Recientemente he recibido de Zé, mi amigo desde hace tres décadas, un precioso libro – una autobiografía impresa en 1952, escrita por un eximio periodista, escritor y poeta italiano, “Pitigrilli habla de Pitigrilli”. Un ejemplar raro, con las páginas marcadas, casi ennegrecidas por la exposición a la luz, que se ha convertido en uno de los libros que habrá de poner encantamiento y alegría en mi andadura. La sintonía que se ha formado con Pitigrilli hace que yo lo sienta tan cercano cuanto el amigo gato que me aguanta por aquí día y noche.
Creo que los buenos escritores, los que logran cautivar, acariciar el alma del lector, viven en sus libros para siempre... celosos de que sus pensamientos, experiencias y conceptos sean transmitidos de forma clara a aquellos que se encuentren preparados. Las frases traen solamente lo esencial y muestran los acontecimientos de forma tal, que consiguen algo así como hacernos revivir, en primera persona, episodios, ora alegres, ora dramáticos, o que de repente nos abren horizontes amplios, alzándonos por encima de lo material y mostrando caminos para la liberación de nuestro vacío existencial, expresando de manera sencilla y clara la totalidad, la complejidad y el poder del ser humano, con su unicidad y su pertenencia al Todo. El autor incluso amargó la cárcel durante el fascismo y sufrió hasta el fin de su vida aquí en la Tierra, en 1975, por no lograr expresar el origen de su felicidad, que residía en la espiritualidad directa, conquistada, verdadera, sin dogmas ni preceptos impuestos, un tabú ese en una nación, Italia, donde el Papa y la Iglesia reinaban absolutos. Hay una frase suya que hoy me ha marcado a fuego y quiero realzar, pues vale para todos. Es de una época en que los residuos de acontecimientos vividos en la segunda gran guerra aún estaban muy presentes:
“En todo hombre existen centenas de hombres: el hombre tiene posibilidades infinitas: basta pensar que un manifiesto, pegado a una pared, con una orden de movilización, transforma, de un día para otro, a un pacífico estudiante en un guerrero.”
Sí, quien ha vivido ya muchas décadas sabe perfectamente cómo es posible verificar o enfrentar súbitamente una profunda transformación en la propia existencia; podrá haber sido a causa de una arrebatadora e instantánea pasión, un pasar de fase definitivo debido a la paternidad o maternidad, o la inevitable mudanza de ciudad (o país) resultante de un nuevo y tan esperado trabajo. Mirando hacia atrás ahora, todo aquello, tan determinante y crucial en aquella época, se presenta bajo una óptica muy diferente. Lo que pasó fue solamente algo necesario a fin de prepararnos para dar otro paso fundamental. ¡Y no deseo hablar aquí sobre alguna jubilación “especial”! Este movimiento es otro, totalmente diferente.
Habiendo ya cumplido – dentro de nuestras capacidades – la jornada en el espacio más denso, más ligado a la materia, estamos al fin viviendo de forma más serena, suave, consciente, priorizando la esencia, enfocados en el presente y en la vibración del amor verdadero. Descubriendo el tesoro que está en nuestro mundo interior… alcanzando La Felicidad.
En cuanto al mundo exterior, permanezcamos atentos a las señales.
Las leyes de los hombres, que separan y castigan, ya van siendo paulatinamente sustituidas en nuestras mentes y corazones por las que realmente rigen el Cosmos: las inmutables leyes universales. Estamos percibiendo cada vez más claramente que lo que está ahí afuera representándonos y guiándonos (teóricamente) poco o nada resuelve, cuando no agrava los problemas de fondo de la sociedad, ya cansada de tanta injusticia y de los absurdos acontecimientos – por veces patéticos – que perturban diariamente la armonía del Planeta como un todo. ¿Hasta dónde llegarán estos desmanes, esta falta de respeto para con el ser humano y el planeta que nos hospeda?
A quien tenga ojos para ver lo que está pasando hoy, ahora – una profunda crisis sistémica en el sistema financiero de los hermanos de América del Norte, generada por la codicia desenfrenada de poder económico y político – se le hace cada vez más claro que estamos empezando a vivenciar el fin de otro gran ciclo, que sellará la traumática decadencia de otro imperio más, preparando una nueva era que nacerá renovando todo lo que sea necesario, sepultando conceptos obsoletos y sembrando, plantando, todo lo que es bueno, utilizando, al fin, la sensatez, la ética, la sencillez y la compasión. El egoísmo desenfrenado, el ego inflado, se transformarán inevitablemente en amor y unidad. El tiempo de referencia es ahora, la acción ya ha comenzado, aunque – tan sólo aparentemente – el resultado práctico aún pueda demorarse, pues en la dimensión más elevada, en la cual tú, que has llegado hasta aquí, navegas con mayor o menor consciencia, el nuevo tiempo ya ha comenzado, pues una de las leyes universales reza que lo que está arriba está también abajo. Todo simplemente es…
Nada es por casualidad.
Si te parece que todo esto tiene sentido, es otro signo claro de que estás lista para tomar parte en la transmutación global, y serás contemplada(o) como una fuerza sin límites por parte del Universo que nos apoya con determinación para actuar en su nombre. Sí, estaremos cada vez más revigorizados, llenos de entusiasmo y alegría, agradecidos por poder tomar parte en la transformación en la Tierra, exactamente en este momento crucial de la Historia de la Humanidad.
Vamos a unirnos todos en sintonía sutil, reconociendo nuestra fuerza innata y manifestándola siempre que sea preciso. Nuestra conexión: tuya, mía, del Universo, es permanente, real, y la ayuda llegará cuando la pidamos, pues la red ya funciona desde hace tiempo y todos nosotros somos un link específico, un punto de luz conectado a otros millones, iluminando el camino y sosteniendo la energía. Escribo esto en nombre de todos aquellos que sienten que esto es real, que está sucediendo… Sanemos ya nuestras heridas emocionales y ayudemos a quien lo necesita. La cura viene por la expansión de la conciencia, por la percepción de cómo la energía fluye en nosotros y a nuestro alrededor… Siempre podemos recibir y enviar luz, mentalizar paz y armonía, perdonar y pedir perdón, visualizar en silencio cómo sucede el cambio ordenadamente, meditar para serenar el mundo que nos rodea…
Hablando de meditación…
He recibido hoy de Jorge, un activo usuario del STUM, la información de un grupo de Brasilia que recuerda y homenajea a otro gran ser humano, Huberto Rohden, y que medita todos los lunes a las 20:30 h juntamente con muchas personas en varios países.
Si deseas participar, serás muy bienvenido(a).
El ahora Amigo Pitigrilli jamás será olvidado, siento que él está también en la marcha y el recado que nos ha dejado es fuerte y claro. Los manifiestos ya están pegados a las paredes de nuestras Almas no dejando dudas en cuanto a la convocatoria que ahora también ha llegado hasta ti:
¿Vamos a empezar a reconocer que somos Guerreros de la Luz?
¿Vamos a empezar a actuar como tales en nuestro día-a-día?
¿Vamos a mantener una conexión permanente entre nosotros y el Universo?
Basta – en cualquier momento en que sea necesario – enfocar la Luz, la Unidad, el Todo.
Hay también un estupendo mantra para ayudar a entrar en sintonía:
Um, Um, Um, Somos Todos UM.
Um, Um, Um. Somos Todos UM.
Um, Um, Um. Somos Todos UM...
Publicado dia 9/18/2008 12:28:14 PM em STUM WORLD
