jornalista e mãe de quatro filhos e também é colunista do Somos Todos UM. Sou apaixonada por livros, pelas idéias, pelas pessoas, não necessariamente nesta ordem...
Em 2006 lançou seu primeiro livro Toques da Alma. Email: [email protected] Visite o Site do Autor