Tengo una cuestión que muchas veces me remite a algunas dudas, sobre ciertos estados emocionales de aparente “equilibrio”. ¿Sabes percibir la diferencia entre el no ser tomado tanto por tus propias emociones como por las de otros y el racionalizar las emociones?
Pienso que al racionalizar emociones estamos encaminándonos hacia el sentido opuesto a la búsqueda del placer consciente y del auto-conocimiento. Pienso además que la mente debe servir para leer los conflictos del psicosoma y para buscar una elaboración/vida y no para descifrarlos racionalmente con la intención de enfriarlos o negarlos. Eso sería lo mismo que negar aspectos de nuestra existencia que por algún motivo están pidiendo paso a fin de tener algún tipo de expresión y significación personal. Podemos negar asuntos nuestros contándonos a nosotros mismos una historia emocional que puede estar funcionando como un mecanismo de defensa frente a un posible miedo. Ese tipo de actitud, no obstante, acaba alejándonos de nosotros mismos, generando una especie de amortiguamiento de la vida. Y en el lugar dentro de nosotros, donde la vida se amortigua, permanecemos congelados, sin razón de existir, siendo siempre los más perjudicados.
Dejando de existir en esos lugares, nos ausentamos de percibirnos de modo más abarcador, puesto que lo que está en el aire, o sea, a nivel mental, difícilmente traerá un universo de significaciones como puede traer la propia existencia cálida de la vida en medio de todos sus matices de colores. Sólo cuando entramos de modo profundo y lúcido en contacto con lo que sentimos, es cuando de verdad nos implicamos en nuestro existir, en las experiencias/vida, en lo cálido. Es aquí donde nos permitimos experimentar de modo consciente emociones y sentimientos, donde podemos tener referencias concretas sobre quién o qué somos para nosotros mismos.
Aparentar acciones conscientes puede promover un universo de significaciones personales que nos devuelven la sensación plena y cohesionada del existir con más apropiación de un sí mismo que se fortalece tanto en el dolor, como en el placer.
- Es sintiendo como se vive.
Quedarnos en suspenso, sólo racionalizando, puede dejarnos en un estado de “sentir” superior a la raza humana, que frecuentemente se deja llevar por las emociones sin pensar, (¡que también es un hecho!), como consecuencia de esta lente perceptiva de la realidad, por veces se acaba percibiendo todo de modo aburrido, considerando todo esto de vivir como una gran bobada. Esa lente perceptiva de la realidad por veces puede generar un estado de apatía, puesto que de este modo la vida acaba en uno mismo a medida en que efectivamente ella no se desarrolla en su plenitud.
Racionalizar sentimientos no quiere decir que nos conocemos, puede ser apenas un indicador de que somos personas con miedo de vivir, travestidas de prudentes.
Puede que tengamos miedo de conocernos en determinadas situaciones con las cuales a priori nos parece difícil saber lidiar. Entonces ‘no entramos en contacto’, la vida pasa y permanecemos prendidos en esta red contándonos a nosotros mismos una historia de que lo que sucede dentro de nosotros no debe, ni merece, ser tomado en serio (¿a quién no estamos tomando en serio?)
Negamos a nosotros mismos por miedo de tener que lidiar con situaciones que de cualquier modo ya se hacen presentes incomodándonos. Bien sea para el placer o bien para el dolor, hay miedo del movimiento que puede generar este tipo de auto-conocimiento.
Silvia Malamud é colaboradora do Site desde 2000. Psicóloga Clínica, Terapias Breves, Terapeuta Certificada em EMDR pelo EMDR Institute/EUA e Terapeuta em Brainspotting - David Grand PhD/EUA.
Terapia de Abordagem direta a memórias do inconsciente.
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Autora dos Livros: Sequestradores de almas - Guia de Sobrevivência e Projeto Secreto Universos