Cuando pienso en lo tan sencillo que es el Ho’oponopono y en cómo actúa en profundidad, quedo muy agradecida por esa herramienta tan preciosa que ha venido transformando la vida de muchas personas.
Es sencillo, porque nos muestra cómo somos responsables por todo lo que está en nuestra realidad… y nos da el poder de resolver los problemas limpiando su origen.
En cada suceso que nos incomoda y que viene como problema, podemos preguntar qué es lo que en nosotros está atrayendo aquella situación… sabiendo que, si somos responsables por guardar memorias que han atraído aquella situación… también podemos limpiarlas.
El asumir el 100% de la responsabilidad, en vez de ser un peso, es una bendición, porque deja en nuestras manos la resolución de los problemas. Pone en nuestras manos la decisión de pedir a la Divinidad que limpie las memorias que están proyectándose como problemas.
Vengo utilizando el Ho’oponopono para cualquier situación y siempre constato un cambio… puede que sea más sutil o muy claro, pero siempre ocurre algo que nos hace percibir que hemos limpiado parte de lo que nos hacía revivir las mismas historias, responder siempre de la misma forma.
El caso es que hoy percibo claramente qué grandes y profundos han sido los cambios ocurridos en mi vida tras haber empezado con el Ho’oponopono.
Para cualquier cosa que constituya un problema, utilizo el Ho’oponopono.
Ya sea algo que no marcha en cualquier área de mi vida, ya en relación a cualquier persona que entra en mi realidad… ya sea cualquier sentimiento que me causa desazón… ya sea un sueño… En fin… utilizo mi realidad como un radar para detectar qué es lo que está pidiendo ser limpiado. Cuál memoria está siendo revivida y manifestándose como un problema.
Es importante tomar conciencia de que aquel aspecto presentado como problema no es más que el efecto… siendo preciso eliminar la causa.
Algunas personas me han preguntado cómo practico el Ho’oponopono. Compruébalo paso a paso:
1-Identifico que alguna cosa está siendo un problema;
2-Asumo el 100% de responsabilidad porque entiendo que allí está sólo el efecto, y que la causa viene de las memorias revividas por la mente subconsciente;
3-Pregunto a la Divinidad qué es lo que en mí está causando aquel problema;
Si fuese relativo a alguna persona, le pido a ella perdón por mis memorias equivocadas que no me dejan verla como un ser de Luz;
4-Me conecto con el niño (mente subconsciente, niño interior) solicitando a la Divinidad que limpie en mí lo que está causando aquel problema (memorias y pensamientos equivocados), transmutando todo en pura Luz. O bien ruego a la Divinidad que limpie en mí las memorias y pensamientos equivocados que me hacen ver a “fulano” (póngase el nombre de la persona si fuese el caso) de forma distorsionada;
5-Repito muchas veces mentalmente las frases:
¡Lo siento mucho! ¡Perdóname! ¡Te amo! ¡Te doy las gracias!
Las digo todas o sólo una o dos… según lo que siento en el momento.
A partir de ahí voy repitiendo muchas veces, hasta notar que está bien para aquel problema… Esto puede demorarse más tiempo… algunos días… o ser más rápido.
Mientras hablo, a veces me ocurre sentir mucha energía, o liberación en alguna parte de mi cuerpo…
Persisto hasta sentir que ha sido liberado… y los resultados son visibles, tanto en mi modo de pasar por los acontecimientos, como en la manera en que las cosas empiezan a fluir.
Los sueños también se hacen más claros y significativos, proporcionándonos señales acerca de lo que está siendo liberado.
Y una de las mayores bendiciones del Ho’oponopono para mí es que todo se vuelve muy sencillo cuando entiendes que quien limpia es la Divinidad… eso simplifica profundamente nuestra vida, pues finalmente aceptamos que ya no es preciso intentar resolver todo con la mente racional… y esto libera una enorme energía que antes empleábamos literalmente “rompiéndonos la cabeza” para intentar solucionar algo que, de aquella forma, no tenía solución.
Comprender y aceptar esto marca toda la diferencia… la vida pasa a fluir leve y la esperanza se renueva cada día…