Una vez... hace algunos años, soñé que una persona intentaba subir por un paredón de piedra todo cubierto de lodo, muy resbaladizo, como si esa fuese la única salida, y esa persona no admitía que pudiese haber otra opción... permanecía solamente intentando subir por allí... y lo máximo que lograba era llevar las manos a lo alto y ellas volvían resbalando. Hasta que, después de mucho intentarlo, mira hacia un lado y ve que allí no hay nada que le impida salir, que en torno a aquel punto todo está abierto y libre...
En realidad esa persona tenía un esquema que repetía siempre... consideraba que sólo había una salida en determinada situación... y siempre reaccionaba de la misma forma, una y otra vez...
Al igual que esa persona que, por más que lo intentase, no lograba salir por la pared de lodo... y mucho menos mirar hacia el lado por donde el camino estaba libre, muchos de nosotros también ya hemos estado sujetos, durante mucho tiempo, al mismo tipo de situación que no aportaba ningún resultado positivo... porque considerábamos, erróneamente, que sólo teníamos una salida...
Los esquemas nos inducen a hacer las cosas siempre de la misma manera, porque ponen en marcha memorias que nos hacer reaccionar ante ellas automáticamente, aunque en la práctica el resultado sea el sufrimiento... juramos que nunca más haremos aquello o aceptaremos determinadas cosas... pero... en seguida hacemos lo mismo... porque la situación se nos presenta con otro ropaje... otros colores y nuevamente nos vemos repitiendo la misma historia... reaccionando de la misma forma, sin ver otra salida...
Sé que cuando estamos sometidos a algún esquema realmente no logramos imaginar que... precisamente al lado y disponibles... hay muchas salidas creativas que nos liberarían hacia la felicidad...
Bueno... hoy me he acordado de ese sueño y de las creencias que nos sujetan y no nos dejan proseguir, ni ver que el camino había estado libre todo el tiempo y que... lo que nos sujetaba partía de nosotros mismos... los velos de la ilusión que nos hacen creer que nuestra única salida... es un callejón sin salida, como una pared de lodo resbaladiza e imposible de escalar...
He venido percibiendo, cada vez más, que el Ho’oponopono es una bendición en estas situaciones porque limpia las creencias que nos limitan y sujetan a tan pocas posibilidades, en un Universo ilimitado...
Lo que más se nos pide en este tiempo es la liberación de cuanto nos ata al pasado... especialmente las creencias... que siempre hacen que sigamos por los caminos ya trazados.
Si creemos que sólo encontraremos la salida si hacemos de esta o de aquella manera... si nos comportamos según reglas que vienen desde fuera... seguramente permaneceremos presos en el mismo punto.
Muchas cosas intentan sujetarnos quitándonos del centro... dificultando nuestro acceso al fluir de la Divinidad.
Siempre es bueno detenerse un poco y conectar con el corazón... solamente ahí tenemos acceso a la Fuente... la respuesta está siempre en nuestro poder... la verdad se encuentra dentro de cada cual, y es tan sencilla... que por esto mismo, a veces ni siquiera creemos en ella.
Deja ir todo lo que te impide vivir las infinitas posibilidades del nuevo tiempo... prueba a dejar que, todo cuanto vaya a ser para ti, llegue naturalmente, sin esfuerzo... Es nuestro derecho Divino recibir las bendiciones que vienen y que sólo pueden ser percibidas si estamos abiertos a cosas realmente nuevas... sin los velos de la ilusión, que nos impiden ver lo esencial.